- Introducción
- Desarrollo
- Caracterización, Evaluación y Manejo de las aguas residuales
- Cálculo del balance residual disponible – área necesaria
- Establecimiento y explotación del sistema de fertirriego
- Actividades de control para la utilización de los residuales en el riego de la caña
- Bibliografía
Introducción
Los modernos conceptos acerca de la agricultura sostenible y de la necesidad de proteger el medio ambiente y los recursos naturales han situado a la orden del día el problema de la preservación de los recursos hídricos en las áreas geográficas donde éstos son escasos. De ahí la necesidad de lograr la máxima eficiencia en el aprovechamiento del agua en la agricultura, para lo cual deben perfeccionarse de continuo los sistemas de riego e introducirse tecnologías que garanticen un manejo racional del agua disponible.
Con relación a lo anterior, el riego con aguas residuales ofrece amplias perspectivas, al respecto, Hylsky (1975) señala que frecuentemente las aguas de desecho son consideradas como un estorbo del cual hay que deshacerse rápidamente; sin tener en cuenta su utilidad desde el punto de vista económico, de acuerdo con Aidárov et al. (1985), las aguas residuales, por su composición, poseen un gran valor fertilizante para los cultivos.
Diversas experiencias, obtenidas en Cuba a lo largo de 20 años de trabajo, han permitido comprobar que si las aguas residuales se aplican de forma adecuada, el suelo puede ser un buen receptor y purificador de las mismas; mejorando además sus propiedades físicas, biológicas y agroquímicas. Por efecto del fertirriego con aguas residuales se obtiene un efecto acumulativo de los nutrientes o elementos en el suelo; aumenta la materia orgánica, el fósforo y el potasio; y se incrementan significativamente los rendimientos del cultivo. Los resultados obtenidos por el INICA durante los años 1986 – 2006 demostraron la factibilidad de la aplicación de las aguas residuales utilizando indistintamente el riego por gravedad o por aspersión; garantizándose el aprovechamiento de 600 000 m3 de aguas de desecho de la producción azucarera; el ahorro de más de 30 000 t de fertilizantes minerales y el incremento de los rendimientos agrícolas en un rango de 15 a 26 t / ha de caña (ECIRDCA, 1990).
Desarrollo
Los residuales líquidos de la industria azucarera provienen de tres producciones fundamentales: Azúcar crudo, Alcohol etílico y Levadura Torula.
Azúcar crudo: En la actualidad se cuenta con 46 fabricas de azúcar que con un consumo promedio de 0.5 m3 de agua/T de caña molida generan un total de residual liquido de 12 millones de m3/año en zafras de 120 días como promedio, si consideramos aplicar una norma total anual de 2500 m3/ha, con una eficiencia del 70 % pueden ser beneficiadas unas 3300 ha.
Alcohol etílico: En el MINAZ se cuenta con 11 destilería que consumen 2 m3/Hl de alcohol generando un volumen anual de 6 millones de m3 de vinazas que son vertidas a lagunas de retención o remoción susceptibles de ser utilizadas para el riego en normas totales de 2000 m3/ha al año, con eficiencia de utilización del 70 % permite beneficiar unas 2000 ha.
Levadura Torula: existen 3 plantas responsables de la vertimiento de unos 3 a 4 millones de m3 de residual líquido al año.
Paneque (1987) señala que el residual de torula tiene alto contenido de SST y de materia orgánica, N, P y K; los cuales dan propiedades fertilizantes al residual. Al respecto, plantea que 100 m3 dan 81, 145 y 152 g de N, P2O5 y K2O respectivamente; valores que resultan muy altos. Las plantas generalmente generan 5000 m3 / día y poseen 0.8 ton de DQO / ton de levadura seca.
Caracterización, Evaluación y Manejo de las aguas residuales
Debe realizarse un estudio de las aguas residuales de cada entidad en el cual se determinarán los volúmenes que se producen y su composición química. Este debe incluir las determinaciones de pH, conductividad eléctrica (CE), calcio (Ca), magnesio (Mg), potasio (K), sodio (Na) según, cloruro (Cl), carbonatos (CO3), bicarbonatos (HCO3), sulfatos (SO4), materia orgánica, fósforo total (P), nitrógeno total (N) y la relación de absorción de sodio (RAS).
Los muestreos se harán en períodos representativos del proceso de producción (al inicio, después de estabilizada la zafra, a mediados y en el período final). Se tomarán tres muestras durante el día en espacios de tiempo equidistantes (a las 6:00 a.m., a las 12:00 m y a las 6:00 p.m.) durante tres días consecutivos.
A partir de los resultados de la caracterización química de los residuales, se hará una evaluación para el riego.
Como complemento a esta información se hará un muestreo de la fuente de abasto de agua. La toma de esas muestras deberá coincidir con las fechas en las que se hace la caracterización de las aguas residuales y se realizarán las mismas determinaciones, excluyendo los análisis de materia orgánica, nitrógeno y fósforo.
Las aguas de crudo y refinería se evalúan como aguas de riego, con el mismo rigor que se hace para un agua de pozo, río o presa, para decidir si el agua residual puede aplicarse a suelos con características especificas plantado de caña de azúcar, se tienen en cuenta los criterios de la Tabla 1.
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