"Conocer Cuba es conocer también como hablan los cubanos."
Juan Marinello
La lengua española se hizo nuestra a partir de las variaciones efectuadas sobre el español de la metrópoli, las abundantes invenciones de sello típicamente cubano, los americanismos asimilados y la incorporación de africanismos. De Andalucía nos llegó el vocabulario del descubrimiento, la conquista y la colonización, también por los puertos andaluces de Palos, Sevilla, Cádiz y Sanlúcar penetraron las voces aborígenes que pasaron el mar para significar nuevas cosas hasta entonces desconocidas; posteriormente, uno de los factores que más influyó en la creación de módulos expresivos, con la consecuente distorsión lingüística del devenir histórico, fue el largo período de navegación que propiciaba el contacto prolongado de los emigrantes y colonizadores con los marineros y sus peculiaridades lingüísticas.
En resumen, es un importante factor en el surgimiento y consolidación de la nacionalidad cubana, en una sociedad originalmente pluriétnica, afianzó el concepto de arraigo en la integración social de los grupos; concretó manifestaciones de la cultura genuinamente populares y del folklore; así como la conducta del cubano y el léxico popular, en correspondencia con la realidad histórica.
De igual forma, la cultura hispánica influyó considerablemente en la nuestra, los estudios paremiológicos* realizados en Cuba así lo demuestran. Las frases proverbiales y refranes constituyen un ejemplo palpable de esta estrecha vinculación.
¿ Qué son los refranes?
Los refranes son dichos populares, breves, de verdad comprobada, generalmente simbólicos y expuestos, muchas veces, en forma poética que expresan, en forma figurada y pintoresca, la sabiduría de la experiencia del pueblo, de la humanidad, de ayer y de hoy, proyectada en el cauce inmenso de la vida. Sus sentencias suelen ser ingeniosas y reflexivas, reveladoras de sentido común y discreción; contienen una regla de conducta o enseñanza, con gran dosis de malicia picaresca e ironía que traducen en chistes cotidianos, exigen cierto esfuerzo mental para la cabal comprensión de su significado. Están presentes en todas las culturas como parte de la tradición popular y son el fruto de un proceso de transmisión oral; con el paso de los años no sólo perduran sino que se enriquecen.
Las características que intervienen en su definición son: es una frase completa e independiente; puede tener sentido directo o alegórico; se escribe, por lo general, en forma sentenciosa y elíptica; en él suelen relacionarse, por lo menos, dos ideas; expresa un pensamiento, una reconvención o un deseo, y recoge una experiencia, extraída de la sapiencia popular. Se diferencia de la frase proverbial en que, mientras el refrán es una forma abstracta, no referida a un caso particular, fundamentada en la experiencia acumulada, que surge con fuerza hacia el porvenir y su forma constructiva es más literaria, la frase es espontánea, circunstancial y oportuna, como una cita o un caso concreto.
El refranero popular español, es riquísimo en cantidad y calidad, manantial inagotable de sabiduría práctica, ingenio y gracia. Reconocido maestro en los refranes fue Miguel de Cervantes en su inmortal novela El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, obra maestra de la literatura universal y españolísima, a la vez. En ella se engarza, dentro de la florida prosa, la sarta de refranes que pone en boca de su personaje Sancho Panza, los cuales brotan en la segunda salida, después del capítulo XXI en el que Don Quijote afirma " no hay refrán que no sea verdadero, porque todos son sentencias extraídas de la propia experiencia, madre de las ciencias."
El escudero–ante todo problema de la vida cotidiana o un caso de conciencia– acudirá al arsenal proverbial que constituye su tesoro de sabiduría, pues a través de ellos se expresan significativos conceptos.
Por ejemplo, en el Capítulo XLIII De los consejos segundos que dio Don Quijote a Sancho Panza, aparecen entre otros:
" Para todo hay remedio, si no es para la muerte."
" Vendrán por lana y volverán trasquilados."
" El que ve la mota en el ojo ajeno, vea la viga en el suyo."
Muchos de esos refranes son empleados en el habla popular cubana, por supuesto, esta ascendencia no se limita al Quijote. Si reflexionamos acerca de otros refranes populares hispánicos o africanos, podremos valorar cómo se estilan en Cuba, es decir, cómo han sido asimilados y transformados por nuestra lengua, citemos algunos:
"Dime con quien tratas y direte quién eres y qué costumbres tienes."
La versión cubana es:
"Dime con quién andas y te diré quién eres."
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