Los estudios de angiografía proveen información valiosa y útil acerca de las venas cerebrales. Por ejemplo, el hecho que las venas superficiales frontales se llenan antes que las venas parietales y que las profundas son las últimas en llenarse. Sin embargo, desde el punto de vista de radiología diagnostica estas venas profundas son más importantes que las superficiales, por el hecho de que las últimas presentan frecuentes variaciones en su configuración.
SENOS VENOSOS DURALES Su función principal es recibir sangre desde el encéfalo y del líquido cefalorraquídeo y avenarla finalmente a través de las venas yugulares internas. Además, permanecen conectados a las venas diploicas del cráneo y a las venas del cuero cabelludo, por medio de las pequeñas venas emisarias.
SENOS VENOSOS DE LA CONVEXIDAD
Seno longitudinal superior: también llamado sagital superior, se encuentra a nivel del borde superior adherido de la hoz del cerebro. Su origen anterior se da en el agujero ciego donde a veces recibe una vena de la cavidad nasal. Se dirige en sentido ventrodorsal, primero a lo largo de la cresta frontal y luego del surco sagital superior, aumentando gradualmente de tamaño. Recibe en su recorrido a las venas cerebrales superiores.
En su porción central contiene lagos venosos que varían en tamaño y número. Estos reciben a las venas diploicas, meníngeas y emisarias y numerosas vellosidades aracnoideas protruyen en su interior. Termina a nivel de la protuberancia occipital interna, desembocando en la llamada confluencia sinusal o prensa de Herófilo. Senos trasversos: son los senos laterales, que se originan en la prensa de Herófilo y se dirigen transversalmente y ligeramente hacia adelante a lo largo de un surco del hueso occipital. En la unión occipitopetrosa reciben a los senos petrosos superiores de cada lado y se curvan hacia abajo y atrás, continuándose como senos sigmoideos.
Seno occipital: seno pequeño que ocupa el margen fijo de la hoz del cerebelo. Se origina en la cercanía del agujero occipital donde se comunica con las venas vertebrales. Drena finalmente en la confluencia de los senos.
Senos sigmoideos: se originan como continuación de los senos transversos, giran hacia abajo y adentro y surcan la porción mastoidea del hueso temporal. Luego siguen hacia delante y abajo, emergen a través de la porción posterior del agujero rasgado posterior y se continúan con el bulbo superior de la vena yugular interna.
SENOS VENOSOS DE LA BASE Senos esfenoparietales: pequeños senos que cursan el borde posterior libre del ala menor del esfenoides. Desembocan en el seno cavernoso de cada lado.
Senos cavernosos: ubicados en la fosa craneal media a cada lado del cuerpo del esfenoides, la silla turca y la hipófisis. Consisten en grandes redes de canales venosos comunicantes determinadas por una serie de trabéculas que atraviesan su interior. Se extienden desde la cisura orbitaria superior por delante, hasta el vértice de la porción petrosa, por detrás.
Rostralmente reciben al seno esfenoparietal, y a las venas oftálmicas superior e inferior, a través de la hendidura esfenoidal. Tienen como otras tributarias, a las venas cerebrales inferiores y a la central de la retina, para ir a drenar finalmente en los senos petrosos superior e inferior.
Estos senos cavernosos encierran además al tercero y cuarto nervios craneanos y a la rama oftálmica del quinto, que corren por sus paredes laterales. La arteria carótida interna, su plexo nervioso y el sexto nervio craneano también están contenidos en ellos, separados de la sangre por un revestimiento endotelial.
Seno coronario: a menudo llamado seno circular, conecta a los senos cavernosos de cada lado, como un anillo que envuelve a la hipófisis. Formado por los senos intercavernosos anterior y posterior, establece una importante relación con la vena facial a través de la vena oftálmica, a la cual recibe.
Senos petrosos superiores: localizados sobre el borde superior de la porción petrosa del hueso temporal. Cada uno drena el seno cavernoso en el seno transverso.
Senos petrosos inferiores: pequeños senos localizados en el borde inferior del peñasco. Cada uno drena el seno cavernoso de cada lado en el bulbo superior de la vena yugular interna.
SENOS VENOSOS INTERMEDIOS Seno longitudinal inferior: también llamado sagital inferior, ocupa el borde inferior libre de la hoz del cerebro. Corre en dirección caudal y en el margen libre de la tienda del cerebelo, se une con la gran vena cerebral de Galeno, formando así el seno recto. Recibe algunas venas cerebrales desde la superficie medial de los hemisferios. Seno recto: originado por la confluencia del seno longitudinal inferior y la gran vena cerebral de Galeno, se dirige hacia abajo y atrás a los largo de la línea de unión de la hoz y la tienda del cerebelo. Termina desembocando en la confluencia sinusal.
DRENAJE VENOSO DE LA MÉDULA ESPINAL Las venas medulares se forman por la reunión de vénulas que parten de las redes capilares de la médula. En el interior de la médula se describen las intramedulares y en la superficie de la misma, las perimedulares. Finalmente, se describen las vías eferentes.
Se originan tanto en la sustancia gris como en la blanca y tienen un trayecto radiado que se dirige hacia la superficie. Emergen por distintos puntos: Venas medias anteriores y posteriores: salen por los surcos medios anterior y posterior, respectivamente.
Venas radiculares anteriores y posteriores: emergen por los surcos colaterales anterior y posterior, respectivamente.
Venas periféricas: desembocan en la superficie de la médula, pero en puntos distintos a los señalados anteriormente.
La red perimedular se origina por anastomosis de las venas medulares que llegan a la superficie. Se compone de seis conductos longitudinales, tres anteriores y tres posteriores, que nacen por condensación de venas variables en dirección y volumen:
a) Sólo uno de los tres conductos anteriores corre por el surco medio anterior con el nombre de vena media anterior; los dos restantes, las venas laterales anteriores, son más pequeños y siguen la emergencia de la raíces medulares anteriores.
b) Asimismo, uno de los conductos posteriores corre por el surco medio posterior y recibe el nombre de vena media posterior; el comportamiento de las venas laterales posteriores es también análogo, pues emanan a todo lo largo de las emergencias de las raíces raquídeas posteriores.
Estas son las venas encargadas de drenar todas las anteriormente descritas, siguiendo un trayecto que conduce a las redes extrarraquídeas. Se dirigen en dirección al agujero de conjunción, unas siguiendo a las raíces raquídeas anteriores y otras a las posteriores.
Por lo general, existe una vena por cada dos raíces y eventualmente se encuentra sólo una para tres raíces. En cuanto a su dimensión son bastante variables, siendo más desarrolladas las que siguen a las raíces posteriores y aún más desarrolladas a nivel de los nervios lumbares.
Por último, van a abrirse en la grandes venas de conjunción, las cuales drenan finalmente en las extrarraquídeas: a)venas vertebrales a nivel cervical, b)venas intercostales a nivel torácico, c)venas lumbares a nivel lumbar, y d)venas sacras laterales a nivel de la pelvis.
Por lo presentado a lo largo del desarrollo de este breve resumen, se concluye que el rico drenaje venoso del Sistema Nervioso Central y del encéfalo se distribuye ampliamente abarcando las áreas de vital importancia. Más aún, las importantes anastomosis que establecen los sistemas de venas cerebrales ya sea con las venas diploicas, del cuero cabelludo o las anastomóticas de Trolard y Labbé, aseguran el flujo sanguíneo en posibles casos de obstrucción.
Como siempre se establece al hablar del origen y la distribución de las venas, que estas frecuentemente presentan variaciones en los diferentes individuos, cabe hacer la salvedad una vez más que todo lo descrito anteriormente está sujeto a cambios. Si se consideran los senos venosos, los cuales determinan una importante vía de salida de la sangre de la región craneana, estos cambios no suelen ser tan acentuados.
1) Snell R.; NEUROANATOMÍA CLÍNICA. 4° Edición. Editorial Médica Panamericana. Buenos Aires, 1999.
2) Carpenter M.; NEUROANATOMÍA HUMANA. 4° Edición. Editorial Médica Panamericana. Buenos Aires, 1994.
3) Testut L., Latarjet A.; TRATADO DE ANATOMÍA HUMANA, Tomo II. 9° Edición. Editorial Salvat Editores, S.A. Barcelona, 1979.
4) Rouviére H., Delmás A.; ANATOMÍA HUMANA. DESCRIPTIVA, TOPOGRÁFICA Y FUNCIONAL, Tomo III. 9° Edición. Editorial Masson, S.A. París, 1987.
Autor:
José Ruffinelli.
bito80[arroba]yahoo.com
Página anterior | Volver al principio del trabajo | Página siguiente |