- Introducción
- Venas cerebrales
- Venas intramedulares
- Venas perimedulares
- Vías eferentes
- Conclusión
- Bibliografía
En el siguiente trabajo se exponen los aspectos más resaltantes acerca de la circulación venosa del Sistema Nervioso Central y el drenaje venoso del encéfalo. Delgadas venas emergen de la sustancia del encéfalo, forman plexos venosos a nivel de la piamadre y drenan en las venas cerebrales. Estas a su vez, atraviesan el espacio subaracnoideo y abocan en los senos venosos de la duramadre.
Se describen pues, un sistema de venas cerebrales, las cuales se clasifican en un grupo superficial y otro profundo, y un sistema de senos venosos, entre los cuales se incluyen los senos de la convexidad, los senos de la base y los senos intermedios. Todos ellos van a drenar finalmente en la vena yugular interna que emerge de la base del cráneo y desciende formando el paquete vasculonervioso cervical. En cuanto a las venas cerebrales, estas se diferencian de las arterias homónimas por su volumen considerablemente mayor y además por su situación, ya que si bien las arterias se pierden en lo profundo de las cisuras, las venas preferentemente corren por la superficie libre de las circunvoluciones. Sin embargo, su característica más notable quizás, es la ausencia de una capa muscular en lo tenue de su pared. Por otra parte, son avalvulares y se intercomunican ampliamente entre sí a través de numerosos canales anastomóticos.
Con respecto a los senos venosos, estos se encuentran entre las capas perióstica y meníngea de la duramadre, por lo cual sus paredes están constituidas por un tejido fibroso diferente al de otra venas. De ahí que presentan una mayor rigidez, una acentuada tensión y no colapsan con facilidad. Su luz está revestida por endotelio y al igual que las venas cerebrales, no contienen válvulas y su pared está desprovista de musculatura.
A continuación, se detallan el origen, trayecto y distribución de los sistemas venosos citados más arriba.
Se distinguen un grupo superficial y uno profundo. El primero drena la corteza y la sustancia blanca subcortical y desemboca principalmente en los senos sagital superior o en los senos de la base. El segundo drena el plexo coroideo, las regiones periventriculares, el diencéfalo, los núcleos basales y la sustancia blanca profunda; desemboca principalmente en las venas cerebrales internas y en las venas de Galeno.
Venas cerebrales superficiales
También conocidas como venas de las circunvoluciones, se originan en el córtex cerebral y en la sustancia blanca subcortical; se dirigen hacia la piamadre donde abocan en ramos cada vez más voluminosos y finalmente drenan en los senos venosos. Comprenden:
Venas cerebrales superiores: en número de 10 a 15, reciben la sangre de las superficies convexa y medial del encéfalo. Se reparten en cuatro sistemas: frontal, rolándico, parietooccipital y occipital y se abren finalmente en el seno longitudinal superior o en sus lagos venosos.
Venas cerebrales inferiores: drenan la superficie basal del hemisferio y la porción inferior de su cara lateral. Las de la cara externa o sistema temporal se vacían generalmente en la vena media superficial que termina en los senos cavernoso y esfenoparietal. Las de la cara interna lo hacen en el seno longitudinal inferior y en la gran vena de Galeno.
Vena cerebral media superficial: corre a lo largo de la cisura lateral y recibe afluentes de la superficie lateral de los hemisferios. Recibe además ramas anastomóticas, entre las cuales las más constantes son la anastomótica superior de Trolard que la conecta con el seno longitudinal superior y la anastomótica inferior de Labbé que la conecta con el seno lateral o transverso. Desemboca finalmente en el seno cavernoso.
Venas cerebrales profundas
Reciben la sangre de los núcleos grises centrales, de las paredes ventriculares y de una gran parte del centro oval. Además están vinculadas con el drenaje de los plexos coroideos, la sustancia medular profunda, el núcleo caudado y las porciones dorsales del núcleo lenticular y del tálamo. Las de mayor importancia son:
Venas cerebrales internas: también conocidas como venas de Galeno, son dos troncos voluminosos que se originan en la extremidad anterior de la tela coroidea; se dirigen en sentido anteroposterior entre las dos hojas de la misma para llegar a la cara rostral de la cisterna cuadrigémina y ahí reunirse en un tronco único, la gran vena de Galeno. Reciben a las venas talamoestriada, coroidea, septal, epitalámica y ventricular lateral, de cada lado.
Venas basales de Rosenthal: nacen cerca de la cara medial de la parte anterior del lóbulo temporal. Reciben tributarias de la superficie medial y del asta temporal, entre ellas a la vena cerebral anterior, cuyo trayecto parecen continuar, a la vena cerebral media profunda y a las estriadas profundas. Gran vena cerebral de Galeno: vena corta, medial, de paredes delicadas y fácilmente desgarrable; formada por la unión de las dos venas cerebrales internas, recorre una longitud aproximada de 1 cm, se flexiona de abajo hacia arriba en el rodete del cuerpo calloso y desemboca finalmente en la extremidad anterior del seno recto. En su trayecto recibe a las venas basales, basales internas, occipitales y callosa superior.
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