Homérica romántico wageneriana y mitológica renacentista sobre el ocaso de los dioses, y el inicio del peregrinar de los hombres en soledad. Manifiesto anti natalidad a través de la destrucción del patrimonio artístico de fuentes centenarias de vall d´uixó.
Estilo narrativo a lo historia interminable con pinceladas de ideología surrealista y marxista.
No se es lo que se come o lo que se bebe, se es cómo el lugar donde se bebe, o cómo el lugar donde se come.
I.
El ocaso quema el cielo que se precipita cómo el martillo de Thor sobre los truenos y las tracas toriles que golpean con sus pezuñas las calles galopando hacia la negra muerte irremediable y heroica entre bronciferos repiques de campanas que hacen brillar solemnes las doradas balconadas repletas de miembros de las alcaldadas electorales forjadas en las pucheradas de magro caciquil.
En torno a la vieja fuente, sin que ningún adulto lo remedie, pandilla de niños juegan libres cómo avispas en torno al avispero. Escuchan entre las grietas de las viejas paredes que golpean con sus armas, las tararas de mentiras de las costumbres de la patria, destruyendo el vetusto patrimonio con sus pequeñas manitas cargadas de piedras, palos, y otros artefactos de combatientes infantiles.
Forman un ejército apartida, carente de conciencia e ideología, sin apenas don del habla ni estrategia destructiva lógica. Hijos de Satanás bajitos y anárquicos, terribles bárbaros cosacos que caminan a cuatro o a dos patas, y que de mayor serán corderos sacrificados en el matadero. Amparados y eximidos de culpa por la sociedad y la ley al ser declarados desconocedores de lo que está bien y lo que está mal. El pecado original perdonado indiferentes al dolor que causan a los adultos con sus chillidos, roturas, y sus conquistas en la exploración de mundo. Con cada niño perdemos un contiene americano, y nos alejamos de la caverna de nuestro pasado. La hacienda pública gasta más millones en programas para la protección de la infancia que para promocionar el aborto. ¿No es irónico? Cada padre pierde un hígado y un ojo en su vida por sacarlos adelante, ¿y que obtiene a cambio de todos estos miembros de los que se deshace? Yo respondo ciudadano: Nada. Los niños son azote de perros, gatos, periquitos, ardillas, y hasta de peces de acuario. Pesadilla de moscas, saltamontes, arañas, hormigas. Horror de geranios y jazmines. Son un cáncer para las parejas novios ¿ cuantas parejas no se habrán roto por culpa de estos malvados seres enanos? Apostemos por la vida artificial. Creemos nuevos seres con cuerpos e inteligencia de treintañero. Abajo la tiranía de la infancia.
-¡que viene Ulises, que viene Ulises!-pandilla de niños corriendo por las calles a esconderse.
II.
Ulises recogiendo trozos de las piedras de la fuente que han roto los niños haciendo polvo del pasado.
-Oh broncifero león de la fuente, carnicero verdaderamente serio y fiero. Más que centenario devorador de hombres. Verdugo noble encadenado a una pared. Compañero y consejero de Nerones y Calígulas. Tus cristianos colmillos fulminadores de la vida humana. Ave César: Moritutem te salutam. Y sin embargo( melancólico en estos momentos del discurso acariciando la cabeza del león) tiembla tu frente ante los osados golpes. No hay remedio en este pueblo. Ni a los leones se les tiene respeto.
Señalando Ulises a los vecinos que miran escondidos tras las cortinas:
¿ Donde acabaremos por culpa de la democracia y el derrumbamiento de las viejas costumbres?
( No hay respuesta)
El grito de Ulises:
Hay que volver a revitalizar el circo romano. Que rujan los leones. Que manden los emperadores. A mi Trajano que era hispano.
Una palangana de un balcón lanzando agua hacia Ulises y cerrando muy rápido la ventana.
II.
Ulises abre el grifo para beber el agua que le hace ser quien es. Durante unos eternos segundos en la era de la velocidad de la luz, aguarda con desespero escapándose una desesperada oración de hombre atrapado en la red:
Lo que faltaba, ahora no va.
La cañería empieza a temblar. El león abre las fauces y arruga su brocifero rostro estallando en la cara de Ulises el golpe del agua que sale a presión despidiéndole a varios metros de distancia.
El agua borbotea rodeada de mil almas y mil penas. El león pare de la pared. Primero la cabeza, luego el tronco. Se acerca a Ulises inconsciente. Huele a su alrededor. Lo agarra entre sus fauces y se lo lleva a una resonante colina. Dafnis toca la flauta rodeado de enamoradas ninfas. Despierta Ulises mientras unos inocentes niños cantan:
1 x 1= 1
1 x2 = 2
1 x 3= 3
1×4=4
¿ Donde estoy?- pregunta Ulises mareado.
El León responde.
Bebe.
Y le da de beber de su boca.
Ulises con la vista borrascosa descubre la figura de varios niños con mascaras de oro sobre su rostro y armaduras sobre su pecho. Sobresaltado grita espantado Ulises:
Fuera, fuera. Largo de aquí mocosos o llamo a la policía.
Los niños ríen.
Tranquilo Ulises- le dice el león- estos niños son espartanos, no tienes nada que temer, son hijos del incesto.
Ulises más tranquilo se levanta. Pasa revista a los incestuosos niños que acuden hacia una bella mujer que aparece con túnica transparente dejando ver su exuberante sexo aterciopelado. Porta sobre su larga melena negra que le llega recogida en una larga coleta trenzada hasta su grácil cintura de gacela, una diadema repleta de joyas de más valor que todo el producto interior bruto de la España. Los niños que son sus hijos la besan, acarician sus pechos y le hacen el amor.
¿ Quien es esa hermosa mujer?- pregunta Ulises al león.
Es la emperatriz Morgana, suma sacerdotisa del culto al dragón. Una densa niebla cubre el valle y varias enormes serpientes pasan junto a Ulises. La serpiente abre la boca y los niños se meten en ella. Morgana y la serpiente se van.
Es maravilloso este lugar- exclama Ulises sintiéndose feliz.
Aun no has visto nada Ulises- le dice el león.
Luego le ordena:
Monta sobre mi grupa, te voy a llevar a un sitio que te va a encantar.
Ulises dócil obedece.
El león trota colina abajo con Ulises montado encima.
Llegan al acueducto hispano visigodo de Vall d´uixó totalmente restaurado. A su alrededor han brotado exuberantes palmeras atiborradas de dátiles y cocos, plataneras henchidas de plátanos, naranjos cargados de sus explosivos frutos, limoneros repletos de su dorado frutos. El oro del fondo del río subterráneo de las grutas de San José brilla refulgente entre sus oscuras y vinosas aguas en las que nadan manatíes y focas. Camellos, elefantes, rinocerontes pastan por la gran explanada del molino de arroz que vuelve a estar en pie y en funcionamiento. Enormes cataratas se precipitan bucólicas por los costados del barranco de la sequieta del roig que forma una cicatriz entre el barrio de Roser y las Grutas. Se forman algo más abajo, cerca de la moleta, charcas cristalinas donde nadan hermosas mujeres desnudas sobre fondos transparentes repletos de rubíes, topacios, esmeraldas verdes, ostras que dan perlas a quienes las tocan. Nenúfares flotan sobre las aguas. Aves del paraíso, avestruces, ruiseñores, albatros, flamencos rosas, cisnes, anidan en la rivera.
Ulises mira todo asombrado.
Parece un sueño, ¡cuantas veces le habré dicho al alcalde que hiciera una cosa así para atraer el turismo!
Todavía no has visto lo mejor Ulises- comenta el león.
AL acueducto se van acercando un montón de personas.
Conforme llegan saltan al vacío.
El león le indica:
Esa gente que se suicida es gente improductiva Ulises. Hay empresarios, traficantes de droga, jueces, policías, macarras. Todos los días se suicidan 10 de ellos. Cómo en el viejo mundo que has conocido, pero al revés en el perfil psicológico.
¡Es maravilloso!-exclama Ulises.
Suena un atronador cornetín.
Es la hora de la cacería- confirma el león sacando su reloj big bang de pulsera. Observa la cara de decepción de Ulises.
Está cacería te gustará Ulises- tranquiliza dejando ver sus enormes dientes capaz de arrancar un brazo a un hombre de un bocado.
Pasan varios centauros con arcos persiguiendo a banqueros con maletines repletos de dinero y plomo atados a sus pies, lo que les impide correr rápido.
Pasa una flecha por delante de las narices de Ulises y el león, clavándose en la espalda de un banquero que cae con las manos abiertas al suelo con una flecha sobre su espalda. El maletín se abre y los papelitos euros salen volando. EL centauro le rebana la cabellera guardándola en su colección que muestra a Ulises para que las cuente.
Uy- exclama Ulises. 168 cabelleras. Está muy bien- le felicita.
EL centauro que es sordomudo sonríe y le ofrece cómo prueba de amistad mediante gestos una a Ulises que acepta encantado.
Un cañonazo anuncia los fusilamientos del castillo moro de vall d´uixó.
Corre vamos a los fusilamientos que llegamos tarde- le dice el león.
Frente al paredón se encuentran los traidores.
Un hombre calvo muy asustado al ver a Ulises se tira a sus pies.
Por piedad señor Ulises, perdone mi vida. Defiéndame ante ésta gente. Prometo ser su esclavo calvo y servirle de por vida. Soy muy servicial.
¿ cual es su nombre? Pregunta Ulises el piadoso a los jueces del tribunal.
Un cíclope que hace de fiscal y verdugo le aclara a Ulises:
Este que tiene delante es Viejo Perez Truchacalva, líder del partido chocolista paria español.
Ulises apunta con un cañón a la cabeza de Viejo Perez Truchacalva y dispara.
Varias mujeres embarazadas detenidas por este hecho se acercan al león para ser sacrificadas.
Ulises detiene al león.
No hace falta devorarlas. Dejad que las mujeres se acerquen a mí.
Ulises las toca y las mujeres abortan.
Gracias, gracias, gracias Ulises, eres el único hombre bueno- le dicen de rodillas aliviadas de su sufrimiento. Agradecidas le hacen una mitra que colocan sobre los hombros de Ulises.
Aparece Morgana entre la niebla seguida de sus hijos montados a caballo.
Ahora busca a la elegida Ulises para yacer con ella y renovar el pacto de los dioses y los hombres. El ocaso se acerca a la humanidad si no lo remedias. Busca el amor puro- le ordena la reina hechicera.
Los caballos relinchan y desparecen galopando entre la niebla.
Un cuerno tocado por un fauno avisa de un peligro inminente.
Aparecen por doquier bandadas de cíclopes en retirada, ninfas huyendo despavoridas, corderos balando aterrados. Pasan junto al león y a Ulises gritando:
Huir, huir. Vienen niños, se han escapado del colegio, han formado una santa alianza con canis, chonis, quicos, testigos de Jehová, el grupo de meditación del pueblo, los del taller de yoga y reiking. Pretenden invadir nuestro pueblo y destruirlo. En estos momentos están en los barrios marginales tratando de convencer al lumpen proletario torero y a los colectivos de bicicletas de descenso y motos de trial a que se unan a ellos.
Ulises sacando un revolver pega varios tiros al aire.
Alto amigos. No deis un paso más. Hay que preparar las defensas en vez de huir. Es hora de plantar cara. Debemos luchar o el mundo se perderá, solo habrá lugar para la producción. Día y noche produciendo objetos para consumir.
El cíclope Quirón responde grave a Ulises:
No Ulises, no se derramara más sangre. Nuestro mundo se derrumba definitivamente, no podemos hacer nada. La batalla se ha perdido hace mucho tiempo con los fuegos de la industria, con la ciencia.
Ulises con lágrimas:
Pero.. .se puede deshacer la revolución francesa, emprender una contrarreforma. Volver a Grecia, Atenas, Micenas, Esparta.
Quiron mueve su pesada cabeza a un lado y a otro, habla con voz de barítono mientras pasan huyendo con la cabeza mirando el suelo los titanes, los dioses. Le muestra Quirón imágenes a través de un espejo:
Aquiles muerto, a su alrededor turistas japoneses y norte americanos haciendo fotos al cadáver. EL templo de Artemisa convertido en ruinas y unos mantecosos alemanes comiendo salchichas con mostaza escuchan afásicos a la guía contar los ritos de Artemisa ayudada en su explicación de varios nativos sonrientes que reciben una propina. La biblioteca de Constantino repleta de porno y tebeos Disney que manosean turistas chinos- británicos- australianos.
Para, para, por favor- suplica Ulises llevándose la pistola a la sien y disparándose.
IV.
Despierte, despierte señor.
Una voz femenina trata de hacerle volver en si. Pasa un paño empapado en agua por la frente de Ulises.
¿Dónde estoy?- pregunta desconcertado Ulises observando el divino rostro de una hermosa monja. Sus verdes ojos son una fuente parlante repleta de relicarios amorosos.
Se encuentran usted en vall d´uixó- responde la bellísima Sor Laura con su dulce voz capaz de detener a una cascada. Ha sufrido un atentado perpetrado por unos niños del barrio. Son una pandilla de hijos del mal No se si dios los perdonara alguna vez. Han bloqueado la cañería con papel de albal para que estallara.
Serán hijo de puta- exclama Ulises incorporándose para pasar revista a su cuerpo.
No lo sabe usted bien, soy maestra de secundaria- responde Sor Laura.
Ulises comprueba el perfecto funcionamiento del sistema. Echa una mirada a la fuente.
Al ver los daños Ulises vuelve a convalecer y cae rendido entre los brazos de Sor Laura formando ambos un lienzo de amor apoteósico esculpido y representado en la Piedad de Miguel Ángel. Suenan fanfarrias wagenerianas por la muerte de Sigfrido, el ocaso de los dioses y el comienzo del hombre a caminar solitario sobre la tierra.
Los cuerpos de Ulises y Sor Laura se agigantan en un rincón oscuro de un pueblo. La vida humana se detiene por un instante. La bolsa, las guerras, el cambio climático, los descubrimientos de la ciencia, los atentados terroristas…Nada tiene importancia comparado a está escena. Los dos héroes, apostados y vencidos junto a una fuente de la que mana burbujeando agua pura y renovada, capaz de devolver la salud al que la beba. Contenidos solemnes. Eternos en mármol blanco en escena esculpida en movimiento entre callejones gatunos, viejas encerradas en su hogar vestidas de negro, pucheros humeantes con lentejas y verduras del mercado. Ambos, en piedad consumada unen durante unos instantes cielo y tierra a través de la mirada serena y consumida de Sor Laura sobre Ulises que reconoce su trágico final, su impotencia para cambiar las cosas, e imponer su reino sobre la tierra.
De la fuente sale una profunda niebla.
El león de la fuente nace de la pared de nuevo y hace una referencia a Sor Laura inclinando su cabellera rizada, que sujeta entre sus rodillas a Ulises derrotado por su época. EL león se acerca al mesias Ulises y lo carga sobre espalda. Dos enorme alas doradas de afiladas plumas repletas de escamas turquesas nacen de los costados del león. Montado Ulises cómo el Mio Cid a su caballo tras su muerte en Valencia, el león alado sube a Ulises al vanhalan.
Una comitiva de dioses con Odín a la cabeza le esperan para que se una a ellos.
Angelillo de Uixó.
Autor:
Ángel Blasco Giménez