Resumen
Las situaciones de Desastres son cada vez mas frecuentes e intensas y el número de personas afectadas por los mismos también se incrementa proporcionalmente. Resulta difícil, sobre todo, por falta de voluntad política, establecer condiciones de protección para la población pobre de la humanidad. Existe hoy la tendencia a señalar la necesidad creciente de brindar apoyo psicológico posdesastres a los que se han visto afectados por eventos que terminan así calificados por la magnitud de los daños que ocasionan a las personas y los bienes. Sin embargo, de poco sirve este tipo de apoyo a quienes sin disponer de recursos económicos han perdido lo poco que tenían. Planteamos que el Apoyo Psicológico debe brindarse antes de la presentación del Desastre y debe estar dirigido a dar seguridad a los expuestos, no solo después de la ocurrencia del evento, sino antes, en lo que podría llamarse "la Guerra contra la pobreza", que sería la mejor contienda para disminuir las consecuencias materiales y mentales de los diferentes eventos, que afectan hoy a la humanidad.
Generalidades
El incremento constante del número de desastres, de sus victimas y de las perdidas económicas que acarrean, hace que se constituyan en un importante problema y una amenaza para todos los países del mundo.
Dado el impacto adverso de los desastres sobre los asentamientos humanos, la Asamblea General de las Naciones Unidas, declaró la década de los 90 como Decenio Internacional para la Reducción de los Desastres Naturales (Resolución No. 44/236 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, 1989) e hizo un llamado a la comunidad Internacional para que se realizaran esfuerzos científicos, técnicos y políticos para disminuir el impacto de los fenómenos naturales extremos. Esta resolución fue una invitación y un desafío para que todos demos prioridad especial a los programas y proyectos tendientes a minimizar el impacto de los desastres de cualquier tipo y fue también, quizás, el primer esfuerzo globalizador en función de la prevención y mitigación de los desastres e indicó la creciente responsabilidad del hombre como elemento regulador del nivel de exposición, el ordenamiento y usos del medio ambiente.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), ha informado que miles de millones de personas en más de 100 países se ven expuestas periódicamente al menos a un terremoto, un ciclón tropical, una inundación o una sequía.
A pesar de los esfuerzos de muchos países por establecer condiciones que disminuyan la presentación de desastres, paradójicamente, su número se incrementa. Hoy el Cambio Climático ya no es un argumento de Ciencia Ficción, es una realidad. El origen de los cambios climáticos esta, esencialmente, en la producción de gases con efecto invernadero (dióxido de carbono, metano y oxido nitroso) provocado por el uso irracional del medio ambiente por el hombre. Este efecto provoca un aumento de la temperatura global que condiciona el desarrollo de fenómenos naturales cada vez más frecuentes y más intensos.
Según Noji (2000) nuestro planeta estará expuesto a muchos fenómenos naturales extremos que ocasionaran desastres con consecuencias impredecibles.
Entre las tantas cosas que se han dicho de los desastres, se afirma que son causados por un suceso natural o generados por el hombre (antropogénicos), que exceden la capacidad de respuesta de la comunidad afectada y que son eminentemente humanos. Esta realidad nos sirve para entender el grado de indefensión e impotencia que genera el sentirse incapaz de dar respuesta a una situación que amenaza la vida, no sólo nuestra, sino de nuestros hijos y demás seres queridos. Es más, aun el hecho de sentir seguridad en la conservación de la vida, la perdida de nuestros bienes y la indecisión de nuestro futuro, crea un estado de ánimo y un comportamiento que varia de persona a persona, pero que generalmente conspira contra el esfuerzo y empeño del afectado por volver a tratar de conseguir, al menos, las mismas condiciones de vida de que gozaba antes de la ocurrencia del desastre, lo que se conoce como resiliencia.
La palabra desastre, etimológicamente (del latín "des", que significa negativo o contrario y "astre" que equivale a estrella o astro) significa un suceso adverso producido por los astros o las estrellas. Lógicamente el sentido de este término carece de sentido en la actualidad. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a los desastres naturales como:
".un acto de la Naturaleza, de tal magnitud que da origen a una situación catastrófica en la que súbitamente se alteran los patrones cotidianos de vida y la gente se ve hundida en desamparo y el sufrimiento; como resultado de ello, las victimas necesitan víveres, ropa, viviendas, asistencia medica y de enfermería, así como otros elementos fundamentales de la vida y protección contra factores y condiciones ambientales desfavorables, los cuales, en la mayor parte de los casos, deberán provenir de áreas que están fuera de la zona de desastre".
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