Estudio y acción 2006: análisis y perspectiva sobre la realidad argentina
Enviado por Tatiana Santori
- Un poco de historia
- La incorporación de Argentina en el MNOAL
- El retiro de Argentina de los no alineados
- La XIV Cumbre de La Habana
- La política exterior de Néstor Kirchner: entre la retórica y la praxis política
- Bibliografía
"Argentina y el Movimiento No Alineados (MNOAL)"
I) Un poco de historia.
El Movimiento de países no alineados surge a mediados de siglo pasado en el marco de la descolonización desencadenada luego de la Segunda Guerra Mundial. Este contexto no sólo se caracteriza por el deseo de las naciones sometidas de independizarse del colonialismo, sino también por el enfrentamiento entre las principales potencias vencedoras del conflicto mundial: Estados Unidos y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).
Desde su cristalización, en la conferencia afroasiática de Bandung, en 1955, el MNOAL ha ido extendiendo su influencia, fundamentalmente en América Latina y el Caribe. Esta agrupación de países heterogéneos, que, sin embargo, compartían su marginalidad dentro del conflicto Este-Oeste, tenía como objetivo conservar su posición neutral, manteniendo su no alineamiento con las potencias antagónicas.
Teniendo en cuenta un escenario mundial que dista mucho del predominante en la Guerra Fría, no podemos dejar de subrayar la importancia del MNOAL en la actualidad puesto que sus principios políticos generales no han perdido vigencia. Principios tales como el multilateralismo; el respeto a los Derechos Humanos; la no ingerencia en los asuntos internos de otros estados; la solución de controversias por medios pacíficos; la condena al uso de la fuerza en las relaciones internacionales y la lucha por la democratización del orden político y económico internacional son cuestiones de gran relevancia en un contexto internacional caracterizado por la creciente desigualdad entre los Estados.
II) La incorporación de Argentina en el MNOAL.
En el contexto de Guerra Fría, los gobiernos justicialistas comienzan a vislumbrar la necesidad de guardar relativa equidistancia respecto de las superpotencias y sus respectivos esquemas de seguridad colectivos con el afán de convertirse en una tercera fuerza en los 1 Estudiante de Licenciatura en Relaciones Internacionales. Periodista. Columnista de 30N. asuntos internacionales. Surge así la concepción justicialista, enunciada por el presidente Perón en 1946, de Tercera Posición. Sin embargo, el discurso de esta nueva concepción se hizo aguas en la práctica política.
Si bien esta concepción puede ser vista como el germen de la posterior membresía al Movimiento No Alineados, hay diferencias sustanciales que merecen ser puestas en relevancia para no caer en confusiones. Existen disimilitudes entre el "No Alineamiento" y la "Tercera Posición" en cuestiones de vital importancia para el contexto de Guerra Fría, a saber: la seguridad colectiva; la importancia en las cuestiones económicas y la concepción de autonomía.
En cuanto a la cuestión de la Seguridad Colectiva mientras que el MNOAL rechaza los esquemas de seguridad colectivos, la Tercera Posición se inscribe dentro del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), colocándose bajo el paraguas defensivo de Estados Unidos para el Hemisferio.
La temática económica ha marcado los diferentes ritmos entre la Tercera Posición y el MNOAL. Mientras que la primera enfatiza la formación de espacios de integración continental como medio para la dinamización económica, (reimpulso del ABC), el MNOAL agrega esta cuestión en su agenda recién a partir de 1976.
Las diversas concepciones autonomistas ponen de manifiesto, al igual que las áreas abordadas anteriormente, que ambas concepciones son sustancialmente diferentes. Así entonces, el MNOAL retoma la concepción de Autonomía Secesionista, que "se presenta cuando los grupos domésticos que detentan el poder en el país periférico deciden romper las relaciones con el país central y obviar los intereses estratégicos de éste".2 La Tercera Posición, en cambio, se enmarca dentro de una concepción de autonomía menos radical, puesto que la Autonomía Heterodoxa consiste en "un estadio en el que los grupos internos de poder buscan capitalizar al máximo los espacios que, por debilidades o errores, deja el país o conjunto de países dominantes. En este contexto, los grupos de poder internos han vivido un proceso de "funcionalización" progresiva que les permite identificarse como relativamente independientes respecto al centro de poder y, por lo tanto, tienen la capacidad de trazarse objetivos propios".3
2 Juan Carlos Puig: "La política exterior Argentina: incongruencia epidérmica y coherencia estructural" en "América Latina: políticas exteriores comparadas". Ed. Gel. Bs. As., 1983 vol. I, pág. 137.
Argentina ingresa al MNOAL en 1964 en carácter de observador (con voz y sin voto) en la II Cumbre de El Cairo. El ingreso como miembro pleno (con voz y voto) en el MONOAL data de 1973, por decisión del gobierno justicialista.
La primera participación del gobierno argentino (como miembro pleno), tuvo lugar en la Cumbre de Argel, donde el gobierno justicialista envió una delegación co -presidida por el entonces Ministro de Bienestar Social (José López Rega) y por el Ministerio de Relaciones Exteriores (Juan Carlos Vignes).
El propósito de la participación, fue lograr la inclusión de temas como el del archipiélago de Malvinas y las represas del Alto Paraná; los usos pacíficos de la energía nuclear; así como evitar la discusión de proyectos de Resolución, tendientes a declarar a la Antártida "patrimonio común de la humanidad" 4
A través del discurso remitido por el Presidente Perón (leído por López Rega), se presentó a la "Tercera Posición Justicialista", como antecedente del "no alineamiento".
A partir de 1975 (en coincidencia con la reestructuración industrial y la mutación tecnológica de ciertos países del mundo industrializado), Argentina inició una etapa caracterizada por el estancamiento de su economía y un creciente endeudamiento externo, que vulneró las condiciones de vida y de trabajo de su población. En este contexto, la participación en el MONOAL fue difusa y de escaso compromiso. Temáticas como las del Nuevo Orden Económico Internacional (NOEI), bases militares y zonas de tensión, racismo y descolonización, no fueron de interés. En esta coyuntura, la percepción de las clases dirigentes argentinas fue "ahistórica" puesto que el país se desempeñó como si actuase en un contexto de guerra fría, en el que se desarrollaba "la tercera guerra mundial".
Así como se señalaron anteriormente las diferencias sustanciales entre la "Tercera Posición" y el "No Alineamiento", ahora es conveniente diferenciar las percepciones entre las administraciones Justicialistas y la del "Proceso de Reorganización Nacional".
El gobierno Justicialista incorporó a la Argentina como miembro pleno en el Movimiento y quizás como producto de su discurso "tercerista" y "latinoamericanista", mantuvo un comportamiento de adhesión a los postulados del MONOAL, dentro de una perspectiva moderada. Sus prioridades fueron las relacionadas con el reclamo de soberanía territorial de Malvinas, el uso y explotación de los ríos internacionales y la reivindicación de su porción territorial antártica.
3 Juan Carlos Puig, op cit.
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