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La Constitución Cubana de 1897 en su 109 aniversario


Partes: 1, 2

    1. Resumen
    2. Situación de la Guerra en Cuba hasta 1897
    3. La Constitución de 1897
    4. Marte y Licurgo en la Constitución de 1897
    5. Bibliografía

    Resumen:

    De todas las constituciones mambisas es, sin dudas, la más controvertida, debido a las condiciones objetivas del difícil momento histórico en que fue aprobada. Un cúmulo de factores externos e internos, condicionaron, en gran medida, la forma que finalmente adoptó su normativa que, en muchos sentidos no se avino con las necesidades planteadas por la realidad de la guerra en Cuba.

    Introducción:

    Las primeras tres décadas de historia constitucional cubana estuvieron signadas por la guerra. Una guerra librada contra uno de los mejor reputados ejércitos del mundo de entonces; que le dejó 80 mil muertos a sus 200 000 soldados de línea concentrados en Cuba; derrotando a 61 de sus más expertos generales; y expulsando, con la tacha de no haber podido pacificar a una "turba de negros", a cuatro capitanes generales entre 1895 y 1898.

    Fue en esta lucha que el pensamiento constitucional cubano se radicalizó, y sentó, con sus idas y venidas, para los tiempos futuros, que, adonde quiera que quisieran ir los cubanos en sus destinos y deseos políticos, debían marchar unidos, si querían llegar.

    No podía ser de otro modo, España no había dejado más camino que la guerra para resolver las contradicciones que signaban su relación con la colonia, y, al menos así lo entendían los padres fundadores de nuestra nación, era necesario corregir con las leyes, desde la lucha, el sentido de esta, para evitar que se dieran en Cuba los fenómenos que sucedieron a la independencia en las Repúblicas del Continente.

    El objetivo de la presente monografía es hacer un análisis de las circunstancias históricas que rodearon la redacción de la Constitución Cubana de 1897 o de la Yaya, y que influyeron, de alguna manera, en las contradicciones de su normativa.

    Para entender esto, debe tenerse presente que, en el momento de su aparición, la vanguardia ideológica y representativa del más radical pensamiento revolucionario en la Cuba del momento, personificada en José Martí y Antonio Maceo, habían desaparecido, y que la ascensión dentro de las filas mambisas de representantes de la burguesía insular, cambiaban la composición social de la lucha, y por tanto, el sentido primigenio de esta. Lo anterior, y el creciente interés norteamericano por Cuba; el avance de la guerra, y las contradicciones que durante los dos primeros años de esta sostuvieron el General en Jefe Máximo Gómez y el Consejo de Gobierno, con respecto a las estrategias de lucha, forman el conjunto de realidades bajo las cuales nace esta Constitución, y de cuyas ataduras nunca pudo librarse el contenido de su normativa.

    Como toda obra humana, una Constitución, es hija de un conjunto de condicionamientos histórico concretos, y representa, en última instancia, las aspiraciones de una clase o un grupo social dominante o, en el caso cubano, en su lucha por el poder político. Es por ello que no debe ser vista como un hecho aislado, sino dentro, y rodeada, de los elementos que la ven nacer y que, a la vez, ayudan a desentrañar su esencia.

    Sirva pues, para mover, a la reflexión, sobre la cuestión de la unidad política de los cubanos en su historia, y de los funestos efectos que sobrevienen sobre los pueblos que luchan cuando sus hombres ceden ante la vieja fórmula de dividi et venci.

    Situación de la Guerra en Cuba hasta 1897:

    Desde su estallido en febrero de 1895, la contienda bélica cubana tomó, en pocos meses, proporciones desbordantes. Si en sus albores, España tenía destacadas en la isla, según Enrique Collazo, unos 43 mil soldados de línea (los que unidos a los integrantes del cuerpo de voluntarios, la policía y la guardia civil sumaban 60 mil hombres sobre las armas); hacia marzo, un mes después de comenzada la lucha, comenzaron a partir los refuerzos desde el puerto de Cádiz.

    En la primera expedición fueron enviados:

    • 2 generales
    • 31 oficiales superiores
    • 258 oficiales
    • 187 sargentos
    • 8 115 cabos y soldados.
    Partes: 1, 2
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