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Que yo soy de La Habana

Enviado por Lazaro Numa Aguila


    Que yo soy de La Habana – Monografias.com

    Observando detenidamente el libro "Cuba 1898 – 1915. Un viaje a través de postales" de Eloy G. Cepero[1]un álbum de estampas cubanas, pero fundamentalmente de La Habana, reflexionaba sobre algunos aspectos de la visualidad de la capital cubana en sus diferentes etapas históricas. Indudablemente el tema de lo visual es complejo, subjetivo en gran medida y también manipulable; haciendo uso del recurso – para bien o para mal – es posible llegar a configurar el imaginario de una ciudad y sus habitantes de múltiples maneras, no solo hacia el interior de un país, también para el exterior.

    A través de representaciones gráficas se puede construir o deconstruir historias. La "Imagen Cuba" no está ajena a este fenómeno y no es solo la que se prepara para anunciarnos como producto turístico en todas sus variantes, esa también se construye, a veces hasta sobre la base de estereotipos. Cuba no es solo playas, palmeras, ron, tabaco y mulatas, la cultura cubana es genuina y va mucho más allá de eso.

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    Imágenes frecuentes y fáciles de encontrar en la Web sobre Cuba.[2]

    Hoy una persona cualquiera, hasta con un teléfono móvil, puede lograr una fotografíacon determinada calidad técnica – que porte y transmita un mensaje, de hecho ya existen en el mundo exposiciones fotográficas conformadas con vistas tomadas con aparatos de telefonía móvil y se organizan premios como "The Mobile Photo Awards"[3].

    Partiendo de la obra citada, afloraron en mis reflexiones determinadas interrogantes, ¿somos los cubanos consecuencia de nuestros procesos formativos históricos y culturales o como nos muestran las imágenes que hoy aparecen en muchos medios nacionales e internacionales de comunicaciónoficiales o alternativos -?

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    ¿Somos los cubanos como aparecemos en infinidades de imágenes actuales?

    Las postales del libro transmiten un caudal de información sobre La Habana y sus habitantes de aquellas etapas ya lejanas, casi todas son planos generales que pretendían – en su momento – mostrar la belleza que tenía la ciudad, no cabe la menor duda de que las imágenes de hoy, pudieran decirle – también – muchas cosas nuestras a cualquier persona en el mundo, máxime teniendo en consideración que en la actualidad, a nivel mundial, se estudian muchos procesos asociados a la comunicación visual, algunos muy avanzados, que requieren de conocimientos para poder entenderlos y tecnologías adecuadas para implementarlos o descifrarlos, pero todos están ligados a la subconsciencia del individuo, sea para la recepción del mensaje o para su elaboración, tales son los casos del mensaje subliminal, la psicología de la imagen, el análisis de contenido visual, la sintaxis de la imagen y la lectura gráfica – entre muchos otros -, en los que – lamentablemente – nosotros aún no tenemos los conocimientos suficientes, pero que nos afectan o pueden hacer mal a nuestra imagen. Estimo que estas son cuestiones por las que debemos preocuparnos todos los cubanos, especialmente a los que La Habana nos duele y que vivimos en ella, la capital es el rostro de Cuba ante el mundo, nadie puede cuidar mejor de nuestra imagen que nosotros mismos, no me estoy refiriendo simplemente a la que individualmente se relaciona con nuestra persona, aunque esta también lleva una carga de responsabilidad.

    El libro de Eloy G. Cepero se ubica en el período de tránsito entre el fin de la etapa colonial y principios de la republicana, intenta mostrar una ciudad que los que la habitamos hoy, nos cuesta trabajo podérnosla imaginar debido al paso del tiempo, nos revela una Habana que no conocimos, pero también nos demuestra que hemos heredado mucho del siglo XIX y del XX – que aún está al alcance de nuestra vista -, principalmente en la arquitectura y las configuraciones viales; ¿y qué sucede con las personas?, ellas también están presentes en esas postales, se pueden apreciar las costumbres epocales, los lugares donde realizaban sus paseos, las modas, el transporte que usaban y hasta los hábitos gastronómicos del momento en que vivían. Todo esto me hizo reafirmar mi convicción de que las ciudades son como entes vivos, se transforman con el tiempo, pero no niegan ni borran su pasado de un solo golpe, ellas ayudan a que las personas que las habitan se transformen – o viceversa -, pero todos, ciudad, historia y sus habitantes, no dejan jamás de estar juntos, unos reflejan siempre a los otros, dicho de una manera más simple, La Habana fue, es y será siempre un reflejo de las personas que la hemos habitado, esto nos debe llamar a una profunda reflexión.

    Tratar de hacer un balance general de lo que aún se conserva o lo que ya no está sería demasiado engorroso y llevaría mucho tiempo de investigación, además, solo se limitaría a la arquitectura y el urbanismo, esto sería un trabajo incompleto. Si intentara hacerlo escogiendo un lugar puntual y se analizara de manera integral, hasta donde fuera posible, resultaría más factible e interesante, sobre todo poniendo mayor interés en el hombre, que es el principal agente transformador del medio. Analizar el momento actual de manera reflexiva y crítica, aportaría más que un simple tur por el lugar que escojamos, estimo que a todos nos compete examinar el momento que nos ha tocado vivir, pues es – en definitiva -, el que podemos ayudar a cambiar o perfeccionar, precisamente esto es lo que pretendo hacer.

    Comencemos seleccionando lo que en Antropología Urbana se define como un Nodo, este no es más que: un espacio – real o abstracto – que se interrelaciona con otros puntos, se constituye en centro de comunicación entre uno o varios sitios, conformándose de esta manera una red[4]Los nodos urbanos se consideran piezas básicas para componer los mapas mentales y físicos de una ciudad, son puntos estratégicos y factor que condiciona, en gran medida, la percepción que un ciudadano puede tener sobre una zona poblada.

    Para que se comprendan adecuadamente los planteamientos anteriores, comenzaré preguntando lo siguiente, ¿sabe el lector dónde se encuentra el Capitolio?, estoy seguro que muy pocas personas afirmarían que no conocen el sitio, pero no todos deben ser conscientes de que se trata de un área en nuestra capital que constituye un nodo urbano, considerado como de los más importantes de La Habana. Con frecuencia se convierte este entorno en punto de referencia dentro del municipio Centro Habana, sobre todo cuando se quiere indicar una dirección o para hacer una transferencia en el transporte – por citar dos ejemplos -, todo puede estar antes o después del Capitolio y el Parque de la Fraternidad, para el resto del país no deja de funcionar igual, recordemos que en este lugar se marca el kilómetro cero de la antigua carretera central.

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    Imagen satelital y gráfica del área correspondiente al nodo conformado por el Capitolio – Parque de la Fraternidad y Fuente de la India.

    El nodo comienza en la esquina que forman las calles San José – San Martín – y Prado, por este último se extiende hasta Monte, doblando por la calzada hasta la calle Amistad y nuevamente hasta San José, de esta manera se forma casi una cuadrícula; tiene una confluencia vial de las más interesantes de nuestra urbe, en él interactúan las calzadas de Reina, Monte, la calle Dragones y el paseo del Prado.

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    El entorno del nodo entre colonia y república. En esta composición se muestran La Fuente de la India, el Hotel Pasaje, el teatro Payret y el Campo de Marte.

    En la segunda mitad del siglo XIX el entorno mostraba un buen nivel de urbanización y vialidad, se habían construido ya determinados inmuebles que con el tiempo se convirtieron en emblemáticos, los mejores ejemplos a citar pudieran ser el teatro Payret, el Hotel Pasaje, el primer edificio del Diario de la Marina, los hoteles Saratoga, Isla de Cuba, Flor de Cuba y el Perla de Cuba – entre muchos otros -, la estación ferroviaria de Villanueva y espacios importantes como el de la Fuente de la India, el Campo de Marte o el Parque Colón – posteriormente – y Marte y Belona, establecimiento situado en la esquina de la calzada de Monte y Amistad. Para que se tenga una visión más completa y bien sustentada, solo en el espacio temporal que estamos analizando – para coincidir con el momento que marca el libro de postales -, prestaban sus servicios en el área un total de veintidós hoteles de diferentes categorías, esto era lógico teniendo en cuenta la presencia de la estación ferroviaria de Villanueva en el sitio, los viajeros que iban y venían siempre buscaban un lugar que estuviera relativamente cerca de la estación para hospedarse.

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    Algunos antiguos inmuebles del nodo. La estación ferroviaria de Villanueva, el primer edificio del Diario de la Marina, el teatro Martí y el circo – teatro Jané.

    En República el nodo adquirió una connotación matizada por la política a partir de la década del treinta, esto fue producto de la presencia del Capitolio, la emisora radial Mil Diez y el Parque de la Fraternidad Latinoamericana que se construyó en el espacio donde estuvo, primeramente, el Campo de Marte y luego el poco conocido – hoy – parque Colón. El divertimento se hacía presente en Los Aires Libres del prado y en Marte y Belona, estos eran sitios muy reconocidos, en "Las Fichas Comerciales de La Habana", una guía de los comercios capitalinos, se señala que entre 1914 y 1950 existían en la zona diez de los cafés más reconocidos de la ciudad. Otra cuestión que le aportaba mucha vida al entorno eran los comercios establecidos en la calle Monte, los portales de esa conocida arteria capitalina – que nunca llegó a ser como Galiano – fueron zona de paseo de los habaneros de varias épocas.

    Con lo expresado hasta este momento – en apretada síntesis -, solo he pretendido ubicar al lector en el lugar correcto que se ha seleccionado para hacer el análisis, lejos están mis pretensiones de querer hacer ver que "cualquier tiempo pasado fue…", cada etapa fue y será, lo que le permita su momento histórico. En los instantes que se han mostrado – a grandes saltos – también existían infinidades de fenómenos sociales que se invisibilizaban, había pobrezaa veces extrema -, marginación y marginalidad, prostitución, juego etc. En sentido general este tema es complejo y alcanzaría para escribir infinidades de cuartillas, todo depende del enfoque que se escoja. Omitiré algunas cuestiones históricas sobre el nodo en aras de ganar espacio, el objetivo principal es tratar algunos temas actuales, pero es necesario un bosquejo previo.

    Quisiera compartir con el lector en estos momentos algunas preocupaciones sobre la visualidad actual del nodo, veamos el momento que nos ha tocado vivir, esa debe ser nuestra mayor preocupación, el pasado ya es historia y el futuro debemos construirlo.

    Hasta nuestros días han llegado el teatro Payret – varias veces remozado -, del Hotel Pasaje se conserva su fachada cubriendo el frente de la sala polivalente Kid Chocolate, su interior sucumbió en un fatídico derrumbe en la década de los ochenta del siglo XX, el antiguo edificio del Diario de la Marina – en su segunda versión – un inmueble de notables valores arquitectónicos, lo ocupa actualmente la Editorial Abril, institución donde se gesta gran parte de la literatura destinada a niños y jóvenes del país y el Tribunal Provincial, este es un punto de encuentros y desencuentros entre personas de todos los estratos de nuestra sociedad, donde con frecuencia se pueden observar manifestaciones de carácter policial, religiosas y hasta hechos delictivos.

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    Ofrenda religiosa colocada en la acera del Tribunal Provincial de La Habana.

    El hotel Saratoga, el Capitolio, el Parque de la Fraternidad y la Fuente de la India – todo un símbolo en nuestra capital – continúan mostrando su presencia. De los veintidós hoteles que habían, el Isla de Cuba, el Nueva Isla y el New York muestran sus inmuebles en ruinas, dentro de muy poco tiempo debe suceder lo mismo con el hotel Perla de Cuba – convertido en una verdadera ciudadela -, los demás ya no existen. Sobre los teatros se puede expresar lo mismo, hoy solo se mantienen el gran teatro García Lorca – antiguo Tacón -, el Payret – casi siempre prestando su servicio como cine – y el recientemente restaurado teatro Martíuna joya salvada – de un total de ocho que convivían en armonía.

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    Al nodo se han incorporado todos los fenómenos sociológicos que vienen aparejados con el turismo.

    En este nodo la población viajera realiza innumerables transferencias en el transporte para cambiar de dirección hacia su destino final, presenta un sentido utilitario abarcador, aquí se puede localizar una parada de ómnibus, una esquina donde se reúnen las personas a cualquier cosa, aún se manifiesta determinado carácter político en las áreas verdes del Parque de la Fraternidad que, poco a poco, se han convertido en lugar de tributo a los próceres latinoamericanos y caribeños, no siempre de la mejor factura artística, pero también se puede constatar gran indisciplina social, fundamentalmente asociada al fenómeno del turismo, esto obliga a que las autoridades del orden público mantengan una constante presencia en el sitio.

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    La presencia de agentes del orden público es constante en las áreas del nodo.

    Hoy proliferan nuevos tipos de transportes como los populares Bici-taxis – versión criolla de verdaderos kamikaze urbanos -, producto de las restricciones al transporte en la zona del Centro Histórico, estos facilitan el acceso al mismo, aunque no son nada bonitos en muchos casos, es innegable que cumplen un rol social, los Coco-taxis se pueden ver casi siempre asociados al turismo de la misma manera que los coches tirados por caballos.

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    Medios de transporte de fácil visualización en el nodo, al fondo el antiguo edificio del Diario de la Marina.

    Las esquinas del cine Payret y la de Monte y Cienfuegos son muy concurridas, sus colindancias con el Parque Central y el Parque de la Fraternidad – respectivamente – las convierte en sitios con mucha afluencia del turismo y la fenomenología que lo acompaña. Lamentablemente en estos lugares saltan a la vista manifestaciones negativas, frecuentemente vinculadas a la prostitución, el travestismo, el robo, la drogadicción y el negocio ilícito, no digo nada que sea un secreto hoy en nuestra ciudad para nadie, estas manifestaciones se pueden observar con mucha facilidad, bastaría una visita al nodo solo de algunos minutos, por tanto, trascienden, incluso fuera de nuestras fronteras, de ahí mi preocupación inicial, los cubanos no somos eso, ni así, como muchos se empeñan en hacer ver utilizando múltiples plataformas, estimo que para poder revertir una realidad, se hace necesario conocerla primero, luego hay que hacerla ver e insistir en la necesidad del cambio.

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    Antiguos comercios de la calle Monte han sido reconvertidos en áreas destinadas al cuentapropismo.

    Cuando se analiza la vida del lugar es fácil percatarse que su objeto social ha ido cambiado en cada etapa, hoy los comercios de la calle Monte correspondientes a la zona, no juegan el mismo papel de otros tiempos, los Aires libres, ya no existen y la vida política y militar que rodeaba al Campo de Marte y luego al Capitolio desapareció, tampoco existen los conocidos Paragüitas que en la década de los setenta del siglo XX produjeron innumerables historias, no siempre buenas, pero que comparadas con muchas de las de hoy, pudieran ser consideradas como travesuras juveniles de otros tiempos.

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    La reventa se hace presente en múltiples áreas de los portales de la calle Monte.

    Otra cuestión – desde el punto de vista sociológico – fácil de corroborar es la manera en que "cambia de vestuario" el lugar del día a la noche, de día el entorno se comporta de la manera que se ha expresado y como una zona de puro tránsito de personas que se mueven en diferentes direcciones de la capital, estas utilizan las paradas del transporte urbano ubicadas en los alrededores del Parque de la Fraternidad y a los bulliciosos boteros[5]con sus viejos y contaminantes almendrones[6]tema que estimo no le aporta nada positivo al área, desde el punto de vista estético, pero "resuelven" – de alguna manera – una situación compleja, el transporte, otro asunto a tener en consideración es que, en estas relaciones de intercambio, se produce una fuerte transferencia sociocultural. De noche, es considerado como un lugar poco recomendable para personas intolerantes, constantemente utilizado por determinado sector poblacional bohemio para pernoctar – nada en contra de las inclinaciones personales o preferencias humanas, partimos siempre del reconocimiento a la otredad [7]pero lo cierto es que al pase de lista se reportan ausentes la mejor corrección y la necesaria disciplina.

    El nodo, desde su surgimiento hasta nuestros días, ha mostrado una constante interacción con las personas que se han relacionado con él, fue sitio estratégico militar en Colonia, político y lúdico en República y hoy, espacio donde muchos van a ganarse la vida – muy a nuestro pesar – de la forma que pueden. Como manifestación interesante, han aparecido un significativo número de individuos representando a personajes tipos que animan la zona, lo mismo se pueden encontrar caricaturas de Benny Moré y Hemingway que a una cartomántica que profetiza viajes y progresos a diestras y siniestras, pero que más que todo hacen de sus actos un medio de sustento para sus vidas.

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    Manifestaciones sociales muy comunes en las áreas del Parque de la Fraternidad.

    También han reaparecido figuras que desde hace muchos años no se veían en nuestra ciudad y otras de nuevo tipo, mayoritariamente son personas mayores que necesitan un complemento monetario, que junto a su jubilación, les permita sustentarse de alguna manera.

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    Antiguas y nuevas figuras han aparecido en el entorno.

    Innegablemente una luz brilla también en el entorno, el Palacio Central de Computación, este objeto social brinda un servicio meritorio a la población, sobre todo al sector juvenil, se respiran en él aires de superación y sano entretenimiento, amén de las dificultades. No puedo dejar de mencionar en estas líneas a una de las edificaciones coloniales más importantes de La Habana, el palacio de Aldama, en este sitio se encuentra el Instituto de Historia de Cuba, actualmente está sometido a un proceso de restauración que le debe devolver sus características originales.

    Algo que muchos esperamos sea transitorio es el taller de locomotoras antiguas que fue establecido en la esquina de las calles Amistad y Dragones por la Oficina del Historiador de la Ciudad, este sitio desfavorece – según mi criterio – al entorno desde el punto de vista visual, aunque se pudiera utilizar el espacio para la construcción de un parque temático relacionado con el patrimonio industrial de Cuba pues, en los terrenos que ocupa actualmente el Capitolio, con su fachada a la calle Dragones, se encontraba la estación ferroviaria de Villanueva, esto sería una buena iniciativa, hasta se pudieran recrear elementos de la antigua estación y aprovechar la proximidad que tiene el área con el Museo del teléfono y la fábrica de tabacos Partagas que son lugares de mucha afluencia turística, de esta forma se ayudaría a cambiar la vista del área, sustentando todo sobre la base de la historia local.

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    El taller de antiguas locomotoras emplazado en el propio corazón del nodo crea una imagen desfavorable al entorno.

    Mucho pudiéramos estar hablando de lo que fue, es y será La Habana, así como del entorno en que nos detuvimos, pero ese no es el objetivo de estas líneas, la intensión – más que todo – es provocar la reflexión, por un lado, de todos los que tienen la responsabilidad de velar por la imagen de nuestra ciudad, que necesita con urgencia se trabaje en este sentido y por el otro, un llamado a nosotros mismos a cuidar y mantener nuestra imagen, los cubanos tenemos características muy nuestras porque somos hijos de una nación que tiene su propia cultura, fraguada en el transcurso de varios siglos ya, trabajemos para que la capital de todos los cubanos sea siempre una hermosa postal, digna de ser apreciada en cualquier confín del mundo. ?

     

     

    Autor:

    Lázaro Numa Aguila.

    [1] Cepero, Eloy G; Cuba 1898 ? 1915. Un viaje a trav?s de Postales, AC Graphic, Miami, Florida, IBSN ? 0941010643.

    [2] http://dcuba.net/viajes-y-turismo/turismo/la-habana-parque-tematico-castro-mcdisney/

    [3] http://www.guioteca.com/fotografia/mobile-photo-awards-2013-11-de-las-mejores-fotos-tomadas-con-celular/

    [4] Carter, Harold; El estudio de la Geograf?a Urbana. Instituto de Estudios de la Administraci?n Local, Madrid, 1983.

    [5] Nombre popular que se le da a los choferes de alquiler en Cuba, fundamentalmente en La Habana.

    [6] Nombre con el que la poblaci?n identifica a los carros norteamericanos antiguos.

    [7] R.A.E: Otredad: f. Fil. Condici?n de ser del otro.