- Despertar al segmento más sensible de la comunidad
- Círculo de Interés "Amigos de la Naturaleza"
- Impactos del CIAN en los agroecosistemas y la comunidad
- Reconocimiento social del CIAN
- Referencias
A unos 15 km de la Ciudad de Bayamo en la provincia cubana de Granma, existe un lugar llamado Peralejo. A pesar de su historia, debido a importantes enfrentamientos de las fuerzas de liberación nacional contra las columnas de la metrópoli española durante la colonia, este sitio ha permanecido en un aparente olvido. Lo que ha traído como consecuencia, que la marginación se haya reflejado en la biodiversidad de la zona; con particular impacto negativo en la reducción de las poblaciones de marañón (Anacardium occidentale L.). Una de las especies vegetales símbolo de Peralejo.
Dicha comunidad, se considera uno de los pocos refugios naturales que esta Anacardiácea tiene en Cuba (Cañizares, 1984). Pero como si fuera poco, recibe ese nombre, porque allí también proliferaba otra especie frutal llamada Peralejo (Byrsonima crassifolia (L.) Kunth.), perteneciente a la familia Malpighiaceae, y de la cual hoy sólo se conservan unos pocos árboles.
Como un efecto resultante de la erosión genética de estas y otras especies del reino vegetal y animal que allí han compartido durante más de una centuria, es la erosión que se ha provocado en los suelos y en las finanzas de los comunitarios.
Con un relieve ondulado, poca profundidad de los suelos, bajo contenido de materia orgánica y alto potencial erosivo, tanto eólico como hídrico, es el panorama ambiental que allí se percibe. De un solo vistazo, se deja notar, en las áreas deforestadas, una predominante y creciente vegetación espinosa y rala; típica de zonas semiáridas.
Despertar al segmento más sensible de la comunidad
Lo más probable es que si no se detiene el deterioro ambiental antes expuesto, la agricultura tenderá a cero y, finalmente, no se evitará que los pobladores abandonen paulatinamente el lugar en busca de satisfacer sus necesidades alimenticias y económicas, sobre todo los más jóvenes.
En 1998, durante los estudios que se iniciaban del marañón en la zona, debido a ser una especie frutal tropical arbórea amenazada en Cuba (Anderez et al., 1984); fue que se identificaron tales fenómenos como las principales motivaciones enfocadas a la conservación in situ de estas especies y en general de los agroecosistemas.
Sin embargo, se notaba cierta resistencia al cambio por parte de los adultos. Ellos no comprendían que esos árboles que los acompañaban desde su nacimiento, estuviesen amenazados. Tampoco que eran responsables debido a la tala, quema, prácticas agrícolas inadecuadas, marginación de las especies, y de no haberse percatado que las mismas podían constituir un renglón para solventar sus reducidas finanzas.
No quedó otra opción —se acudió a la futura generación de adultos: los que serian más afectados y los que no deberían seguir imitando lo que hasta ahora habían visto. Los niños ocupan en Peralejo el 32% de sus 3 556 habitantes.
Todos asisten a la escuela primaria, por lo que no era difícil poder acceder a ellos. Después de simples y elementales diálogos con los maestros y con los chicos, donde se explicó la importancia de su participación activa en retornar vitalidad a las sabanas de Peralejo, se notó una respuesta electrizante. Sin dudas, había despertado el segmento más sensible de la comunidad.
Círculo de Interés "Amigos de la Naturaleza"
Se dio a conocer que en la comunidad se desarrollaría el Programa Fruticultura Comunitaria-Participativa (Aguilera et al., 2003), y que el Círculo de Interés Amigos de la Naturaleza (CIAN) sería un elemento determinante para que funcionara dicho Programa. Entonces, de manera voluntaria los niños de segundo a sexto grado decidieron pertenecer al mismo.
Una vez conformado el CIAN y convencidos de que jugarían un papel activo en su propio escenario; lo primero fue revisar sus materias de estudio e identificar cuál se podía vincular con los intereses de dicha agrupación. La más apropiada resultó ser una denominada "El mundo en que vivimos".
Su contenido temático estaba diseñado como para hacer comprender los propósitos del CIAN. Entonces, comenzaron a practicarse las actividades que se observan en la Fig. 1.
Figura 1. Algunas de las actividades que desarrolla el CIAN desde su fundación
Hoy los niños son capaces de responder muchos por qué. Por ejemplo: ¿por qué el marañón y otras especies están amenazadas en su comunidad?, ¿por qué viven en un refugio natural de estas especies?, ¿por qué comienza a proliferar una vegetación espinosa?, ¿por qué los suelos donde se ha deforestado son poco fértiles y en áreas boscosas son más productivos?, ¿por qué las semillas germinan o no germinan?, ¿por qué las plantas crecen y se desarrollan?, ¿por qué las plantas florecen y fructifican?, ¿por qué es beneficioso que convivan muchas especies de plantas y animales en un mismo hábitat?, ¿por qué los árboles intervienen en el ciclo del agua?, y muchos otros ¿por qué?
Impactos del CIAN en los agroecosistemas y la comunidad
Los niños se convirtieron en un verdadero ejército al cuidado de los recursos naturales de su comunidad. Se puede ilustrar con un ejemplo: Rachelita de nueve años de edad, jugaba un fin de semana en el patio de su casa, cuando notó que un campesino quemaba en sus predios.
Apresuradamente, se le presentó como miembro del CIAN y le explicó las consecuencias del fuego y el daño que le causaría a los árboles que estaban expuestos. El aludido respondió jocosamente, que eran sus tierras y hacia lo que estimaba conveniente. A lo que la decidida niña respondió: "…el hecho de que usted trabaje estas tierras no le da derecho a destruir los árboles y el suelo, y contaminar el medio ambiente; ellos son propiedad de la naturaleza y de las futuras generaciones, por lo que debe respetarlos y apagar el fuego de inmediato". Aturdido por la rápida y contundente respuesta, la "orden" fue cumplida y la lección ejemplarizante, la que se propagó como un trueno por toda la comunidad.
De acciones como estas han sido blanco depredadores humanos procedentes de la propia comunidad o visitantes furtivos, que pretenden destruir árboles para fines energéticos o colectar frutos con maltratos a las plantas.
A pesar de que aún no se ha logrado que la zona de Peralejo consiga alguna categoría de área protegida, si se respira un ambiente de respeto, pues al cabo de seis años, se ha alcanzado cierto grado de conciencia conservacionista en los habitantes. Esto hubiese sido imposible sin la acción del CIAN. Pues estos niños son los propios hijos de los campesinos y del resto de los comunitarios.
El hecho de todos haberlos visto adueñarse de su entorno, ha sensibilizado a los adultos y los ha convertido en sus mejores colaboradores, lo cual era un resultado esperado por el CIAN.
Nunca se vaticinó la dimensión que traería el trabajo de los niños en esta comunidad. Por supuesto, los maestros también han jugado un papel decisivo, al adecuarles el tiempo para que puedan ejecutar las actividades y al apoyar todas las iniciativas naturalistas que allí se generan. Las áreas de la propia Escuela Primaria José Tey Blancard, han servido de vivero para producir plantas que se han facilitado a los vecinos para que las propaguen, como resultado del trabajo de los niños.
La integración de acciones durante todos estos años ha permitido que mejoren algunos indicadores en la biodiversidad de Peralejo. Las especies arbóreas se han incrementado de 8 a 18%, las herbáceas de 4 a 13% y las animales de 5 a 14%.
Las áreas están bien determinadas y divididas en tres grandes grupos: áreas en conservación in situ (24 hectáreas); áreas en reforestación (29 hectáreas) y áreas deforestadas (33 hectáreas). Ahora el CIAN no trabaja sólo; se ha creado un CIAL (Comité de Investigación Agrícola Local) para que acompañe a los niños, aunque estos continúan sin perder el protagonismo.
La meta inmediata es incrementar cada vez más las áreas en conservación y reforestación, en detrimento de las deforestadas.
Otras acciones que ya se implementan, están ligadas a medidas de conservación de suelos, producción de abonos orgánicos, cosecha de agua y selección de plantas elites para la obtención de semillas de alta calidad.
Durante la cosecha, básicamente de marañón, el CIAN participa activamente y junto al CIAL rescatan una inmensa cantidad de frutos y semillas que antes se perdían.
Para su propio consumo y para ventas a nivel local, ya elaboran más de 15 platos distintos a partir del falso fruto y de la nuez de A. occidentale.
Se pueden mencionar: caramelos nutritivos, polvo extensor nutritivo, turrones, vino, dulce en almíbar, tabletas de marañón, refresco y almendras tostadas, entre otros.
Muchos de tales productos gastronómicos tienen un sello local, y han sido resultado del rescate de conocimientos procedentes de los comunitarios más viejos. Esa sabiduría estaba destinada a desaparecer con los portadores. Ahora se aprovecha y quedará para perpetuarse.
Reconocimiento social del CIAN
Durante los dos últimos años, el CIAN ha obtenido la calificación de Relevante en los encuentros de Círculos de Interés que se han realizado a los niveles municipales y provinciales. El periódico "La Demajagua" en tres ocasiones ha divulgado el trabajo que realizan estos niños en su comunidad.
La televisora CNC hizo un documental sobre los impactos ambientales derivados de los trabajos conservacionistas que allí se realizan, y su significado como la tabla de salvación para reanimar la agricultura de la zona.
Por su parte, Radio Bayamo, a través de su programa "AgroAmbiente", con frecuencia trata las experiencias y éxitos del CIAN. Cada vez que hacen una presentación o exposición fuera de Peralejo, los comunitarios los esperan para hacerles un caluroso recibimiento. Han contagiado a todos y los han hecho cómplices de un nuevo sentimiento naturalista a nivel local.
Hoy el desafío es devolver la majestuosidad paisajística que gozaba esta zona hace un poco más de 20 años, y garantizar la soberanía ambiental y alimentaria de sus habitantes.
CIAN en plena cosecha de marañón (Foto: A. Guerrero)
– Aguilera, N. (2003). Fruticultura comunitaria-participativa: Una muestra de su primera experiencia. Rev. Agr. Orgánica, 2:28-30.
– Anderez, M.; Martínez, R. y A. Rodríguez (1984). Centro de recursos genéticos vegetales: Antecedentes, concepción y estructura. ACC-Sección Agrícola. La Habana.
– Cañizares, J. (1984): Las frutas anacardiáceas. Ed. Cient. Técn. La Habana.
M.Sc. Narciso Aguilera Marín
Asociación Cubana de Técnicos Agrícolas y Forestales (ACTAF)
Investigador y Profesor