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Resilencia en la vida actual


  1. Resumen
  2. Análisis Crítico
  3. Conclusiones
  4. Referencias

Resumen

Rutter (1978) identifica esta cualidad y la denomina "resiliencia", término que tomó de la física y que denota la capacidad de un cuerpo de resistir, ser fuerte y no deformarse. Adaptado al ser humano sería la capacidad de prevalecer, crecer, ser fuerte y llegar a triunfar a pesar de las adversidades y adaptado a las ciencias sociales para caracterizarse a aquellas personas que, a pesar de nacer y vivir en situaciones de alto riesgo se desarrollan psicológicamente sanos y exitosos.

La resiliencia, entendida como la capacidad emocional, cognitiva y sociocultural de personas que permite reconocer, enfrentar y transformar constructivamente situaciones causadoras de sufrimiento y/o daño que amenazan su desarrollo (Silva, G., 2000) estaría determinada por la interacción de una serie de factores de carácter personal: autoestima, autocontrol, autonomía, empatía, optimismo, sentido de humor, comunicación; factores de carácter familiar: ausencia de discordia familiar, cohesión familiar, buena relación con uno de los padres; y factores de carácter social: relación significativa con un adulto valorado por el niño, la presencia de redes de soporte en la comunidad y experiencias escolares de gran valor afectivo. Estos factores van a tener ciertos efectos que posibilitarían el atenuar y disipar el significado de riesgo para el niño, evitar su participación en situaciones de riesgo, compensar de manera eventual pérdidas significativas en su ambiente, promover el sentido de la autoeficacia y crear oportunidades de crecimiento personal.

La resiliencia implica un deber de reconocer y favorecer las capacidades del niño para desarrollarse. Muestra la importancia estructuradora de la confianza. Los seres humanos necesitamos de la confianza de los demás en nosotros. Para un niño lo importante es verse reconocido, verse aceptado, solo se puede ser uno mismo si alguien te confirma que te reconoce como persona.

Al respecto, Raffo & Rammsy plantean que los factores protectores son considerados ese algo que interviene para aplacar los efectos del riesgo. Asimismo, los establecen como fuerzas internas y externas que colaboran con la persona en su interacción con el riesgo, por lo que disminuyen la probabilidad de disfunción y los inconvenientes que se presentan en estas situaciones. Añaden que los factores protectores implican también variables genéticas, disposiciones personales, factores psicológicos, situacionales y sociales.

Análisis Crítico

Es evidente que nuestra sociedad de hoy vivimos situaciones tan estresantes, con su inseguridad, egoísmo, deslealtad, inequidad, de pocas oportunidades, en un marco muy desfavorable para el desarrollo de nuestros jóvenes.

Vemos día a día niños en las calles, jóvenes desocupados, influenciados por el alcohol, drogas, siendo los valores y modelos distorsionados.

Sin embargo, muchas veces sorprendidos observamos individuos, que a pesar de la adversidad y de vivir en alto riesgo, son capaces de prosperar, madurar, ser competitivos y salir fortalecidos y transformados de la adversidad además, estas personas llegar a lograr éxito.

No sólo la familia y la escuela pueden fomentar factores protectores que favorezcan el desarrollo de individuos resilientes. A través de instituciones como la escuela, la iglesia, los clubes de barrio, los centros comunitarios, entre otros, podemos crear programas que fomenten la unión de vecinos y contactos más cercanos entre ellos, puedan crear contextos en donde los niños puedan estar expuestos a influencias positivas, a la vez que esté trabajando por el progreso y la salud mental de la población. Y más aún si promueven un conjunto de capacidades como la iniciativa, la creatividad y el sentido del humor, así como el soporte social.

La resiliencia puede llevarnos a abrir nuevos horizontes en nuestras prácticas profesionales en el campo de la prevención.

Una forma de prevención es la protección y desde la escuela son esenciales los vínculos afectivos como factor de protección para cada uno de los niños, haciéndoles competentes para adaptarse y saber afrontar y superar los riesgos, mediante programas de desarrollo de la competencia social y personal. Proporcionando autonomía y desarrollando factores protectores como la autoestima, la percepción del control de lo que sucede y habilidades sociales.

La prevención consiste en desarrollar en los niños el descubrimiento de sus cualidades y potenciarlas para conseguir su realización personal y activar en ellos sus capacidad de resiliencia que no es otra cosa que el fin último de la educación, conseguir una sociedad más justa, más libre, solidaria y comprometida porque hemos formado un ser humano más justo libre y comprometido.

La tarea del profesional comprometido con este modelo preventivo y con la intención de intentar activar en los niños su resiliencia, durante su proceso de desarrollo escolar, consistirá en ayudarlos a reconocer y fortalecer los vínculos afectivos que los unen, la confianza básica que tienen en sí mismos, a encontrar los recursos internos que poseen, mediante una revisión de su historia personal, encontrando aquellas actitudes y comportamientos considerados como exitosos, analizando con ellos que factores pueden haber contribuido a que logren un éxito y motivarles a que los empleen con mayor frecuencia, al mismo tiempo que van descubriendo nuevas variaciones a esas estrategias de comportamiento que puedan resultar igualmente exitosas.

Conclusiones

> Es indispensable adoptar la resiliencia como un estilo de vida, para estar en capacidad de salir adelante a pesar de las adversidades de toda índole, demostrándonos a nosotros mismos que somos más grandes que nuestros problemas.

> La familia, escuela y demás instituciones deben ser, proveedores de factores protectores para desarrollar resiliencia en el niño y adolescente.

> Todos los educadores deben conocer cuáles son los recursos a potenciar, asumiendo responsabilidades individuales y colectivas e implementando programas de acción conducentes a consolidar ambientes protectoras y las personas protagónicos, los maestros se convierten así no sólo en poderosos agentes de salud psicológica individual de sus alumnos, sino que actúan como promotores de la salud social de un estrato nuclear de la sociedad como lo son los jóvenes.

> Una educación basada en resiliencia debería de estar orientada a crear y fortalecer desde edades muy tempranas la capacidad de los niños de sentirse bien consigo mismo, sentirse dignos del aprecio de otras personas, sentirse incluidos y aceptados en los grupo en que participe, sentirse libres para expresar emociones y defender sus puntos de vista.

Referencias

> Munist, M y Colb (2000) "Resiliencia Comunitaria. Seminario Internacional de Resiliencia Lima.

> Lamas, H (1998) Resiliencia y Bienestar Psicológico, Lima; Colegio de Psicólogos del Perú. (Paper)

> Raffo, G. & Rammsy, C "La Resiliencia"

> Guerrero, L. (1998) "Resiliencia, cultura de la infancia y educación de niños en riesgo". Documento publicado por IPAE. Lima – Perú

> Cruz, J. (1997) "Autoestima y gestión de la calidad". Una guía para los momentos de crisis. México D.F. Iberoamérica

> Amar, J. (s.a). Pobreza, Resiliencia y Aprendizaje infantil

> Carretero, M (1991) Procesos de Enseñanza y Aprendizaje, Buenos Aires

 

 

Autor:

Gabriela Ramírez del Águila