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Leptospirosis icterohemorrágica. Presentación de un caso

Partes: 1, 2

    Publicación original: Colombia Médica, 1998; 29: 43-46 – ISSN 1657-9534, Reproducción autorizada por: Corporación Editora Médica del Valle, Universidad del Valle, Cali, Colombia

    RESUMEN

    Se informa un caso aislado de leptospirosis en un hombre joven, admitido al Hospital Universitario del Valle (HUV), que evolucionó en forma satisfactoria. En la presentación del cuadro clínico se destacan la insuficiencia respiratoria severa, las mialgias y la trombocitopenia, hallazgos compatibles con otras enfermedades infecciosas de alta incidencia en el medio de Cali, como el dengue. La leptospirosis es una zoonosis de distribución mundial, causada por espiroquetas del género Leptospira. En países en vías de desarrollo produce brotes epidémicos, mientras que en países industrializados tiene un comportamiento endémico. Los síndromes clínicos comprenden la enfermedad subclínica, la enfermedad febril autolimitada con o sin meningitis y la forma severa o enfermedad de Weil, en la que hay falla renal, ictericia y hemorragia pulmonar. La prueba de microaglutinación ofrece alta sensibilidad y especificidad en el diagnóstico. La aplicación de técnicas modernas de biología celular y molecular permitirán en un futuro próximo entender mejor la patogénesis de la leptospirosis. La penicilina es el antibiótico de elección, y se recomienda su uso aun en estados avanzados de la enfermedad.

    Palabras claves: Leptospirosis. Espiroquetas. Penicilina.

    La leptospirosis es una zoonosis de distribución mundial que afecta principalmente a mamíferos domésticos y salvajes1. En los humanos se presenta como una enfermedad aguda generalizada cuya característica principal es una vasculitis extensa.

    El agente etiológico es una espiroqueta del género Leptospira. A diferencia de otras espiroquetas, la leptospira es fácilmente cultivable en medios artificiales2. Mediante la técnica de hibridización de ADN, se han caracterizado siete especies patógenas; la especie interrogans fue la primera identificada. Otra especie, L. biflexa, no es patógena.

    Con base en propiedades antigénicas, las especies patógenas se han subdividido en más de 200 serotipos, de ellos los más conocidos son: l. icterohaemorrhagiae, l. canicola, l. pomona, l. grippotyphosa, l. pyrogenes, l. javanica, l. autumnalis, l. borinca3.

    La infección se distribuye por todo el mundo, con predominio en regiones tropicales4. El grupo etario más afectado es el de adultos jóvenes, y el contagio se adquiere mediante contacto con agua o suelo contaminados con orina5. Son raros los informes de infección transmitida de persona a persona. El hombre es el huésped final. Las ratas son la fuente de infección más común pero también la pueden transmitir caninos domésticos y silvestres, vacas y cerdos. La epidemiología de la leptospirosis humana refleja la relación existente entre humanos y animales.

    Son comunes la exposición ocupacional (granjeros, veterinarios, personas encargadas de la remoción de tierra de alcantarillas y de aguas negras) y recreacional (campistas y bañistas). La leptospirosis se reconoce como enfermedad esporádica en grandes ciudades, pero las pobres condiciones sanitarias de ciertas áreas urbanas han facilitado la expansión de ratas infectadas con leptospiras6.

    En Colombia hay informes aislados de leptospirosis desde 1933, en trabajos con más orientación a identificar los reservorios animales7. El primer caso humano en el país se informó en 19688 y en 1997 se publicó una serie en la que se hace referencia a los hallazgos histopatológicos, correspondientes a enfermos fallecidos en 1995 durante una epidemia en Barranquilla, con diagnóstico clínico y serológico de leptospirosis icterohemorrágica9.

    El control de la infección es difícil, debido a la simbiosis del microorganismo con el animal huésped, a su persistencia en los túbulos renales del hospedero, donde se perpetúa su excreción y a que los animales silvestres constituyen un gran reservorio, lejos del control humano.

    La leptospira penetra a través de mucosas intactas o de piel con abrasiones, entra a la sangre y rápidamente se distribuye a todo el cuerpo, incluyendo líquido cefalorraquídeo y ojos. Las características morfológicas de la leptospira que le permiten movilidad y la presencia de hialuronidasa, se consideran los mecanismos que facilitan el ingreso a sitios normalmente protegidos. Animales y humanos con infecciones severas exhiben signos y síntomas clínicos sugestivos de endotoxemia, pero hasta el momento no se han demostrado endotoxinas en esta espiroqueta.

    La ictericia presente en casos severos, se produce por congestión y estasis canalicular. Casi siempre hay infiltración periportal, pero sin necrosis, y no se aísla la leptospira de tejido hepático. La diátesis hemorrágica y las manifestaciones pulmonares pueden dominar el cuadro clínico, como en la epidemia que ocurrió en 1995 en Nicaragua10. Esto se debe a vasculitis por daño del endotelio capilar, y a trombocitopenia. Las anormalidades en la función renal pueden ser severas, y el daño primario se presenta en los túbulos. Los cambios tardíos renales suceden en el glomérulo por depósito de complejos inmunes circulantes.

    Partes: 1, 2
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