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La colitis ulcerativa: Estudio de dos casos tratados con psicoterapia intensiva

Enviado por Felix Larocca


Partes: 1, 2

    1. De cómo nuestros libros favoritos: terminan convirtiéndose en nosotros mismos
    2. Las colitis: condiciones clínicas de adaptación y defensa…
    3. Bibliografía

    Existen artículos, obras de teatro y libros cuyos títulos son más promisorios que la esencia que ellos mismos incorporan. Otras producciones, por su parte, se convierten en clásicos que nunca caen en desuso a pesar de lo ajado y frecuentemente referidos, con que, de costumbre, los tratamos. Lo que, a veces, hacemos, olvidándonos del fenómeno inconsciente de haberlos incorporado en nuestras mentes de tal manera que forman parte intrínseca de nuestro pensamiento.

    Shakespeare fue un epigramatista genial, adaptador de sus talentos al título de muchas de sus obras.

    De cómo nuestros libros favoritos: terminan convirtiéndose en nosotros mismos

    Hablando de la obesidad y de los vómitos psicogénicos, hace algún tiempo que hice referencia a los trabajos de los psicoanalistas Félix y Helen Deutsch cuando comentaban en el "brinco misterioso," que hacen los síntomas histéricos, "de la mente al cuerpo."

    ¿Por qué es así? Es una de las tesis que cubren el fenómeno conocido como: "La subordinación somática".

    Un libro de valor singular, por su contenido y título, en el entendimiento del estrés como parte de la condición de ser humano; y de nuestras labores clínicas es: Why Zebras Don’t Get Ulcers: A Guide to Stress, Stress-Related Diseases and Coping por Robert M. Sapolsky.

    La digestión

    La inspiración para Sapolsky dar su título a este libro fue simple: Las cebras no tienen más que una fuente de estrés. Ésta siendo, no caer presa de los leones. Como, en sus existencias, ellas se las manejan para evadir este enemigo, las úlceras — que son resultados de la tensión — no les sobrevienen.

    Pero hay más. Para Robert Sapolsky, como para tantos neurofisiólogos, desde el comienzo de nuestra existencia en el mesolítico, el ser humano ha demostrado una asombrosa tendencia a expresar vía sus manifestaciones somáticas los fenómenos que afectan nuestras emociones. De ello proviene la expresión "psicosomática" o somatización — distorsionada en su aplicación por los artesanos del DSM-ETC.

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