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Los roles en nuestra vida


Partes: 1, 2

    "Las partes de la psique de las personas

    se distancian de la conciencia

    y llevan una vida autónoma propia"

    Carl Jung

    Desde el momento en que somos concebidos comenzamos a ser depositarios de las expectativas de los demás de sus prejuicios, de sus valores y sus creencias. Durante toda la gestación nuestros padres nos hicieron destinatarios de sus anhelos y sueños, nos imaginaron y en sus mentes modelaron.

    Al nacer comenzamos a recibir mensajes cada vez más explícitos y nos iniciamos en el conocimiento de cómo se esperaba que fuéramos.

    Al crecer el bombardeo de mensajes aumentó de acuerdo a la ampliación de nuestro interrelacionamiento. Entonces además de nuestros padres cuentan nuestros amigos, maestros, vecinos etc.. Toda persona que contactamos a través de su aprobación o desaprobación, sus silencios o palabras nos enviaban un mensaje –el cual muchas veces captamos a nivel inconsciente-.

    Cuando adultos recibimos también mensajes de los medios de comunicación, los cuales nos "venden" una imagen de cómo debemos vestirnos, hablar etc.,que de a poco nos va encasillando en actitudes y formas de conducta que se contradicen con nuestro propio ser, lo cual nos lleva a auto generar nuestros propios mensajes que nos enviamos constantemente diciéndonos como debemos ser o no ser; hacer o dejar de hacer, hasta que nos vamos convirtiendo en quién no somos.

    Estos mensajes con el correr del tiempo se nos van cristalizando en nuestra mente y son el mayor impedimento para cambiar nuestra auto-imagen , crecer y desarrollarnos como seres humanos en evolución.

    En efecto la principal causa de nuestros fracasos en los intentos emprendidos hasta hoy radica en que no hemos intentado llegar a nuestro Ser Natural, sino que apuntamos a la imagen que tenemos grabada de cómo "debemos" ser, y "siendo quienes no somos" nos hemos condenado al fracaso la frustración y el desaliento.

    El perseguir nuestra imagen nos ha ido alejando del conocimiento de nosotros mismos, de quienes en realidad somos. Nuestra auto-imagen tiene un porqué y un para qué: el primero se relaciona con los mensajes que recibimos desde que nacemos. Tengamos en cuenta que vivimos en una sociedad estereotipada y rígida que establece claras normas relativas a como debemos pensar, lo cual nos hace "actuar" en consecuencia y nos vamos creando una "personalidad" que es la que nos hace aceptables o indeseables. El para qué tiene que ver con nuestra necesidad de pertenencia, es decir poder integrarnos a determinados grupos sociales.

    Desde pequeños realizamos titánicos esfuerzos por adaptarnos a la imagen que nos mostraron como adecuada, de adultos nosotros mismos proseguimos con la tarea.

    El ejemplo más claro que podemos tener de todo esto está implícito en una novela de Oscar Wilde, "El retrato de Dorian Gray", donde nos cuenta la historia de el cuadro de un hermoso joven que está colgado sobre una pared en la habitación de una elegante mansión.

    Mientras el retrato continúa en su lugar el muchacho poco a poco va adquiriendo un carácter reprehensible, eventualmente el retrato es almacenado en el ático; mientras que la personalidad del joven cambia y empeora. Lo más extraño es que nunca envejece; al final de la historia sube al ático y descubre que su retrato ya no representa más al joven apuesto que él era sino más bien a un viejo con cara de monstruo.

    Nunca se había mostrado en su fisonomía toda la fealdad de su personalidad, pero había almacenado misteriosamente los rasgos negativos en el retrato durante todos aquellos años. El ver esto le produce un shock en el que cae al suelo y muere; entonces extrañamente la pintura reasume la hermosura de sus días de juventud mientras que la cara del cadáver asume la apariencia horrible representada anteriormente en el retrato.

    Las realidades de la psique humana han existido desde tiempos inmemoriales. Personalidad tiene su etimología en la palabra "persona" que es el nombre de las grandes máscaras talladas en madera que usaban los actores greco-romanos. La expresión latina personare significa "sonar a través de"; además de identificar en la obra a los buenos y a los malos servía a modo de magnetófono primitivo para hacer llegar la voz de los actores hasta las gradas más altas del anfiteatro.

    La diferenciación del ego-conciencia da origen a la persona, según un determinado carácter desarrollado y de su actitud hacia el mundo exterior; la persona constituye una especie de puente entre el "Yo Soy" y el mundo exterior. Según Jung es un complejo funcional que ha emergido en la existencia por razones de adaptación o conveniencia personal, pero no es de ninguna manera idéntica a la individualidad y concierne exclusivamente a la relación con los objetos exteriores.

    Entonces podemos decir que es un compromiso entre individuo y sociedad en cuanto a lo que un hombre debería aparentar ser, por tanto se puede afirmar que la "persona" es un compromiso entre lo que la sociedad espera de nosotros y nuestra propia identidad personal –o sea quienes somos realmente-.

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