Al interior de las instituciones de nivel básico es necesario definir los núcleos analíticos reflexionados en el presente aporte temático. El liderazgo y la calidad educativa entendidos como construcciones sociales, en donde convergen elementos ideológicos, políticos, económicos y culturales. Es necesario un esfuerzo colectivo para rehuir de un pesimismo sistemático, así como de un voluntarismo ingenuo. Dichos extremos nos atan de pies en manos, para continuar el avance o retroceso desde la inercia institucional.
Liderazgo
Louis y Miles (1990) citados por Fullan y Stiegelberg (1997) proponen tres características para describir el término liderazgo: expresión clara de una visión, consecución de la propiedad compartida y planeación evolutiva. El liderazgo se enfrenta a dos problemas: del dominio y de la integración (Ball, 1994). Sobre el dominio, el director debe controlar al colectivo para realizar la voluntad o los objetivos propios, así como la protección de los intereses suyos o de la organización (Ball, 1994), pero a la vez tiene que integrar a todos los elementos de la organización para sacar adelante las metas organizacionales.
Pareciera una cuestión sencilla, sin embargo, el director tiene que interactuar y negociar de manera permanente con tres tipos de actores al interior de la organización: activistas, personas alertas y apáticos. Desde este contexto de interacción permanente, se le exige al director, el desarrollo de capacidades específicas para mantener el dominio y la integración al interior de la institución.
El director de la escuela primaria ejerce una "autocracia admitida". Este gobierno autárquico, funciona a partir de un "orden negociado" entre los actores del espacio escolar. Este orden negociado se entiende como micropolítica, que desde la concepción de Hoyle (1982) en Ball (1994: 34-35) significa: "las estrategias con las cuales los individuos y grupos que se hallan en contextos educativos tratan de usar sus recursos de poder e influencia a fin de promover sus intereses".
El liderazgo de los directores de la escuela básica mexicana se encuentra acotado por dos elementos meta-institucionales: las secretarías de educación y los distintos órganos de gobierno del SNTE.
Desde esta pre-determinación el poder y la autoridad del director son francamente, limitados. Una mirada nostálgica de Summerhill nos confirma que las reglas en la escuela básica son para seguirse al pie de la letra. Los directores atienden las reglas, en muchos de los casos, sin cuestionarlas. El director que cuestiona y solicita mayores elementos para implementar las tareas solicitadas, son un fragmento pequeño de los directores.
Calidad educativa
Desde la perspectiva de Filmus, D. (2003) se entiende la calidad educativa como una demanda democratizadora de los distintos actores que participan en el logro de la misma. Desde esta perspectiva, necesariamente se antagoniza con la calidad educativa tejida mediante el discurso y práctica tecnocrática, desde donde se mide el grado de calidad mediante indicadores estáticos y de nivel macro como eficiencia terminal y grado de deserción, por ejemplo, y que al final de cuentas no informan sobre la calidad de los procesos de la escuela pública.
La calidad educativa partiendo de la idea de Teijido de Suñer en Filmus, D. (2003) es realizar de la mejor forma o manera la educación. Desde esta reflexión, hacer bien la educación tiene que remitirnos forzosamente a las metas culturales locales del centro educativo. La calidad educativa es por lo tanto un constructo social. Retomando la tesis de Drucker, P. (1997) de las organizaciones del conocimiento la calidad educativa debe concebirse como mejor distribución del conocimiento.
Liderazgo académico y calidad educativa
Según Ball (1994) existen cuatro tipos de liderazgos educativos: interpersonal, administrativo, político antagónico y político autoritario. Ball (1994, p. 95) en la siguiente cita, define el constructo estilo de liderazgo: "Un estilo encarna una definición de la situación, una versión propuesta o quizás impuesta de los modos de interacción entre el líder y los que conduce". Cabe señalar que el estilo se puede transformar, ya sea por la experiencia, la degeneración u osificación (Ball, 1994). Revisemos los estilos propuestos por este teórico.
El interpersonal
La tendencia en este estilo, se enfoca hacia una serie constante de interacciones. Se inclina por cabildear entre el personal, más que instalar reuniones. Una característica que resalta Ball (1994) dentro de este estilo, es el de la "informalidad" en las relaciones: se brinda confianza a los profesores, y beneficios, a aquellos que realizan un buen papel; los cuales fomentan lealtad hacia la persona que asume el cargo directivo, no hacia el cargo mismo.
Lo anterior, plantea ciertas habilidades sociales en el líder: autenticidad, capacidad conversacional y facilidad para interactuar, perfil que se identifica con el líder carismático de Weber (1984).
El administrativo
Página siguiente |