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Dificultades Vinculadas a los Modelos de Emprendimiento


Partes: 1, 2

  1. Resumen
  2. Introducción
  3. ¿Modelo de emprendimiento único para todos?
  4. Un modelo de emprendimiento para "pesos pesados"
  5. Limitaciones del modelo de emprendimiento tecnológico
  6. La estrategia de los pequeños emprendedores
  7. Comentario final
  8. Bibliografía recomendada

Resumen

El modelo general de emprendimiento fomentado en la mayoría de los programas latinoamericanos de capacitación de nuevos emprendedores está basado en una gran necesidad de capital. De hecho, la mayoría de los programas de capacitación de emprendedores ha sido diseñado para convertirlos, primero que nada, en activos buscadores de financiamiento en fuentes públicas o privadas, marginando otros factores que son, al principio, mucho más importantes para asegurar el éxito de las nuevas empresas. El objetivo de este artículo consiste en analizar las causas de esta creencia, las principales limitaciones del modelo dominante y la estrategia que adoptan los pequeños emprendedores más sagaces.

Palabras Clave: Modelos de emprendimiento, emprendimientos de alta tecnología, requerimientos de capital, inversionistas de capital de riesgo, inversionistas "ángeles", endeudamiento de los emprendedores, modelo del Valle del Silicón, articulación universidades-parques tecnológicos-empresas.

Introducción

Una de las creencias más extendidas respecto al proceso de crear nuevos negocios consiste en suponer que solamente aquellos emprendedores con abundante capital de respaldo a su disposición pueden ser exitosos.

Se trata de una creencia tan extendida que, incluso, la mayor parte de los programas de capacitación de nuevos emprendedores han sido diseñados para convertirlos, primero que nada, en activos buscadores de financiamiento externo en fuentes públicas o privadas.

En buena medida, ello se debe a la creencia generalizada en que la principal limitante de los emprendedores es la insuficiencia de capital. En otras palabras, y por sorprendente que parezca, se cree sinceramente que para hacer dinero, primero se necesita tener mucho dinero.

No obstante, la creencia en que el capital a disposición de los emprendedores es el principal factor restrictivo para el inicio de sus nuevos negocios es, hasta cierto punto, uno de los mitos más perjudiciales que rodea al proceso emprendedor.

El propósito de este artículo consiste, por tanto, en el análisis de las razones que sustentan este mito y las maneras como los emprendedores inteligentes le hacen frente con éxito.

¿Modelo de emprendimiento único para todos?

El modelo general de emprendimiento fomentado en la mayoría de los programas latinoamericanos de capacitación de nuevos emprendedores está basado en una gran necesidad de capital.

De hecho, casi todas las personas que piensan iniciar un negocio propio creen firmemente que para hacerlo es imprescindible contar con mucho capital de respaldo.

En buena medida, ello se debe, por una parte, al modelo tradicional de negocios que se fomenta en tales programas (muy exigente en cuanto a inversiones iniciales) y, por la otra, a la creencia generalizada en que la principal limitante del proceso emprendedor es la insuficiencia de capital para iniciar cualquier tipo de nuevo negocio.

Se trata de una creencia tan extendida que, incluso, la mayor parte de los programas de capacitación han sido diseñados para convertir a los emprendedores, primero que nada, en activos buscadores de financiamiento en fuentes públicas o privadas, marginando otros factores que son, al principio, mucho más importantes para asegurar el éxito de las iniciativas empresariales.

Ciertamente, la constitución de una empresa, por pequeña que sea, requiere invariablemente más dinero del que tiene a la mano la mayor parte de los emprendedores en cualquier lugar del mundo, por lo que muchos se ven obligados a comenzar con una escala y un nivel tecnológico inferiores a los deseables para ser más competitivos, o sencillamente arrancar más tarde de lo deseado.

Además, la escasa liquidez durante los primeros meses de actividad de muchos negocios es, desgraciadamente, una realidad a la que se enfrentan muchos nuevos emprendedores.

No obstante, la creencia en que el capital a disposición de los emprendedores es el principal factor restrictivo para el inicio de sus nuevos negocios es, hasta cierto punto, uno de los mitos más perjudiciales que rodea al proceso emprendedor.

Se dice que hasta cierto punto es un mito porque esa creencia sólo es válida para los emprendimientos de gran envergadura que siguen el modelo de negocio tradicional, pero no lo es para la totalidad de los posibles negocios que pueden crear los emprendedores.

Los emprendimientos tradicionales de gran envergadura poseen elevados requerimientos de capital fijo tangible (para financiar maquinaria, edificaciones, tiendas de comercialización minorista, inventarios, etc.) y de capital de trabajo (para financiar pagos de nóminas, pagos a proveedores y acceso a servicios públicos).

Por tanto, para concretar la creación de un nuevo negocio de este tipo es necesario disponer de suficientes recursos financieros a fin de poder realizar las inversiones pre-operacionales requeridas para elaborar el producto o prestar el servicio que se piensa ofertar al mercado, y se necesita un cuantioso capital de trabajo para cubrir el período de tiempo que transcurre entre la compra de insumos o materias primas y la entrada de ingresos por las compras de los clientes.

Una vez iniciado, el crecimiento del negocio puede llegar a demandar nuevas inversiones y mayor capital de trabajo, por lo que tal vez se requieran fuentes externas de financiamiento, más allá de la reinversión de ganancias o del empleo del patrimonio personal de los socios.

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