Poemas de José Angel Buesa
José Ángel Buesa (Cienfuegos, 1910 – Santo Domingo, , 1982) fue un poeta romántico con un claro tono de melancolía a través de toda su obra poética, que es primordialmente elegíaca. Se le ha llamado el "poeta enamorado". Ha sido considerado como el más popular de los poetas en la Cuba de su época. Su popularidad se debía en gran parte a la claridad y profunda sensibilidad de su obra. Muchos de sus poemas han sido traducidos al inglés, portugués, ruso, polaco, japonés y chino. Otros muchos han sido musicalizados o recitados en unos 40 discos de larga duración. Fue también novelista y escritor de libretos para la radio y la televisión cubanas, también fue director de célebres programas radiales en las estaciones RHC-Cadena Azul y CMQ, ya inexistentes
Canción del Amor Prohibido.
Balada del Loco Amor.
Poema del Renunciamiento.
Poema del Regreso.
Poema del Fracaso.
Canción del Amor Lejano.
Sembrar.
Poema de la Culpa.
Poema de la Despedida.
Carta sin Fecha.
La Sed Insaciable.
Oasis.
Poema del Secreto.
Poema para el Crepúsculo.
Elegía Lamentable.
Con la Simple Palabra.
Elegía para ti y para mí.
Poema del Domingo Triste.
Poema de las Cosas.
Te Contaré la Historia.
Amor Tardío.
Así, Verte de Lejos.
La Dama de las Perlas.
Poema del Amor Pequeño.
Discreto Amor.
Poema del Poema.
El Hijo del Ensueño.
Celos.
Canción para la Esposa Ajena.
El Resucitado.
No era Amor.
Poema Crepuscular.
Te Acordarás un Día.
Ya todos la Olvidaron.
Canción de la Noche Sola.
El Gran Amor.
Recapitulación.
Poema del Amor Ajeno.
El Clavel Seco.
Poema de una Calle.
Nocturno IV.
Tercer Poema del Río.
Mi Corazón se siente Satisfecho.
Ya era muy Viejecita.
Poesía del Amor Imposible.
Canción de los Remos.
Poema de la Espera.
Soneto del Ahorcado.
Balada del Mal Amor.
Canción de la Lluvia.
El Pequeño Dolor.
Poema del Olvido.
Canción del Viaje.
Poema del Desencanto.
Cuartetos del Transeúnte.
Canción del Amor que pasa.
A una Lágrima.
Aniversario.
Brindis.
Canción de la Búsqueda.
Canción de la Lluvia.
El Extranjero.
La Rama rota.
Nocturno VII.
Nocturno VIII.
Poema.
Poema del Árbol.
Segundo Poema de la Espera.
Carta a Usted.
Ala y Raíz.
Amor Insatisfecho.
Amor Prohibido.
Arte Poética.
Canción a la mujer lejana.
Crepúsculo.
El Pozo Seco.
Elegía para Nosotros.
Me llegabas en la brisa y en la espuma.
Mejor no quiero verte… sería tan sencillo…
Mi corazón no sabe lo que espera…
Poema de la despedida 3.
Poema del Amor Lejano.
Poema para Olvidarte.
Se deja de querer.
Te Acordarás.
Tu Collar de Perlas.
Acuérdate de Mí.
Canción Nocturna.
Órbita.
Pequeña Canción.
Canción al Olvido.
Poema del Puerto.
Símil de Árbol.
El Arquero.
Nocturno VI.
Balada de la Alameda.
El Árbol Viejo.
Poema de la Desposada.
Canción Cotidiana.
Canción de la Espera.
Canción de los Amantes.
Canción de un Sueño.
Canción del Andén.
Canción del Transeúnte.
Canzonetta.
Canzonetta II.
Soneto I.
Lamentaciones de Otoño.
Con la Simple Palabra.
Corazón en la Noche.
La Dama del Espejo.
De Muerte en Flor.
Poema del Espejo.
Desafío al Otoño.
Epílogo.
Dios no lo sabe.
Dúo de Amor.
Tercer Poema del Río.
El Amigo.
El Falso Amor.
El Gran Amor.
El Nombre Olvidado.
El Pequeño Dolor.
Elegía.
Elegía Nocturna.
Elegía por Nosotros.
Elegía IV.
La Enredadera.
Variante de una Canción Antigua.
Soneto (De Luis de Camões)
Poema del Libro.
Envío.
Era Mi Amiga.
La Lámpara.
Soneto (De Guillermo de Almeida).
Poema Final por Nosotros.
Monólogo de Casanova.
Poema del Amor Imposible.
Esta Vieja Canción.
Estoy aquí contigo.
Segundo Poema del Río.
Inesperadamente.
La Abeja.
La Copa de Diamante.
La Dama de la Rosa.
La Fuga Infinita.
La Mujer sin Nombre.
Las Dos Muñecas.
Poema Vulgar.
Poemas en la Arena.
Los Otros.
Soneto con Sed.
Lied.
Tercer Poema de la Despedida.
Lluvia Final.
Madrigal de la Ausencia.
Madrigal de la Lluvia de Abril.
Madrigal Triste.
Soneto del Tiempo.
Rosa del Otoño.
Soneto para la Lluvia.
Soneto II.
Mía.
Muchacha sin Amor.
Poema Nocturno.
Soneto (De Félix Arvers)
Soneto Lloviendo.
Yo vi la Noche Ardiendo.
CANCIÓN DEL AMOR PROHIBIDO
Solo tú y yo sabemos lo que ignora la genteal cambiar un saludo ceremonioso y frio,
porque nadie sospecha que es falso tu desvío, ni cuanto amor esconde mi gesto indiferente.
Solo tú y yo sabemos porque mi boca miente,relatando la historia de un fugaz amorío;
y tú apenas me escuchas y yo no te sonrió… y aun nos arde en los labios algún beso reciente.
Solo tú y yo sabemos que existe una simientegerminando en la sombra de este surco vacío,
porque su flor profunda no se ve, ni se siente.Y así dos orillas tu corazón y el mío,
pues, aunque las separa la corriente de un rio,
por debajo del río se unen secretamente.
José Angel Buesa (Cuba 1910- Santo Domingo 1982)
BALADA DEL LOCO AMOR
No, nada llega tarde, porque todas las cosastienen su tiempo justo,
como el trigo y las rosas;sólo que, a diferencia de la espiga y la flor,
cualquier tiempo es el tiempo de que llegue el amor.
No, Amor no llega tarde. Tu corazón y el mío saben secretamente que no hay amor tardío.
Amor, a cualquier hora, cuando toca a una puerta,la toca desde adentro,
porque ya estaba abierta.Y hay un amor valiente y hay un amor cobarde,
pero, de cualquier modo, ninguno llega tarde.
II
Amor, el niño loco de la loca sonrisa,
viene con pasos lentos igual que viene a prisa;
pero nadie está a salvo, nadie, si el niño loco
lanza al azar su flecha,por divertirse un poco.
Así ocurre que un niño travieso se divierte,
y un hombre, un hombre triste, queda herido de muerte.
Y más, cuando la flecha se le encona en la herida,
porque lleva el veneno de una ilusión prohibida.
Y el hombre arde en su llama de pasión, y arde, y arde
Y ni siquiera entonces el amor llega tarde.
III
No, yo no diré nunca qué noche de verano
me estremeció la fiebre de tu mano en mi mano.
No diré que esa noche que sólo a ti te digo
se me encendió en la sangre lo que soñé contigo.
No, no diré esas cosas, y, todavía menos,
la delicia culpable de contemplar tus senos.
Y no diré tampoco lo que vi en tu mirada,
que era como la llave de una puerta cerrada.
Nada más. No era el tiempo de la espiga y la flor,
y ni siquiera entonces llegó tarde el amor.
José Angel Buesa (Cuba 1910- Santo Domingo 1982)
POEMA DEL RENUNCIAMIENTO
Pasaras por mi vida sin saber que pasaste.
Pasaras en silencio por mi amor, y al pasar,
fingiré una sonrisa, como un dulce contraste
del dolor de quererte… y jamás lo sabrás.
Soñare con el nácar virginal de tu frente;
soñare con tus ojos de esmeraldas de mar;
soñare con tus labios desesperadamente;
soñare con tus besos… y jamás lo sabrás.
Quizás pases con otro que te diga al oído
esas frases que nadie como yo te dirá;
y, ahogando para siempre mi amor inadvertido,
te amare más que nunca… y jamás lo sabrás.
Yo te amare en silencio, como algo inaccesible,
como un sueño que nunca lograré realizar;
y el lejano perfume de mi amor imposible
rozará tus cabellos… y jamás lo sabrás.
Y si un día una lágrima denuncia mi tormento,
— el tormento infinito que te debo ocultar —
te diré sonriente: "No es nada… ha sido el viento".
Me enjugaré la lágrima… ¡y jamás lo sabrás!
José Angel Buesa (Cuba 1910- Santo Domingo 1982)
POEMA DEL REGRESO
Vengo del fondo oscuro de una noche implacable,
y contemplo los astros con un gesto de asombro.
Al llegar a tu puerta me confieso culpable,
y una paloma blanca se me posa en el hombro.
Mi corazón humilde se detiene en tu puerta
con la mano extendida como un viejo mendigo;
y tu perro me ladra de alegría en la huerta,
porque, a pesar de todo, sigue siendo mi amigo.
Al fin creció el rosal aquel que no crecía
y ahora ofrece sus rosas tras la verja de hierro:
Yo también he cambiado mucho desde aquel día,
pues no tienen estrellas las noches del destierro.
Quizás tu alma está abierta tras la puerta cerrada;
pero al abrir tu puerta, como se abre a un mendigo,
mírame dulcemente, sin preguntarme nada,
y sabrás que no he vuelto… ¡porque estaba contigo!
José Angel Buesa (Cuba 1910- Santo Domingo 1982)
POEMA DEL FRACASO
Mi corazón, un día, tuvo un ansia suprema,
que aún hoy lo embriaga cual lo embriagara ayer;
Quería aprisionar un alma en un poema,
y que viviera siempre… Pero no pudo ser.
Mi corazón, un día, silenció su latido,
y en plena lozanía se sintió envejecer;
Quiso amar un recuerdo más fuerte que el olvido
y morir recordando… Pero no pudo ser.
Mi corazón, un día, soñó un sueño sonoro,
en un fugaz anhelo de gloria y de poder;
Subió la escalinata de un palacio de oro
y quiso abrir las puertas… Pero no pudo ser.
Mi corazón, un día, se convirtió en hoguera,
por vivir plenamente la fiebre del placer;
Ansiaba el goce nuevo de una emoción cualquiera
,un goce para el solo… Pero no pudo ser.
Y hoy llegas tu a mi vida, con tu sonrisa clara,
con tu sonrisa clara, que es un amanecer;
y ante el sueño más dulce que nunca antes soñara,
quiero vivir mi sueño… Pero no puede ser.
Y he de decirte adiós para siempre, querida,
sabiendo que te alejas para nunca volver,
Quisiera retenerte para toda la vida…
Pero no puede ser! Pero no puede ser!
José Angel Buesa (Cuba 1910- Santo Domingo 1982)
CANCIÓN DEL AMOR LEJANO
Ella no fue, entre todas, la más bella,
pero me dio el amor más hondo y largo.
Otras me amaron más; y, sin embargo,
a ninguna la quise como a ella.
Acaso fue porque la amé de lejos,
como una estrella desde mi ventana…
Y la estrella que brilla más lejana
nos parece que tiene más reflejos.
Tuve su amor como una cosa ajena
como una playa cada vez más sola,
que únicamente guarda de la ola
una humedad de sal sobre la arena.
Ella estuvo en mis brazos sin ser mía,
como el agua en cántaro sediento,
como un perfume que se fue en el viento
y que vuelve en el viento todavía.
Me penetró su sed insatisfecha
como un arado sobre llanura,
abriendo en su fugaz desgarradura
la esperanza feliz de la cosecha.
Ella fue lo cercano en lo remoto,
pero llenaba todo lo vacío,
como el viento en las velas del navío,
como la luz en el espejo roto.
Por eso aún pienso en la mujer aquella,
la que me dio el amor más hondo y largo…
Nunca fue mía. No era la más bella.
Otras me amaron más… Y, sin embargo,
a ninguna la quise como a ella.
José Angel Buesa (Cuba 1910- Santo Domingo 1982)
SEMBRAR
Alza la mano y siembra,con un gesto impaciente,
en el surco, en el viento, en la arena, en el mar…
Sembrar, sembrar, sembrar, infatigablemente:
En mujer, surco o sueño, sembrar, sembrar, sembrar…
Yérguete ante la vida con la fe de tu siembra;
siembra el amor y el odio, y sonríe al pasar…
La arena del desierto y el vientre de la hembra
bajo tu gesto próvido quieren fructificar…
Desdichados de aquellos que la vida maldijo,
que no soñaron nunca ni supieron amar…
Hay que sembrar un árbol, una ansia, un sueño, un hijo.
Porque la vida es eso: Sembrar, sembrar, sembrar!
José Angel Buesa (Cuba 1910- Santo Domingo 1982)
.POEMA DE LA CULPA
Yo la amé, y era de otro, que también la quería.
Perdónala Señor, porque la culpa es mía.
Después de haber besado sus cabellos de trigo,
nada importa la culpa, pues no importa el castigo.
Fue un pecado quererla, Señor, y, sin embargo
mis labios están dulces por ese amor amargo.
Ella fue como un agua callada que corría…
Su es culpa tener sed, toda la culpa es mía.
Perdónala Señor, tu que le diste a ella
su frescura de lluvia y esplendor de estrella.
Su alma era transparente como un vaso vacío:
Yo lo llené de amor. Todo el pecado es mío.
Pero, ¿cómo no amarla, si tú hiciste que fuera
turbadora y fragante como la primavera?
¿Cómo no haberla amado, si era como el rocío
sobre la yerba seca y ávida del estío?
Trataré de rechazarla, Señor, inútilmente,
como un surco que intenta rechazar el simiente.
Era de otro. Era de otro que no la merecía,
y por eso, en sus brazos, seguía siendo mía.
Era de otro, Señor, pero hay cosas sin dueño:
Las rosas y los ríos, y el amor y el ensueño.
Y ella me dio su amor como se da una rosa
como quien lo da todo, dando tan poca cosa…
Una embriaguez extraña nos venció poco a poco:
Ella no fue culpable, Señor… ni yo tampoco!
La culpa es toda tuya, porque la hiciste bella
y me distes los ojos para mirarla a ella.
Toda la culpa es tuya, pues me hiciste cobarde
Para matar un sueño porque llegaba tarde.
Sí. Nuestra culpa es tuya, si es una culpa amar
y si es culpa de un río cuando corre hacia el mar.
Es tan bella, Señor, y es tan suave, y tan clara,
que sería pecado mayor si no la amara.
Y por eso, perdóname, Señor, porque es tan bella,
que tú, que hiciste el agua, y la flor, y la estrella,
tú, que oyes el lamento de este dolor sin nombre,
tú también la amarías, ¡si pudieras ser hombre!
José Angel Buesa (Cuba 1910- Santo Domingo 1982)
POEMA DE LA DESPEDIDA
Te digo adiós si acaso te quiero todavía.
Quizás no he de olvidarte… Pero te digo adiós.
No sé si me quisiste… No sé si te quería…
O tal vez nos quisimos demasiado los dos.
Este cariño triste y apasionado y loco,
Me lo sembré en el alma para quererte a ti.
No sé si te amé mucho… No sé si te amé poco,
Pero sí sé que nunca volveré a amar así.
Me queda tu sonrisa dormida en mi recuerdo
Y el corazón me dice que no te olvidaré.
Pero al quedarme solo… Sabiendo que te pierdo,
Tal vez empiezo a amarte como jamás te amé.
Te digo adiós y acaso con esta despedida
Mi más hermoso sueño muere dentro de mí.
Pero te digo adiós para toda la vida,
Aunque toda la vida siga pensando en ti
DEL.
José Angel Buesa (Cuba 1910- Santo Domingo 1982)
CARTA SIN FECHA
Amigo: sé que existes, pero ignoro tu nombre.
No lo he sabido nunca ni lo quiero saber.
Pero te llamo amigo para hablar de hombre a hombre,
que es el único modo de hablar de una mujer.
Esa mujer es tuya, pero también es mía.
Si es más mía que tuya, lo saben ella y Dios.
Sólo sé que hoy me quiere como ayer te quería,
aunque quizá mañana nos olvide a los dos.
Ya ves: ahora es de noche. Yo te llamo mi amigo;
yo, que aprendí a estar solo para quererla más;
y ella, en tu propia almohada, tal vez sueña conmigo;
y tú, que no lo sabes, no la despertarás.
¡Qué importa lo que sueña!. Déjala así, dormida.
Yo seré como un sueño sin mañana ni ayer.
Y ella irá de tu brazo para toda la vida,
y abrirá las ventanas en el atardecer.
Quédate tú con ella. Yo seguiré el camino.
Ya es tarde, tengo prisa, y aún hay mucho que andar
,y nunca rompo el vaso donde bebí un buen vino,
ni siembro nada, nunca, cuando voy hacia el mar.
Y pasarán los años favorables o adversos,
y nacerán las rosas que nacen porque sí;
y acaso tú, algún día, leerás estos versos,
sin saber que los hice por ella y para ti….
José Angel Buesa (Cuba 1910- Santo Domingo 1982)
.LA SED INSACIABLE
Decir adiós… La vida es eso.
Y yo te digo adiós, y sigo…
Volver a amar es el castigo
de los que amaron con exceso
Amar y amar toda la vida,
y arder en esa llama.
Y no saber por qué se ama…
Y no saber por qué se olvida…
Coger las rosas una a una,
beber un vino y otro vino
,y andar y andar por un camino
que no conduce a parte alguna.
Sentir más sed en cada fuente
y ver más sombra en cada abismo,
en este amor que es siempre el mismo,
pero que siempre es diferente.
Porque en sordo desacuerdo
de lo soñado y lo vivido,
siempre, del fondo del olvido,
nace la muerte de un recuerdo.
Y en esta angustia que no cesa,
que toca el alma y no la toca,
besar la sombre de otra boca
en cada boca que se besa.
José Angel Buesa (Cuba 1910- Santo Domingo 1982)
OASIS
Así como un verdor en el desierto,
con sombra de palmeras y agua caritativa,
quizás ser tu amor lo que me sobreviva,
viviendo en un poema después que yo haya muerto.
En ese canto, cada vez más mío,
voces indiferentes repetirán mi pena,
y tú has de ser entonces como un rastro en la arena,
casi como una nube que pasas sobre un río…
Tú serás para todos una desconocida,
tú que nunca sabrás cómo he sabido amarte;
y alguien, tal vez, te buscará en mi arte,
y al no hallarte en mi arte, te buscará en mi vida.
Pero tú no estarás en las mujeres
que alegraron un día mi tristeza de hombre:
Como oculté mi amor sabré ocultar tu nombre,
y al decir que te amo, nunca diré quién eres.
Y dirán que era falsa mi pasión verdadera,
que fue sólo un ensueño la mujer que amé tanto;
o dirán que era otra la que canté en mi canto,
otra, que nunca amé ni conocí siquiera
Y así será mi gloria lo que fue mi castigo,
porque, como un verdor en el desierto,
tu amor me hará vivir después que yo haya muerto,
pero cuando yo muera, ¡tú morirás conmigo!
José Angel Buesa (Cuba 1910- Santo Domingo 1982)
POEMA DEL SECRETO
Puedo tocar tu mano sin que tiemble la mía,
y no volver el rostro para verte pasar.
Puedo apretar mis labios un día y otro día…
y no puedo olvidar.
Puedo mirar tus ojos y hablar frívolamente,
casi aburridamente, sobre un tema vulgar,
puedo decir tu nombre con voz indiferente..
.y no puedo olvidar.
Puedo estar a tu lado como si no estuviera,
y encontrarte cien veces, así como al azar…
puedo verte con otro, sin suspirar siquiera,
y no puedo olvidar.
Ya vez: Tu no sospechas este secreto amargo,
más amargo y profundo que el secreto del mar…
porque puedo dejarte de amar, y sin embargo…
no te puedo olvidar!
José Angel Buesa (Cuba 1910- Santo Domingo 1982)
POEMA PARA EL CREPÚSCULO
Hora de soledad y de melancolía,
en que casi es de noche y casi no es de día.
Hora para que vuelva todo lo que se fue
hora para estar triste, sin preguntar por qué.
Todo empieza a morir cuando nace el olvido.
Y es tan dulce buscar lo que no se ha perdido…
Y es tan agria esta angustia terriblemente cierta
de un gran amor dormido que de pronto despierta!
Viendo pasar las nubes se comprende mejorque así como ellas cambian,
va cambiando el amor,y aunque decimos:
¡Todo se olvida, todo pasa…!
en las cenizas, a veces nos sorprende una brasa.
Porque es triste creer que se secó una fuente,
y que otro beba el agua que brota nuevamente:
o una estrella apagada que vuelve a ser estrella,
y ver que hay otros ojos que están fijos en ella.
Decimos: ¡Todo pasa, porque todo se olvida…!
y el recuerdo entristece lo mejor de la vida.
Apenas ha durado para amarte y perderte
este amor que debía durar hasta la muerte.
Fugaz como el contorno de una nube remota,
tu amor nace en la espiga muriendo en la gaviota.
Tu amor, cuando era mío, no me pertenecía.
Hoy, aunque vas con otro, quizás eres más mía.
Tu amor es como el viento que cruza de repente:
Ni se ve, ni se toca, pero existe y se siente.
Tu amor es como un árbol que renuncio a su altura,
pero cuyas raíces abarcan la llanura.
Tu amor me negó siempre lo poco que pedí,
y hoy me da esta alegría de estar triste por ti.
Y, aunque creí olvidarte, pienso en ti todavía,
cuando, aun sin ser de noche, dejo de ser de día.
José Angel Buesa (Cuba 1910- Santo Domingo 1982)
ELEGÍA LAMENTABLE
Desde este mismo instante seremos dos extraños
por estos pocos días,
quien sabe cuántos años…
yo seré en tu recuerdo como un libro prohibido
uno de esos que nadie confiesa haber leído.
Y así mañana, al vernos en la calle, al ocaso,
tu bajaras los ojos y apretaras el paso,
y yo, discretamente, me cambiare de acera,
o encenderé un cigarro, como si no te viera…
Seremos dos extraños desde este mismo instante
y pasaran los meses, y tendrás otro amante:
y como eres bonita, sentimental y fiel,
quizás, andando el tiempo, te casaras con él.
Y ya, más que un esposo será como un amigo,
aunque nunca le cuentes que has soñado conmigo,
y aunque, tras tu sonrisa, de mujer satisfecha,
se te empañen los ojos, al llegar una fecha.
Acaso, cuando llueva, recordaras un día
en que estuvimos juntos y en que también llovía.
Y quizás nunca más te pongas aquel traje
de terciopelo verde, con adornos de encaje.
O harás un gesto mío, tal vez sin darte cuenta,
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