Descargar

El Caso Difícil Número 31. Carpe Diem. Adicciones

Enviado por Felix Larocca


Partes: 1, 2

    1. Carpe Diem
    2. Los animales también se intoxican
    3. El dilema: las adicciones ¿qué son?: ¿Enfermedades o hábitos descarrilados?
    4. El programa de las tres semanas
    5. Jacobo y yo nos conocemos
    6. En resumen
    7. Referencias

    Carpe Diem

    Cuando conociera a Ed Guildea y más adelante a Don Goodwin (durante mi tenencia en Washington University) una perspectiva nueva se estableció en mi horizonte. Esta fue la de ser otro médico que creía en la antropología como una de las bases del desarrollo de nuestro conocimiento científico.

    Ed, estaba ya retirado como profesor de psiquiatría de la universidad, entonces famosa por ser el repositorio de la psiquiatría organicista y Don comenzaba su carrera, a veces espectacular y aparatosa, que lo propulsó a ser reconocido como la autoridad mundial en el alcoholismo — de Ed y de Don, se decía en los corredores del hospital psiquiátrico, que su "interés" en el alcoholismo era tanto científico como personal — así lo dejaremos yacer.

    Como enfermedad, para mí, el beber en exceso y el uso habitual de las drogas es como el comer. Algo, que nuestro organismo busca de modo instintivo, y que, a menudo, pierde sus ventajas adaptadoras y nos dañan el cuerpo, haciéndonos las vidas insoportables.

    En su libro magistral Intoxication: Life in the Pursuit of Artificial Paradise, Ronald K. Siegel califica a nuestro género Homo sapiens como siendo "el rey de la intoxicación".

    En busca de estupefacientes

    Extrapolando estudios etológicos Siegel llega a la conclusión de que la intoxicación por el uso de las drogas es una fuerza primaria en el comportamiento de muchos organismos.

    Aquí traduzco un párrafo de su libro: "Nuestro sistema nervioso, como igual sucede en el de los roedores y primates, está organizado para responder a agentes intoxicantes de manera muy similar como responde a la comida, la bebida, y el sexo.

    A través de toda nuestra historia como especie, la intoxicación ha funcionado como los instintos básicos de hambre, sed, o sexo, a veces ensombreciendo todas las otras actividades de la vida. La intoxicación es el cuarto instinto".

    Siegel propone que cuando Dorothy sucumbe a la magia del opio en el cuento de niños El Mago de Oz, que lo hace siguiendo los pasos de otras criaturas vivientes.

    Partes: 1, 2
    Página siguiente