Nos encontramos así frente a un gran dilema, dada la importancia que el Fotón adquirió en el desarrollo de las teorías físico cuánticas en el siglo pasado.
Estudiando detenidamente a los osciladores armónicos de Planck y los electrones de anillo resonante de la nueva teoría del Electrón Anular, nos encontramos que a excepción de la diferencia de magnitudes entre ambos esquemas, su similitud es sorprendente.
Y dado que el Cuanto de Planck es solo una teoría, no justificada en realidad material alguna, tal como resulta ser ahora el Fotón, podemos arriesgar que estamos frente a la necesidad de reformular nuestra ideas acerca de la radiación, las "partículas" elementales y la dualidad corpúsculo-ondulatoria.
La fórmula de Einstein que relaciona Energía y Masa (Materia) no nos dice nada acerca del origen de ninguno de las dos, enigma que ha intentado ser pospuesto con teorías como el Big Bang, donde se traslada la incógnita hacia un tiempo pretérito inicial indeterminado, o el Boson de Higgs, enigmática entidad a la que en última instancia se recurre para llenar los baches de la teoría.
Descartada la idea de estos eventos creacionistas, que con seguridad los siglos venideros verán con la misma sonrisa piadosa que esbozamos nosotros frente a los esquemas anteriores a Copérnico y Galileo, debemos buscar otras explicaciones al origen de la materia y de la masa, que no caigan en el absurdo, como sucedió con un famoso astrónomo soviético, que intentó mostrar al Tiempo como el hacedor del milagro de creación de la materia.
Resulta lógico suponer que la fuente primaria de la materia se encuentra expandida a lo largo del Universo, sin intentar teorizar acerca de su origen.
Y que dada la relación mencionada entre Materia y Energía, ambos términos de la ecuación deberán tener un origen común.
Materia y Energía son dos resultantes de un proceso físico que todavía está actuando en el Espacio, dada la aparición de nuevas estrellas, como afirma la astronomía. Y que sabemos no responde a ningún evento de acreción, como se teorizó en su momento.
Es a este Espacio, supuestamente vacío, hacia donde debemos dirigir nuestras búsquedas.
Una primera conclusión obligada es que el paso de un estado, que llamaremos Primordial, al de la Materia y la Energía, representa un cambio cualitativo, de un material sutil a otro más denso.
En este camino deductivo debemos apartarnos de nuestro método de razonamiento actual donde el paso de un estado a otro se resuelve dividiendo la materia en partículas más y más pequeñas, que de no existir, las inventamos, aceleradores mediante.
Un proceso que partiendo de un estado Primordial para desembocar en Energía, Materia y su consecuencia obligada, la Gravedad; que no es una anomalía, sino una condición obligada y repetida en la formación de las Galaxias, debe responder a causas que por el momento escapan a nuestras teorías físicas, sobre todo a nuestra Física Cuántica, desarrollada exclusivamente sobre un concepto de partículas, con total desprecio de las Ondas.
Esto nos ha puesto en un verdadero callejón sin salida, de lo cual el modelo Estandar del Átomo es el ejemplo obligado.
Cuando Planck apela a la idea de una radiación compuesta de partes, no suponía que su teoría sería utilizada por las teorías Cuánticas para examinar todo y justificar el predominio de las teorías de partículas sobre toda otra explicación.
Necesariamente, lo sutil, el estado pre material y pre energético, por definición, no es un estado de partícula. Es otra "Cosa". Y esa "Cosa" llena el Espacio vacío.
La deformación teórica de considerar a la partícula como el principio y fin de todo, resabio de la secular lucha entre partidarios de ondas y partículas, ha terminado por dominar a todas las ciencias, sin excepción. Todos adoran al dios cuántico
Como resultado tenemos un enorme desarrollo técnico y un estancamiento no menos formidable en lo teórico.
No poseemos una teoría sobre el Electrón, el Protón, el Átomo. Sobre la Materia. Sobre la Energía.
Solo ecuaciones a las que podemos modificar, interpolar y adaptar para que nos den la ilusión de una comprensión.
El primer paso hacia la resolución de este estancamiento conceptual es reconocer su existencia. Nada ganaremos barriendo debajo de la alfombra todo aquello que apunta a discutir ideas que se suponen fundadas. Todo lo contrario. Es en esos elementos que nos incomodan, por no tener ubicación en el rompecabezas teórico, donde debe insistirse, pues pueden ser la apertura a nuevos horizontes.
Copérnico y Planck nos lo demuestran. Y Einstein lo reafirma.
Como señalamos, la idea del Cuanto como oscilador primario radiante se asemeja demasiado al Electrón Anular resonante y radiante.
Ambos conceptos nos indican la existencia de un proceso de absorción y emisión de la energía electromagnética que está basado en la Resonancia Eléctrica de un sistema inductivo-capacitivo elemental, ligado a las partículas primarias, en especial al Electrón, que como se indicó, es un circuito resonante básico, al poseer estructura de espira cerrada y comportarse como tal.
La diferencia con respecto a una bobina o espira convencional, es la ausencia de pérdidas por resistencia interna, lo que le permite comportarse como un circuito ideal, que nunca cesa en su función, y que en ausencia de perturbación exterior, no emite ni absorbe.
Este es en realidad el verdadero Cuanto de Planck. Y su Constante es solo una especie de mínimo común múltiplo, que nos permite resolver ecuaciones en los procesos que involucran radiaciones electromagnéticas.
Como sabemos, un cuerpo sólido irradia un Espectro continuo. Uno gaseoso, rayas características, que pueden ser de emisión, al ser calentado el gas o de absorción, si este se coloca en el camino de la radiación continua.
En ambos casos, tanto rayas como espectro, están compuestos de radiaciones individuales, que respondiendo a la estructura atómica de la materia, abarcan todas las longitudes de onda de la luz, en el caso de un sólido, o de rayas monocromáticas, en el elemento gaseoso.
Lo que escapa a nuestra comprensión es el mecanismo físico por el cual estas radiaciones individuales, cuánticas, llegan a integrarse y conformarse en frecuencias mucho más bajas que las naturales del Electrón, respondiendo a una temperatura de excitación determinada.
En el cuerpo negro, la temperatura transmitida por las paredes, obliga al material interno de las mismas, a emitir radiación.
Esta radiación está compuesta de innumerables radiaciones individuales, los Cuantos, que hasta el momento se interpretaban como relacionados con los cambios de órbitas de los electrones componentes del material calentado.
La reaparición de la Teoría del Electrón Anular, como consecuencia del reconocimiento de la verdadera dimensión del Electrón, cuyo diámetro es 600 veces superior ( en estado libre) al del Protón, lleva a dejar de lado el concepto de Orbital y colocar en su lugar al anillo electrónico, manteniendo casi todo el cuerpo de leyes conocidas, desplazando algunas, por innecesarias, tales como la interpretación de Dirac sobre el electrón puntual y la explicación de Bohr.
En lugar del salto orbital, tenemos que el anillo electrónico es el responsable de absorber e irradiar, como una espira magnético-inductiva clásica.
Estos anillos, cuyo radio conocemos en el estado libre, tienen en el interior del átomo, radios diversos que dependen del elemento considerado, de su posición central o periférica respecto del núcleo, de su relación con otros átomos, etc.
Como el radio del anillo electrónico y sus constantes electromagnéticas definen la frecuencia de resonancia básica y sus armónicas, tenemos, por vez primera una visión física, material, de los osciladores armónicos de Planck, los responsables de la emisión cuantificada.
Las enormes dificultades que se han encontrado para poder aplicar las teorías dominantes, sobre el átomo, más allá del Hidrógeno, desaparecen.
Pero aún en el caso del Hidrógeno, no se podía justificar como un electrón solitario podía producir los espectros de rayas conocidos en la series de Balmer, Paschen, Pfund, Brackett y Lyman. Ni siquiera admitiendo que el Hidrógeno tiende a formar una molécula doble.
Lo que no podía explicarse en la teoría orbital, lo hace sin dificultad el Electrón Anular, dado que para cada radio, adquirido de acuerdo a la excitación recibida, tiene una frecuencia de resonancia principal y sus armónicas.
Uno de los campos donde el Electrón Anular dará respuestas y abrirá caminos de investigación reside en que su forma, de una espira resonante, explica la polarización de la radiación electromagnética, tal como lo hace cualquier dipolo. Circunstancia que no puede resolverse por medio de la idea de un electrón esférico y mucho menos puntual.
Y que nos permitirá arribar a nuevas conclusiones en la teoría del desplazamiento de la luz en el Espacio, dilema cerrado apresuradamente decenios atrás, donde se admitió la polarización transversal de la onda luminosa y con ello se descartó la idea del Éter espacial.
La teoría del Electrón Anular, que no es nueva, dado que fue presentada a principios del siglo XX por Allen y Parson, y retomada por Lucas y Bergman en los 90, nos abre toda una serie de posibilidades teóricas, que nos permitirán salir del atolladero en que se encuentra la física moderna.
El Electrón Anular y su contraparte, El Protón (que será tratado en otro ensayo) resultarían ser las manifestaciones materiales de ese estado Primordial, ahora convertido en Materia y Energía.
Planck se detuvo, por necesidad o elección en su famosa Constante. No siguió más allá. Cierto es que los conocimientos de su época y la tendencia general de los investigadores impelían como un Tsunami hacia la Física de Partículas.
Presentaciones como las de Allen y Parson, intentando hacer oír su teoría del Electrón Anular, fueron el equivalente de un pequeño bote intentando frenar el maremoto. Sus ideas fueron arrojadas al cajón de los desperdicios, con la excusa de falencias en la proposición, al mismo tiempo que se aceptaban sin discusión propuestas mucho más inconsistentes, pero integradas al consenso general.
Hemos perdido un siglo. Pero no es lo más grave.
Lo verdaderamente peligroso es la repetición del incidente. Nuevamente se intenta frenar la teoría del Electrón Anular, dado que su reconocimiento contraría un sistema de ideas, prejuicios e intereses, académicos y venales.
Bibliografía:
Concerning an Heuristic Point of View Toward the Emisión and Tranformation of Light A. Einstein, Anuales de Física, 1905
Physical Models de Atoms y Molecules.
Theory of forces. Bergman David.
Physical Models of Matter. Bergman y Lucas.
Electrón Wave Function. Bergman
Hydrogen-Element#1. Bergman.
Fine-structure Properties of the Electron, Proton y Neutron. Bergman.
Observations of the Properties of Physical Entities. Bergman.
The Law of Cause and Effect. Bergman y Collins
What is Common Sense Science and why is it needed?
A Classical Electromagnetic Theory of Elementary Particles
A Physical Model for Atoms and Nuclei. Lucas y Lucas
Origin of Inertial Mass. Lucas
Nuclear Binding and Half-Lives. Bergman
The Case for a Ring Electron. H.S. Allen. Proc. Phys. Soc.London
Classical Theory of Radiating Electrón P.A.Dirac Proc. Roy. Soc.
The Size and Shape of the Electron. A. Compton. Phys. Rev. Second Series
A Magneton Theory of the Structure of the Atom. A.L.Parson Smithsonian Collection
Química Oculta: Leadbeater y Beasant
El electrón anular. Nueva teoría. J.C. Bianchi
El Efecto Fotoeléctrico. Nueva Teoría J.C. Bianchi
Autor
Juan Carlos Bianchi
Licenciado en Astronomía
Técnico en Energía Solar
En preparación:
Protón. Nueva teoría
Transmisión de la luz en el espacio. Nueva teoría
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