Actividad y vitalismo en Marx
Enviado por Ramiro Ernesto Cárdenes
Nuestra búsqueda es leer Marx desde y hacia una lectura vital de su obra. Es decir, trazar líneas que dibujen un terreno que nos permitan considerar a Marx como el productor de un pensamiento que se encuentra vivo y que, por lo tanto, es actual.
En este sentido, buscamos rescatar la obra de Marx tanto del olvido en nuestra carrera como de las lecturas dogmáticas que esterilizan su potencia filosófica. Es mediante la cosificación de su obra que se hace posible un olvido conciente de la misma.
Estas dos operaciones (el olvido y la cosificación) acaban por emparentar a la escolástica soviética con la vulgata académica. La reducción de Marx a un formulador de leyes universales sobre la sociedad, la historia y la economía provoca que su filosofía devenga religión, transfigurándose en "mecanicismo". La reducción de la obra de Marx al ámbito de la economía y al nacimiento de la teoría sobre la sociedad genera la captura de su filosofía en mera sociología, transfigurándose, en caso de conservarse algo de su filosofía, en un determinismo económico.
En este último caso, la reducción del pensamiento de Marx a sociología es la expresión resumida de cómo la vulgata académica interpreta la Tesis XI sobre Feuerbach: Los filósofos se han limitado a interpretar el mundo de distintos modos; de lo que se trata es de transformarlo. Para ellos esto no significa más que el fin de la filosofía.
Ambas lecturas clausuran la posibilidad de una consideración filosófica de la obra de Marx, unos por considerarlo como un autor exterior al "mundo" de la "filosofía", otros por subordinar la reflexión filosófica a la "práctica política". Esta última subordinación tiene sus fundamentos filosóficos y, claro está, es ella misma una operación política.
La escolástica soviética y la vulgata académica comparten la consideración de la obra de Marx como un compendio de saberes, completo y cerrado sobre sí mismo. Anulan de plano la posibilidad de producir pensamiento: o por un lado ya no es necesario seguir produciendo filosofía después de Marx, solo resta estudiarlo y repetirlo, o por el otro no se puede hacer filosofía leyendo a Marx, es un sociólogo y no un filósofo.
El olvido de Marx por parte de la academia puede leerse como un recelo producto de la pérdida de independencia del pensamiento considerado como un mero reflejo ideológico de la estructura económica. Sin embargo, el recelo es aún más profundo: Marx propone elementos teóricos para concebir a la filosofía como una práctica, como una actividad humana, desjerarquizando al pensamiento de su situación privilegiada en toda la filosofía idealista predecesora. Nos permite pensar la filosofía desde una perspectiva más amplia: desde el hacer filosofía. Pero esta, citando a Althusser, no puede tolerar un discurso no filosófico sobre ella misma.
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