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La Segunda Reencarnación del Verbo de Dios en la Tierra de los Inkas


Partes: 1, 2, 3

    1. Resumen
    2. El anuncio del Nuevo Mesías: Replanteamientos al interior de la Asociación Evangélica Misionera del Nuevo Pacto Universal (AEMINPU), Apurimac, Perú
    3. La segunda reencarnación del Verbo de Dios en la tierra de los Inkas: revelaciones y anuncios
    4. Vida y consecuencias del autor; su conversión religiosa, la meta de su fe y la respuesta del Dios vivo

    El anuncio del Nuevo Mesías; Replanteamientos al interior de la Asociación Evangélica del Nuevo Pacto Universal (AEMINPU), Apurimac, Perú.[1]

    Abrahán Rojas, Pastor Misionero, predicador de la Asociación Evangélica Misionera del Nuevo Pacto Universal (AEMINPU, Iglesia que ha surgido en las comunidades campesinas del Perú), narra pasajes de su vida, desde su niñez y conversión a la Iglesia Israelita, sus viajes como misionero por diferentes pueblos de los andes centrales y de la amazonía peruana, hasta la historia de una revelación divina por medio de sueños y ayunos en los que se le anuncia el nacimiento de un mesías para la Iglesia Israelita, el futuro guía de la congregación nacería en algunas de las comunidades de la sierra sur peruana, núcleo de lo que fuera el Estado Incaico. Esta revelación contradice el credo fundante de la iglesia Israelita, y por ello, sus predicaciones le ocasionan represalias y problemas, poniendo incluso en riesgo su vida.

    Mil novecientos noventa y nueve fue un año convulso, lleno de expectativas, removido, agitado. Pero sobre todo ambiguo, los musulmanes celebrarían el año 1379, los judíos el 5762, el calendario maya contaría el 5114, y el cristiano el esperado año 2000. Un minúsculo movimiento de reivindicación étnica peruano vería en el solsticio de verano del mes de Qhapaq Raymi, el advenimiento del décimo Pachakuti, el año diez mil, el renacimiento de las huacas y el comienzo de un nuevo tiempo en el retorno del tiempo antiguo.

    Conocí ese año al hermano Abrahán Rojas -un pastor misionero predicador israelita, nacido en la comunidad de Huanipa, Yaurecc, distrito de Chiara, provincia de Andahuaylas, Apurímac, en 1958- en el templo de la Iglesia Israelita (AEMINPU) de la comunidad de Ccalla Ccalla, distrito Cotabambas, provincia Cotabambas, en el departamento de Apurímac, Perú. Un pueblo sin alumbrado eléctrico ni agua potable, en una región del trapecio andino más bien conocida por su celo en la práctica de antiguas tradiciones de raigambre andina y pre colombina.

    Este Movimiento religioso israelita hace su aparición en el año 1956, y su fundador es Ezequiel Ataucusi Gamonal, zapatero de oficio, profeta que inscribe su movimiento religioso en registros públicos el año 1969.

    Una de las características de este movimiento religioso es la procedencia de sus feligreses, personas inicialmente originarias del sur del Perú (Huancavelica y Ayacucho, entre otros), quechuahablantes, con un nivel educativo elemental. Su ámbito laboral era la agricultura en la selva central del Perú (valle de Chanchamayo).

    La doctrina de Ezequiel proviene del adventismo, del cual se desgaja y añade prácticas del Antiguo Testamento, como son el holocausto, las fiestas de las cabañas, el bautizo, la expiación… Ezequiel hace patentes sus creencias milenaristas (fin del mundo) y predica la "ley real" (decálogo de Moisés).

    […] Ezequiel, que es el "Jesucristo" encarnado, logrará salvar a sus seguidores del fin del mundo inminente.[2]

    Durante sucesivas conversaciones que se iniciaron por simple cuestión de confraternidad con los comuneros que me hospedaban, fui conociendo de boca, y de puño y letra del hermano Abrahán una historia interesante y misteriosa. Había preguntado yo sobre lo que pensaba acerca del fin del mundo, siendo como era el año noventa y nueve, y siendo él integrante de una congregación que había profetizado el fin del mundo para el siguiente año. Su respuesta, de lo más lógica desde todo punto de vista, me interesó en su relato: El Fin del Mundo aludía, para él, a un cambio religioso, social, económico y político en el orden mundial.

    Este tipo de consideraciones y otras más prioritarias relativas al entendimiento e interpretación de las Sagradas Escrituras ocupaban gran parte de su tiempo, mientras realizaba labores caseras en el templo de su comunidad donde además ejercía su oficio de soldador y reparador de primus (pequeñas cocinas a kerosene).

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