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Figuras organizativas dinámicas interactivas como soportes del autodesarrollo sostenible


Partes: 1, 2

  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Desarrollo
  4. Consideraciones Finales

RESUMEN.

Los elementos reflexivos de juicio que se hacen en el presente documento, tienen lugar en el estado Zulia de la República Bolivariana de Venezuela en diciembre del año 2008, después de un conjunto de experiencias acumuladas que iniciaron en junio del año 2007 en el municipio Baralt y posteriormente en el municipio Lagunillas del propio estado. Aparece un análisis casuístico de las realidades con que los facilitadores del desarrollo rural se tienen que enfrentar en las comunidades, en medio de una distorsionada visión local del desarrollo, determinado por los modelos económicos y políticos imperantes durante siglos de exclusión social y la competencia desleal del petróleo por los recursos humanos del campo en las zonas antes referidas. Se presentan alternativas denominadas "Figuras Organizativas Dinámicas Interactivas" que pretenden descifrar el complejo camino de llegar hacia la sostenibilidad en el desarrollo rural, utilizándose a la agricultura a pequeña escala como su motor impulsor. Finalmente se propone el documento a manera de guía metodológica que pueda provocar reflexiones enriquecedoras adicionales y convertirse en herramienta de trabajo para los facilitadores que participan activamente en la ejecución de proyectos que tienen como meta contribuir significativamente al desarrollo rural sostenible.

1. Introducción

Durante muchos años las instituciones científicas y docentes, donde se diseñan investigaciones diversas en el campo agropecuario, erraron frecuentemente al dirigir sus trabajos hacia el objeto equivocado. Era evidente la existencia de un eslabón perdido. Actualmente en algunos centros de altos estudios de nuestros países latinoamericanos dicho e slabón continúa perdido. La principal causa se sustenta básicamente en dos aspectos: 1) no tomar en cuenta al sujeto meta y 2) no focalizar bien al objeto de investigación. Las principales consecuencia de tales errores son obvias: a los grupos metas generalmente no les interesaban los resultados de las investigaciones, para las cuales se habían gastado recursos humanos, financieros y tiempo. Era normal encontrar engavetadas disímiles experiencias en las mencionadas instituciones y el desespero por los investigadores tratar de lograr el clímax de la investigación científica: la llamada "introducción de resultados"; pues realmente ese constituye el verdadero aporte social de ese producto, servicio, tecnología o metodología.

Una vez más la historia demostró que los modelos rígidos no conducen al desarrollo; y aunque demorado, comenzó a aparecer la terminología "participativa" en la investigación y en los procesos de desarrollo. Pudiera plantearse que de repente fue la "palabra mágica", la que se puso de moda, la que se prestó y se presta para hacer buenas focalizaciones y para enmascarar también errores. Es por ello, que no es una simple tendencia, sino una filosofía de trabajo que se conceptualiza a través de la lógica del desarrollo. Los modelos flexibles son los verdaderos caminos que permiten que los productos de la investigación científica impacten al sujeto y al objeto. De estos han surgido numerosas formas de hacerlos vitales en la práctica: aprendiendo haciendo, de campesino a campesino, investigación participativa, e ntre otras. Al irse estableciendo modelos de este tipo han existido respuestas de impacto a corto plazo y se le ha dado una torcida al camino que había sido el fracaso de una investigación que era elitista, descentrada, individualista y miope a las prioridades rurales, donde el sujeto figuraba como un actor productivo y dependiente de paquetes tecnológicos, pero no como ente social, y mucho menos tenía la menor idea de transitar hacia la sustentabilidad, sostenibilidad, agricultura ecológica, agricultura orgánica o soberanía alimentaria.

Dentro de las tantas variantes que comenzaron a actuar como intermediario entre científico y productor surgió el extensionista, y la llamada "transferencia de tecnología". Sin embargo, la agricultura es multifactorial; es decir, influenciada por diversos factores. Esto le da el carácter de compleja, pero imprescindible. Por tales razones, es válido continuar probando procedimientos que la hagan mas eficiente y cercana a la naturaleza misma y a las principales necesidades de las comunidades, dígase consumidores. No obstante, los extensionistas devienen facilitadores del desarrollo rural y las tecnologías no se transfieren, sino que se adaptan a las condiciones edafoclimáticas concretas. No es lo mismo transferir una tecnología para fabricar una línea de zapatos, la cual probablemente en cualquier sitio pueda funcionar de manera similar; que una tecnología para producir plantas o animales, la que sí depende del clima, del suelo, de la altura sobre el nivel medio del mar, de la intensidad solar, de la longitud de los días, de las culturas locales, etc.

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