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Acerca del origen del lenguaje

Enviado por Gabriel Pineda


Partes: 1, 2

    1. Análisis del pasaje 385a ~ 385e4 del Crátilo en relación a las posiciones de Wilamowitz y Robinson extraídos de la Historia de la filosofía griega, Vol. V de Guthrie
    2. Bibliografía

    Variaciones entre Sócrates, Hermógenes y el Crátilo

    Sócrates se presenta mientras Hermógenes y Crátilo mantienen una discusión acerca de la adecuación de los nombres. Crátilo, quien adhiere a una posición naturalista bromea sobre la correspondencia del nombre de su interlocutor. En este contexto Sócrates intercede entre ambos para intentar realizar el esfuerzo conjunto de investigar sobre tan importante cuestión. La antítesis sofística: nómos y phýsis1. Ley, convención y naturaleza.

    Hermógenes apoya la teoría convencionalista del lenguaje, pero al exponer su postura en el comienzo del diálogo lo hace sin fuertes cimientos. Sócrates lo conduce casi imperceptiblemente y sin que oponga resistencia alguna desde una vaga postura convencionalista que nombra por consenso, costumbre y hábito a una postura convencionalista extrema, radical, individualista. Llevándolo a aceptar que el nombre que cada quien pone es siempre exacto, asociándolo a la epistemología protagórica.

    Una importante concesión, que deja entrever el problema que lo obsesiona a Platón y que lo plantea no sólo en este diálogo, sino en el Eutidemo, Teeteto y Sofista. La imposibilidad del discurso falso. De esta manera plantea dos cuestiones apoyadas por quien sea quizás el destinatario real de las críticas del diálogo: Antístenes2.

    Hermógenes nuevamente se muestra acrítico ante la cuestión del discurso falso y admite la posibilidad de hablar falsamente, esta última concesión lo conduce sin duda, a la autocontradicción.

    En este pasaje en que se discurre sobre la falibilidad de un enunciado Platón parece exponer una posición controvertida: el discurso entendido como la suma de términos verdaderos, en tanto verdad y como sumatoria de términos falsos, en tanto falsedad. Esto le daría un sentido de verdad o falsedad al nombre, cuestión difícil de adjudicar a un Platón que a estas alturas estaría convencido del rol protagónico de los enunciados proposicionales en relación a la verdad. Presumiblemente su carácter de verdad fuera indirecto y sólo a través de un enunciado. Es interesante a este respecto las posiciones encontradas sostenidas por Guthrie y Robinson3.

    La tercera crítica que hará Sócrates a la posición sostenida por Hermógenes es la ausencia de parámetros estables, firmes, que garanticen la correspondencia entre el nombre y las cosas. Aquí se desliza por primera vez la teoría de las ideas en esbozo, y Hermógenes nuevamente cede y se muestra conforme con la exposición de Sócrates, quien afirma que las cosas existentes poseen un ser propio, una ousía4, son en sí y conformes a su naturaleza. El nombre será el instrumento para expresarla y por tanto no puede ser asignado arbitrariamente por cada quien.

    Luego de exponer las críticas antedichas, Sócrates las articulará para refutar la posición convencionalista extrema de Hermógenes apoyándose momentáneamente en la teoría naturalista del lenguaje. Se valdrá de una polémica serie de asociaciones entre las cosas y las acciones, entre las acciones y el hablar, entre el hablar y el nombrar. Y englobando las praxis5, planteará una discutible analogía entre el "quemar" y el "nombrar" para defender su transitoria postura: cuando alguien nombra (nomothètes6) lo hace de acuerdo a la naturaleza de las cosas y no por convención.

    Así quedaría refutada, según Platón la teoría convencional del lenguaje, pero entendida no con un alcance social, producto del consenso y del acuerdo donde la significación de los términos es fundamental para establecer la comunicación, sino con un alcance particular, radical en extremo.

    Esta diferencia de alcance del convencionalismo, bien la interpreta Aristóteles, quien en el pasaje señalado en De Interpretatione, pone énfasis en esta teoría de correspondencia del lenguaje con la realidad. No existirá, según él, ningún tipo de relación por naturaleza entre el lenguaje y las cosas.

    En De Interpretatione, Aristóteles analizará la relación entre las cosas y el discurso. Pondrá bajo la lupa la relación entre pensamiento, realidad y lenguaje. Y mientras identifica una relación de identidad entre realidad y pensamiento7, mostrará un problema de continuidad entre el lenguaje y el pensamiento.

    El lenguaje significa al pensamiento, es una relación de signo donde no siempre podremos explicitar aquello que está en el plano del pensamiento en forma fidedigna.

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