- La familia Kati
- Origen del Fondo Kati
- El contenido del Fondo Kati
- Manifiesto de diversos intelectuales sobre el Fondo Kati
- La Junta de Andalucía y la Biblioteca José Ángel Valente
- Bibliografía
La familia Kati
El nombre original de la familia es Al-Kuti o Al-Quti, es posible rastrear su genealogía familiar por medio de autobiografías, documentos notariales, actas de matrimonio, registros judiciales del Al-Andalus, registros hereditarios y otras numerosas fuentes de los archivos familiares, los cuales en la actualidad se conocen como el FONDO KATI, y conforman una verdadera biblioteca familiar, la cual se encuentra en Tombuctú, Malí.
Los archivos más antiguos de la familia Kati no se encuentran disponibles en Internet, debido a que son los más deteriorados, producto de la humedad del río Níger y del pasar de los años, por lo cual solo ha sido posible encontrar información general sobre sus orígenes.
La familia pertenecería a los antiguos nobles visigodos de Toledo, que se enfrentaron a Don Rodrigo durante la guerra civil, que culminó con la invasión de Tarik a España y la instauración del dominio musulmán.
Según los archivos familiares, la casta se habría convertido a la religión mahometana con uno de sus personajes más trascendentales, Benu Al-Quti, con el que el clan se convierte en una poderosa familia nobiliaria de Toledo. La crónica genealógica cuenta que estos optaron por la conversión al islamismo para vivir en conciliación con los moros. Sirvieron fielmente en el Emirato independiente de los Omeyas, y luego en el Califato de Abderramán II. Ocuparon cargos importantes como legisladores, abogados y jueces (cadíes) durante este periodo.
Cuando en el año 1031 el Califato independiente de Córdoba se fracciona en los numerosos reinos de taifas, los Al-Quti habrían continuado con sus oficios tradicionales en Toledo; la invasión del rey de Castilla, Don Alfonso VI, en el año 1085, no habría comprometido su posición social, estos continuaron con sus regalías nobiliarias e impartiendo justicia entre los moros, hecho que resalta la idiosincrasia tolerante de la sociedad hispana de aquella época. Pero la tolerancia acaba el 22 de Mayo de 1468, un grupo de toledanos no católicos partían al exilio; entre ellos se encontraba el cadí Ali Ben Ziyad, miembro de la familia Al-Quti que ejercía de juez civil entre los musulmanes de Toledo. Igual que habían hecho otros exiliados antes, y tal como harían miles después, Ali Ben Ziyad se dirigió al sur del estrecho, a Berbería, tal vez a Fez o a alguna otra ciudad magrebí donde las gentes de Al-Andalus se fueron asentando. Pronto entró en contacto con el imperio Songai, quizá siguiendo los pasos de bastantes moriscos que, a través de las rutas de los "tuaregs", se habían establecido en el país negro de Malí.
De este modo, Ali Ben Ziyad arribó a la antigua Gumbu, actualmente Tombuctú, llamada la "Ciudad de los Sabios", centro del comercio de oro, sal y esclavos en el África Occidental, pero que se encontraba en continua decadencia debido al dominio de los Songai, instaurado en 1471.
Ali Ben Ziyad contrajo matrimonio con una mujer de la casa real de Askia, por lo que su clan se emparentó con la familia gobernante del Imperio de Songai; pero, cuenta la crónica, que nunca obtuvieron tanta preponderancia social, como aquella obtenida en Al-Andaluz, en Tombuctú eran llamados "Laluyi", que significa renegados, al acusarlos constantemente de ser ortodoxos, emparentados con judíos y cristianos; esta segregación social rinde cuenta de tres problemas que hundían a Tombuctú en aquel entonces; el primero es el resentimiento de la prestigiosa y sabia nobleza de Tombuctú, reprimida por el los Songai; la segunda es la ruptura de la sociedades cristianas y musulmanas, que antiguamente convivían entre sí, pero, que en el siglo XV, mostraban claros signos de resentimientos mutuos; por último, muestra también la desunión del propio mundo musulmán, ruptura demarcada con el surgimiento del Chiísmo y el Sunnismo, en este contexto, cabe destacar la mayoría Sunnita presente en Tombuctú durante aquel siglo, que acusaba de ortodoxos, es decir, Chiítas, a los Al-Quti.
A pesar del resentimiento de la nobleza de Malí, los Al-Quti estuvieron siempre cercanos a los soberanos de la nación. Según relatan las crónicas, el hijo de Ali Ben Ziyad Al-Quti, llamado Mohmud Al-Quti, contrajo matrimonio con la sobrina del Emperador de Songai; posteriormente el tío de Mohmud se convirtió en soberano del imperio, con el nombre de Askia Mohamed Al-Quti.
A pesar de que los Al-Quti llevaron el poder de los Songai a la propia Tombuctú, nunca fueron aceptados por la nobleza de la ciudad; en este tiempo surgieron muchos fábulas que desprestigiaban a los Al-Quti, razón, según la genealogía familiar, para que Mohmud Al-Quti cambiara el nombre de su clan a Kati, nombre con el que se les conoce en la actualidad.
Durante años la presencia de los Kati en la capital del desierto siguió siendo muy importante, su gobierno se encuentra plasmado en numerosas construcciones que embellecieron la ciudad, un ejemplo de ellos son las numerosas mezquitas y sepulcros que se hicieron para diversos personajes de la familia, las artes y las letras. Además Tombuctú se convirtió en la cuna para los moriscos exiliados de la Europa moderna, incluso numerosos viajeros deseaban hacer una escala en la "Ciudad de los Sabios", un ejemplo es Haser, conocido como León el Africano, quien es el único que dejo un registro de aquella época que fuese externo al fondo Kati. Pero los años de preponderancia tuvieron un declive abrupto y rápido en 1591, cuando una expedición marroquí a las órdenes de un morisco granadino, Yuder Pacha, apodado "Joder", se apoderó del norte del imperio de Songai, arrebatándoles Gao y Tombuctú al Imperio.
Por entonces la familia Kati se había trasladado lejos de la ciudad de los sabios (Tombuctú), a un lugar llamado Tindirma, allí han de abandonar sus oficios tradicionales de juristas, abogados y gobernantes, convirtiéndose en agricultores a las orillas del río Níger. A partir de 1818, cuando la penetración francesa se empeña en derrocar el pasado de la región por medio de la destrucción de numerosas bibliotecas, los Kati se habrían dispersado por toda aquella zona baja del río, al igual que toda su riqueza literaria, y nunca volverán a Tombuctú hasta 1990, cuando el patriarca de la familia, Ismael Diadiè Haidara Kati, empezará un gran éxodo con toda su familia para reunir su propia historia y la riqueza literaria de sus antepasados, dispersada por el sur de Malí, empresa que realizó apoyado de la fundación encargada de la Biblioteca de Tombuctú.
Según los archivos familiares, el clan posee una serie de ramas secundarias adyacentes a los Kati, algunas surgieron de su negación a acompañar a Ali Ben Ziyad a su exilio, mientras otros surgieron de su fraccionamiento por el río Níger a partir de 1818. Un ejemplo de estas ramas adyacentes son los Carmona, los Córdoba y los Ronda.
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