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Cardoza, Arévalo e Irisarri

Enviado por Ariel Batres V.


    PRESENTACIÓN

    Es común en muchos autores que se respetan, invertir largas horas de trabajo, de investigación y búsqueda en diversas fuentes documentales de información, acerca de un pequeño dato que les permita reforzar o demostrar determinada afirmación en su escrito.

    A decir verdad, el lector no se da cuenta ni tiene por qué enterarse, que un párrafo que tiene a la vista en determinada obra, sea ésta académica o de ficción, requirió al responsable del trabajo revestirse de paciencia en tiempo y espacio para llegar a una conclusión y atreverse a exponerla.

    Autores hay que han necesitado meses y hasta veinte años para producir su obra, entregarla a las prensas y esperar la sana crítica. Claro está, el tiempo invertido no es sinónimo de calidad, pero algo hay que reconocer a quien destinó su valioso tiempo para escribir y publicar. El pequeño madrigal de José Batres Montúfar (1809-1844), "Yo pienso en ti", le exigió a éste tres años de trabajo, y aún así no se atrevió a editarlo; fue el novelista José Milla y Vidaurre (1822-1882) quien compiló su poesía y la publicó en 1845. Por su parte, el académico Fernando González Davison indica que La Montaña Infinita. Carrera Caudillo de Guatemala (2008) le exigió 20 años de esfuerzo investigativo, en tanto que Juan Alberto Fuentes Knigth da a entender que su obra autobiográfica o de memorias Rendición de cuentas (2011), donde narra su paso como Ministro de Finanzas Públicas del Gobierno de Guatemala durante enero 2008 a junio de 2010, tan solo le exigió seis meses de trabajo.

    A principios de 1954 el escritor guatemalteco Luis Cardoza y Aragón inició el proceso de investigación y redacción de su obra Guatemala: las líneas de su mano, la cual concluyó en diciembre del mismo año, publicándose en 1955. Para muchos era desconocido que entre la génesis para producirlo el autor debió investigar en variadas fuentes y que incluso envió a sus amigos, borradores parciales para que lo criticaran, aclararan puntos quizá oscuros y le dieran sugerencias.

    Entre los capítulos de Guatemala: las líneas de su mano aparece el que lleva por título "Antonio José de Irisarri", de apenas 16 páginas; pero cuánto esfuerzo le correspondió hacer para concluirlo, cuántos libros de y sobre Irisarri tuvo que leer previamente para condensar en 16 cuartillas lo que pensaba de este autor y líder de movimientos independentistas en el siglo XIX, es algo que él no cuenta, ni tenía por qué.

    Al leer la Correspondencia del exilio. Luis Cardoza y Aragón y Juan José Arévalo (1950-1967) publicada en 2011, es posible atisbar algunos avatares por los que atravesó Cardoza durante el proceso de redacción del capítulo sobre Irisarri en Guatemala: las líneas de su mano, y hasta extrañarse que cuando le solicitó a Arévalo le enviara materiales desde Santiago de Chile donde residía en 1954, éste no tuviera empacho en reconocer que nada sabía del llamado "Cristiano Errante", aunque no dudó en iniciar la búsqueda y remitir cuanto pudo a Cardoza.

    En dicha correspondencia figura también la anécdota referente a que el ejemplar de Historia crítica del asesinato cometido en la persona del Gran Mariscal de Ayacucho (1849), publicado por Irisarri en Curazao, que Arévalo envió a México, lugar de residencia de Cardoza, sencillamente se perdió, la dama anónima a quien se lo encomendó ladinamente indicó que perdió la maleta donde lo llevaba, suponiendo Arévalo que la carta de remisión la entregó al FBI.

    Empero, Cardoza no puede esperar; llega diciembre de 1954 y con la información que tiene a mano logra concluir su obra, publicándola en el segundo semestre de 1955, de tal suerte que cuando en junio de dicho año Arévalo le indica que buscará otro ejemplar para enviárselo, no obstante el agradecimiento que recibe por la nueva oferta, de nada serviría a su receptor, en virtud que había concluido el trabajo.

    Ergo: la Correspondencia del exilio permite establecer lo que aquí se denomina como la "relación" entre Cardoza, Arévalo e Irisarri, no tanto porque éste último haya tenido que ver con los dos primeros, sino porque ambos se interesaron en estudiar su obra, aunque solo Cardoza escribió acerca del mismo. Arévalo nunca dedicó estudio especial, publicado, a la figura del prócer de la independencia hispanoamericana, particularmente chilena.

    Sirvan pues las siguientes líneas para esbozar el proceso genético que implicó la preparación del capítulo "Antonio José de Irisarri", incluido en Guatemala: las líneas de su mano (1955), gracias a las cartas cruzadas por los autores de Correspondencia del exilio. Luis Cardoza y Aragón y Juan José Arévalo (1950-1967), (2011).

    "No sé de ningún guatemalteco más guatemalteco y continental, más brillante y extraordinario, que don Antonio José de Irisarri (1786-1868). Su vida es la de un coloso, como la de aquellos del Renacimiento, que encarna una época por su audacia, por su experiencia y sabiduría y por su genio satírico y polémico."

    Luis Cardoza y Aragón

    1. Descripción del libro

    El 5 de julio de 2011 en los talleres de la Editorial Universitaria, dependencia de la Universidad de San Carlos de Guatemala, concluyó la impresión del libro: Correspondencia del exilio. Luis Cardoza y Aragón y Juan José Arévalo (1950-1967). Está dedicado a Alfonso Bauer Paiz (1918-2011), "memoria viva de la Revolución de Octubre", quien falleciera escasos cinco días después, el 10 de julio de 2011.

    En sus 288 páginas son incluidas 47 cartas remitidas entre sí por el literato guatemalteco Luis Cardoza y Aragón (1901-1992) y el ex Presidente de Guatemala Juan José Arévalo Bermejo (1904-1990) durante el período de referencia, así como 7 documentos epistolares más, relacionados con ambos.

    La obra cuenta con la valiosa Introducción, selección y notas de los historiadores Julio César Pinto Soria, Arturo Taracena Arriola y Arely Mendoza De León. Entre páginas 17 a 41 se inserta el análisis previo del contexto en que fueron escritas dichas cartas, "Los trasfondos de la correspondencia", elaborado por Pinto Soria en junio de 2010. Así también, de páginas 261 a 288 adiciona un "Índice Análitico" (sic) preparado por la mano experta del historiador Horacio Cabezas Carcache, muy útil para el lector quien con paciencia efectuará marginalmente sus propias anotaciones respecto a errores y omisiones observados, mismos que no desmerecen el esfuerzo de proveerle de una herramienta valiosa para ahorrar tiempo en la búsqueda de un personaje a los que se refieren los autores en sus cartas.

    En la contraportada se ofrece la siguiente referencia, como extracto tomado de lo anotado por Pinto Soria:

    "El núcleo central de Correspondencia del exilio lo componen cuarenta y siete cartas inéditas intercambiadas entre el poeta Luis Cardoza y Aragón y el ex presidente Juan José Arévalo entre 1954 y 1967. El resto de la documentación, que abarca los años de 1950 a 1954, se relaciona también con Cardoza y Arévalo, con la década revolucionaria guatemalteca de 1944 a 1954.

    Cardoza es uno de los principales escritores guatemaltecos del siglo XX. Arévalo un brillante como controvertido político, impulsor de uno de los mayores proyectos reformistas que conoce la historia del país. Las cartas, escritas en un período trascendental de sus vidas, muestran su lado íntimo, humano, permiten conocerlos mejor, sin las mitificaciones y satanizaciones construidas en torno suyo durante los años de la guerra fría.

    La correspondencia se abre con el derrocamiento del presidente Jacobo Arbenz en 1954. La reconquista del poder, retomar el camino de la Revolución de Octubre de 1944, permanece el principal motivo del intercambio epistolar. Trascienden los rasgos personales de dos hombres identificados con su país y su tiempo, como también las divergencias políticas e ideológicas que poco a poco los separan. Las cartas tratan en especial sobre asuntos políticos, aunque también emerge la intensa actividad intelectual de los signatarios, en cuyos años escriben algunas de sus principales obras.

    El epistolario es un testimonio vivo, muestra la historia guatemalteca como fue vista o quiso ser hecha por sus signatarios, refleja sus ilusiones y desencantos, las contradicciones de un país que no logra encauzar su camino, ayuda a entender nuestro pasado reciente. Y este es sin duda uno de los aportes valiosos de su publicación para los guatemaltecos."

    El martes 25 de octubre de 2011 fue realizada la presentación del libro en el Auditorio del Centro Cultural "Luis Cardoza y Aragón", de la Embajada de México en Guatemala.

    Merece destacarse que no es la primera vez que Pinto Soria, Taracena y Mendoza realizan el esfuerzo de compilar correspondencia y elaborar notas aclaratorias y orientadoras a pie de página. La primera vez fue en el 2001 con Fragmentos de una correspondencia: Brañas y Asturias (1929-1973); 1 repitieron igual esfuerzo en el 2008 con El placer de Corresponder. Correspondencia entre Cardoza y Aragón, Muñoz Meany y Arriola (1945-1951), 2 y en el 2011 vuelven a realizarlo con Correspondencia del exilio. Luis Cardoza y Aragón y Juan José Arévalo (1950-1967). La diferencia entre ésta última compilación con respecto a las dos anteriores es que posee una valiosa "Bibliografía" (páginas 253 a 259) extraída de las notas a pié de página elaboradas por los tres mencionados, así como un "Índice Analítico" que rebasa con creces el normal índice onomástico.

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    1 Asturias, Miguel Ángel y Brañas, César; Fragmentos de una correspondencia: Brañas y Asturias (1929-1973). Prólogo, selección y notas de Julio Pinto Soria, Arely Mendoza De León y Arturo Taracena Arriola. Guatemala : Guatemala : Editorial Universitaria, Universidad de San Carlos de Guatemala, 2001.

    2 Cardoza y Aragón, Luis, Muñoz Meany, Enrique y Arriola, Jorge Luis; El placer de Corresponder. Correspondencia entre Cardoza y Aragón, Muñoz Meany y Arriola (1945-1951). Prólogo, selección y notas de Arturo Taracena Arriola, Arely Mendoza De León y Julio Pinto Soria. Guatemala : Editorial Universitaria, Universidad de San Carlos de Guatemala, 2004.

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    Si de erratas y omisiones observadas se trata, en el trabajo efectuado por Pinto Soria, Taracena y Mendoza nada qué cuestionar. No son tantos como para demeritarlos, ni exagerado su número como para decir al estilo de Cardoza, que necesitan una "Fe de Aciertos" (Correspondencia del exilio, página 228) en lugar de una fe de erratas.

    2. El por qué de las presentes notas

    No obstante que en su conjunto las cartas sirven al lector para "acercarse a Cardoza y Arévalo desde otras perspectivas, sin las mitificaciones y satanizaciones construidas en torno suyo durante los años de la guerra fría", 3 para fines del presente texto interesa destacar básicamente la "relación" que ambos tuvieron con el perínclito guatemalteco Antonio José de Irisarri (1786-1868), aunque nunca tuvieron oportunidad de consultar el Epistolario Inédito de Antonio José de Irisarri (1857-1868) publicado en 1966, por estar alejados de la patria. 4

    Irisarri no le era desconocido a Cardoza: lo estudió y escribió algunas páginas acerca de su vida y obra. Caso contrario, para Arévalo el luchador por la independencia de Chile constituía un perfecto ignoto.

    A pesar que Cardoza escribió "apenas" 16 páginas en el apartado específico de una de sus mejores obras: Guatemala: las líneas de su mano, 5 las cartas que le escribe a Arévalo pidiéndole materiales bibliográficos de y sobre Irisarri reflejan el interés de documentarse lo suficiente para esbozar en pocas líneas lo que extrajo de varios libros que previamente tuvo que leer de Irisarri así como de otros autores que tratan acerca del mismo, varios de los cuales le fueron proveídos por Arévalo e incluso uno: Historia crítica del asesinato cometido en la persona del Gran Mariscal de Ayacucho (1849), que trata sobre el asesinato de Antonio José de Sucre (1795-1830), nunca llegó a sus manos. Sin embargo, pudo consultarla por su cuenta y no duda en calificarla de "una obra maestra" (Correspondencia del exilio, página 231). 6

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    3 Cardoza y Aragón, Luis y Arévalo, Juan José; Correspondencia del exilio. Luis Cardoza y Aragón y Juan José Arévalo (1950-1967). Introducción, selección y notas de Julio Pinto, Arturo Taracena y Arely Mendoza. Guatemala : Editorial Universitaria, Universidad de San Carlos de Guatemala, 2011. Página 17.

    4 Irisarri, Antonio José de; Epistolario Inédito de Antonio José de Irisarri (1857-1868). Prólogo de César Brañas. Edición y liminar de Enrique del Cid Fernández. Guatemala : Editorial del Ejército, 1966.

    5 Cardoza y Aragón, Luis; Guatemala: las líneas de su mano. Edición princeps 1955. México : Colección Popular, Tercera edición. Fondo de Cultura Económica, 1976. Páginas 223 a 239.

    6 Por favor tome en cuenta el amable lector de estas líneas que a partir del este párrafo, cuando se copia alguna parte de Correspondencia del exilio, al final de cada transcripción textual se anota entre paréntesis el respectivo número de página de donde fue tomado. Esto para evitar remitirlo continuamente al acostumbrado Idem. u Op. Cit., según el caso.

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    Esto es, muchas veces ocurre que un escritor debe investigar en diez o veinte libros para decir algo sobre un tema o acerca de alguien, pero el lector no se imagina las circunstancias por los que aquel tuvo que pasar para obtener información, procesarla y producir su punto de vista. Y eso es lo que parcialmente reflejan y revelan las cartas que aquí se destacan. Por tal razón, se denomina como una "relación" entre Cardoza y Arévalo con Irisarri, fallecido en el siglo XIX, el interés que ambos políticos y literatos tuvieron con respecto al genio y figura de Irisarri, donde no obstante el desconocimiento inicial de Arévalo, gracias a la petición de Cardoza se convirtió en un decidido seguidor del mismo.

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