- Introducción
- Temas enunciados para desarrollar
- Principios deontológicos en la cibernética
- Conclusión general
- Propuesta de código deontológico de internet
Introducción
Internet es un medio global que permite una fácil comunicación en todo el mundo. Existen otros medios globales, en particular el teléfono y la televisión vía satélite. Sin embargo, hay diferencias importantes con respecto a la capacidad de gente ordinaria para transmitir mensajes, archivos de información, y fotos
Para el caso de la televisión vía satélite, aún cuando se realice en forma remota y masiva, no existe una comunicación entre las personas, sino una presentación de la información sólo en una dirección.
El teléfono aunque nos permita una comunicación directa y a distancia, no tiene capacidad de ser utilizado como un medio para transmitir datos, ni comunicarse con varios usuarios y en un instante, excepto cuando se utiliza como un elemento del mismo Internet
Algunos suponen que la "era de la Información'' tiene como centro Internet y las páginas web.
Las palabras "Iglesia e Informática" o "Internet" evocan casi de inmediato unos instrumentos técnicos más o menos familiares, más o menos temidos. Pero estas máquinas sólo adquieren su dimensión precisa cuando se ponen al servicio de un espíritu de comunión y una metodología del trabajo en red.
El Presidente del Pontificio Consejo de las Comunicaciones Sociales, Mons. John P. Foley y el antes Presidente del CELAM y hoy Card. Darío Castrillón decían que "esta red informática, pues, quiere ser un nuevo servicio a la comunión y el progreso de la Iglesia y de la sociedad… Así mismo, tan sólo un acentuado sentido de la comunión eclesial, evidenciada en un esfuerzo común y colaboración de todos los estamentos de Iglesia, la va a ir haciendo posible, de manera que la realidad informática y telemática que se vaya construyendo, se acerque cada vez más a la situación de plenitud del instrumento que se contempla …"[1]. Estas palabras las he tomado de Mons. Enrique Planas, de un artículo publicado en el Boletín de Medios de Comunicación Social de la Conferencia Episcopal Española.
Se suele afirmar que desde los años finales de la década pasada, cuando con una concepción de hipertexto se puso a punto la "World Wide Web" como una tela o "supra-red mundial" de información, habríamos entrado en una nueva etapa de la Sociedad de la Información. Gracias a la "Revolución multimedia" que posibilita reunir los tres mayores instrumentos de comunicación en nuestra época, el teléfono, la televisión y los ordenadores, y gracias a la generalización en el uso de los "modems" (moduladores-demoduladores) que permiten el diálogo entre los ordenadores, se ha producido un salto cualitativo hacia la sociedad telemática. Un salto cualitativo que a veces se simboliza con el paso del átomo al bit, como hace Nicholas Negroponte en su obra sobre "El hombre numérico", y otras veces recurriendo simplemente a la tesis de Marshall McLuhan y su "Aldea electrónica global".
Sin embargo ese concepto se ha quedado ya obsoleto hoy. Ahora se estila el uso del término ciberespacio, que se define como el espacio comprendido por la red de líneas telefónicas que tienen la capacidad de entrelazar todos los ordenadores del mundo entre sí.
Lo cierto es que las más recientes tecnologías de la información, y en concreto Internet, nos han introducido en un mundo mucho más complejo y sofisticado de lo que se había previsto y esperado. Un mundo donde todo interactúa y se retroalimenta con todo. Donde la información no surge de uno para llegar a otros como había sido hasta ahora, sino que la información sale de muchos para llegar a muchos. Un mundo donde el flujo de información por el que se constituye implica decisiones y actuaciones que repercuten directamente sobre el mundo de los derechos y las libertades y comportamientos de otras muchas personas, y por lo cual no puede ser considerado fuera del contexto ético y moral para los humanos, y también repleto de nuevas y desconocidas responsabilidades morales, que han dado origen al recientemente acuñado concepto de la "ciberética".
Al principio del mes de noviembre (1996), un profesor de Saint Edward's University, Austin, Texas, en Estados Unidos, había sido nombrado para impartir la asignatura de "Ética y Tecnología". El entendió que debería explicar Ética Informática y en particular la Ética de Internet. Lanzó un reclamo a través de la red y Bernie Poole de la University of Pittsburgh at Johnstown, Pennsylvania, le respondió con los siguientes temas de Ciberética:
– Piratería de software
– Injusticias y desigualdades en el acceso a Internet (género, raza, dinero)
– Delitos que se pueden cometer a través de Internet
– El problema de la intimidad y vida privada en Internet
– Controlar el contenido de Internet para evitar la censura
– El contenido de Internet y los niños (cómo los padres podrían proteger a sus hijos de algunos contenidos)
A estos añadimos nosotros los siguientes:
– Publicidad comercial
– Falta de autoridad en la red de Internet
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