Objetivos
– Comprender, en una primera aproximación, las etapas que conforman un proceso de investigación y las acciones que se deben desarrollar en cada una de ellas.
– Identificar los elementos que han de tomarse en cuenta al formular un proyecto de investigación.
– Orientar al alumno globalmente acerca del proceso, a partir de la construcción de un esquema general de estas etapas.
Introducción
Este capítulo constituye una primera aproximación a lo que denominamos un proceso de investigación científica. Su intención es ofrecer un encuadre general que ubique al lector y le permita una visión global u holística de las distintas etapas, fases, momentos que constituyen un proceso de investigación. Insistimos en su carácter de primera aproximación o encuadre general: no se esfuerce por contar con un esquema detallado y óptimo para comenzar su investigación al leer estas páginas. Estas le permitirán esquematizar globalmente el proceso, y luego, en los capítulos que continúan, profundizaremos en cada una de las etapas comentadas en este apartado.
2.2. Etapas del camino
Todo proceso de investigación, formalmente hablando, se inicia con un plan o proyecto de trabajo. Este sirve al investigador para ampliar su horizonte y comprender mejor el camino que habrá de seguir hasta alcanzar la meta. Los diversos autores especialistas en el tema han señalado los pasos que deben darse, muy similares entre sí, aunque con algunos matices (Cardona, 2002; Colás y Buendía, 1992; Fox, 1987; Latorre, del Rincón y Arnal, 2003; McMillan y Schumacher, 2005; Sabariego y Bisquerra, 2004). Ahora bien, todos coinciden en señalar que:
…estas fases no constituyen ni un listado exhaustivo ni un orden inamovible en su secuencia, de forma que será habitual encontrar solapamientos entre las mismas y cambios en el orden. Las circunstancias que concurran en el devenir investigador y los hallazgos que se vayan encontrando serán los que determinen la disposición definitiva de la secuencia. |
Fox (1987, p. 56) propone un plan de investigación basado en una serie de etapas secuenciadas en tres partes:
Primera Parte: Diseño del plan de investigación.
– Etapa 1. Idea o necesidad impulsora y área problemática.
– Etapa 2. Examen inicial de la bibliografía.
– Etapa 3. Definición del problema concreto de la investigación.
– Etapa 4. Estimación del éxito potencial de la investigación planteada.
– Etapa 5. Segundo examen de la bibliografía.
– Etapa 6. Selección del enfoque de la investigación.
– Etapa 7. Formulación de las hipótesis de la investigación.
– Etapa 8. Selección de los métodos y técnicas de recogida de datos.
– Etapa 9. Selección y elaboración de los instrumentos de recogida de datos.
– Etapa 10. Diseño del plan de recogida de datos.
– Etapa 11. Diseño del plan de análisis de datos.
– Etapa 12. Identificación de la población y de la muestra a utilizar.
– Etapa 13. Estudios pilotos del enfoque, método e instrumentos de recogida de datos y del plan de análisis de datos.
Segunda Parte: Ejecución del plan de investigación.
– Etapa 14. Ejecución del plan de recogida de datos.
– Etapa 15. Ejecución del plan de análisis de datos.
– Etapa 16. Preparación de los informes de la investigación.
Tercera Parte: Aplicación de los resultados.
– Etapa 17. Difusión de los resultados y propuesta de medidas de actuación.
En la propuesta de este autor observamos que incluye dentro de la primera parte, centrada en el diseño del plan o proyecto, un segundo examen de la bibliografía (etapa 5), que no lo distingue explícitamente de un primer acercamiento a la literatura (etapa 2). Esta inmersión en la bibliografía que realizamos una vez que ya hemos definido el tema, y que sería la correspondiente a la etapa 5, desde nuestra perspectiva correspondería a la Parte de ejecución propiamente. En todo caso, como parte del proyecto planificamos esta búsqueda bibliográfica, identificamos y nos organizamos respecto a qué temas, categorías, contextos es pertinente leer, en los marcos de la investigación, pero este examen bibliográfico más profundo, va más allá de una fase de planificación.
Algo que no está explícito en este proceso, desde la perspectiva del autor referido, es la dimensión temporal. Es decir, ¿en qué tiempos desarrollaremos cada una de estás etapas?, ¿cuál será el cronograma tentativo del proceso? Generalmente, la realidad desborda nuestra planificación temporal, pero en este momento del plan o proyecto, es factible pensar en clave de tiempos necesarios para las etapas diseñadas. Sobre todo considerando que la temporalidad es una variable que condiciona las investigaciones y por tanto, los diseños que podamos plantearnos. Si tenemos unos límites de tiempo ya prefijados para realizar una investigación, hemos de ajustar el diseño del proyecto considerando esta variable. El hecho de no considerar el tiempo disponible como criterio al diseñar el proyecto, puede suponer que elaboremos propuestas muy tentadoras pero poco factibles de implementar. Y la manera de calibrar nuestras posibilidades de ejecución del proyecto en el tiempo disponible transita por identificar el mencionado cronograma tentativo para cada una de las fases.
Continuando con otras propuestas de esquema del proceso de investigación, presentamos la de Cardona (2002, p. 34). Este autor inicia este proceso con el problema general de la investigación, al que siguen la revisión de la investigación previa sobre el tema, la formulación de hipótesis, el diseño del estudio con todos sus apartados, los resultados y su credibilidad, para terminar con las conclusiones.
Otros autores como Hernández Sampieri, Fernández Collado y Baptista (2003) establecen una serie de pasos consecutivos:
Paso 1: Concebir la idea a investigar.
Paso 2: Plantear el problema de investigación.
– Establecer los objetivos de investigación.
– Desarrollar las preguntas de investigación.
– Justificar la investigación y analizar su viabilidad.
Paso 3: Elaborar el marco teórico.
– Revisar la literatura, que incluye a su vez: detectar la literatura, obtener la literatura, consultar la literatura, extraer y recopilar la información de interés y construir el marco teórico.
Paso 4: Definir el tipo de investigación.
– Definir si la investigación se inicia como exploratoria, descriptiva, correlacional o explicativa y hasta qué nivel llegará.
Paso 5: Establecer las hipótesis y detectar las variables.
– Formular las hipótesis.
– Detectar las variables, que incluyen a su vez: definir las variables conceptualmente y definir las variables operacionalmente.
Paso 6: Seleccionar el diseño de investigación más apropiado.
– Diseño experimental, preexperimental o cuasiexperimental.
– Diseño no experimental (transversal o longitudinal).
Paso 7: Seleccionar la muestra.
– Definir los participantes que van a ser medidos y delimitar la población.
– Elegir el tipo de muestra (probabilística, no probabilística).
– Definir el tamaño de la muestra y aplicar el procedimiento de selección.
– Obtener la muestra.
Paso 8: Recolectar los datos.
– Definir la forma idónea de recolectar los datos según el contexto de la investigación.
– Elaborar el instrumento de medición y aplicarlo.
– Calcular la validez y confiabilidad del instrumento de medición.
– Obtener los datos.
– Codificar los datos.
– Crear un archivo que contenga los datos.
Paso 9: Analizar los datos.
– Seleccionar las pruebas estadísticas más adecuadas (según las hipótesis formuladas y los niveles de medición de las variables).
– Elaborar el programa de ordenador para analizar los datos: utilizando un paquete estadístico o generando un programa propio.
– Realizar los análisis requeridos.
– Interpretar los análisis.
Paso 10: Presentar los resultados.
– Elaborar el informe de investigación.
– Presentar el informe de investigación.
Esta última propuesta, que goza de cierto grado de exhaustividad, al igual que la inicialmente presentada -Fox, 1987-, es más afín a los diseños que clásicamente se han identificado con la investigación positivista, o de corte cuantitativo. Observemos además una ausencia en la que desde nuestro punto de vista es necesario insistir: la necesaria consulta bibliográfica al concebir la idea de investigación, y/o consultas a personas que hayan trabajado el tema.
A continuación se definen las fases que a nuestro juicio son más cercanas a la realidad que vive el investigador, tomando como referencia las expuestas por MacMillan y Schumacher (2005, p. 16), tal y como se aprecian en la figura 2.1 de más adelante. Es una secuencia orientativa, que se irá modelando en función del camino que tome la investigación y de las características personales. Queremos insistir en este último aspecto: su carácter orientativo y, por tanto, la flexibilidad que admite cualquier diseño de investigación.
De manera general, estas fases se concretan en:
Nacimiento de la idea de investigación: como parte de una inquietud, una necesidad, un encargo o cualquier otra circunstancia que lleve al investigador a pensar en emprender una investigación. La fuente que origine la idea del investigador puede ser la más insospechada. En ello abundaremos en capítulos siguientes, pero, por ejemplo, puede ser justamente una situación problemática advertida en sus contextos próximos: profesional, laboral, formativo.
Elección del tema: la idea inicial del investigador se inscribe en un tema amplio o en un conjunto de ellos, de los que, tras analizar bien lo que desea, elegirá el definitivo. Este proceso, que suele ser una acotación de la idea, supone realizar una búsqueda inicial -lecturas, consultas- que nos permita advertir la novedad o pertinencia de su abordaje. Realizamos aquí una primera revisión bibliográfica, que tiene un carácter de lectura flotante. Su intención es elaborar una aproximación al tratamiento del tema que nos estamos planteando, para advertir hasta dónde es un tema nuevo, o por el contrario ha sido ampliamente tratado. Recordemos que una investigación científica busca llenar un vacío de conocimiento: si se trata de un tema muy conocido, puede que caigamos en la clásica postura de "llover sobre mojado". Lo cual limitaría sin dudas el valor de nuestro trabajo.
Concreción del problema, los objetivos, las preguntas y las hipótesis de investigación: aquí el investigador ha de tomar una posición personal, un riesgo calculado al evaluar el problema que se está planteando, y concretarlo, en caso que fuera necesario. Para ello se basa en las lecturas que ha realizado como parte de la elección del tema, que le han permitido situarse en el campo de estudios que abordará, a partir de su investigación. No obstante, con una inmersión más profunda en la bibliografía, es posible que el problema de investigación sufra otras modificaciones.
Hacemos esta acotación, pues como ya observábamos en otras propuestas, se plantean dos momentos clave de revisión bibliográfica, vinculados al problema. El primero de ellos, previo a su definición, con lecturas que nos permiten definir el tema que vamos a trabajar y afinarlo hasta que lo convertimos en problema de investigación. Y posteriormente, un segundo momento de revisión bibliográfica más profunda, que se centra en estudiar todo lo referente a los términos del problema. Es decir, a aquellas categorías, procesos y contextos que este enuncia.
Figura 2.1: Momentos clave en la revisión bibliográfica.Fuente: Elaboración Funiber, 2011.
Como especificamos en estas líneas, de la revisión más profunda del marco teórico pueden derivarse modificaciones de la formulación del problema. Ello condicionado por el estudio de investigaciones precedentes que nos conducen a reformular lo que inicialmente habíamos planteado.
Por ejemplo, en el paradigma sociocrítico el problema se plantea de forma orientativa y permanece abierto durante todo el proceso. Tras el problema se formulan los objetivos que permitirán al investigador tomar las decisiones oportunas e ir avanzando en la investigación; y posteriormente, vinculados a estos, se especifican las preguntas de investigación.
Las preguntas, como su nombre lo indica, son interrogantes vinculados a los objetivos específicos, que sirven como guía durante el proceso de trabajo. Por su parte, las hipótesis son posibles respuestas al problema de investigación, y en este sentido, nos avanzan caminos de investigación. Las hipótesis servirán para relacionar dos o más variables, y se medirán a lo largo de la investigación. A diferencia de este caso, en las investigaciones de carácter más cualitativo, algunos autores hablan de hipótesis de trabajo, que van modificándose a lo largo del estudio.
Dado el estrecho vínculo entre cada uno de estos elementos y el problema de investigación, es importante centrar este último mediante una pregunta clara y directa, en la que aparezcan los elementos básicos o clave de la investigación. Es pertinente trazar una línea de unión entre tema, título, problema, objetivos, preguntas e hipótesis. Esto ayudará a descubrir inconsistencias y desajustes, ya que entre estas partes debe existir una coherencia clara.
Construcción del marco teórico: esta etapa es vital en cualquier investigación y clave para las etapas de diseño metodológico, análisis e interpretación de la información.
Permite elaborar el contexto teórico de la investigación, al elaborar un estado del arte de los términos fundamentales del problema de investigación. Supone una revisión profunda en la literatura (impresa y/o digital) centrada en estas categorías, procesos, variables claves. Como señala Hernández Sampieri et al. (2003) la revisión de la literatura consiste en detectar, obtener y consultar la bibliografía y otros materiales que pueden ser útiles para los propósitos del estudio, así como en extraer y recopilar la información relevante y necesaria que atañe a nuestro problema de investigación (disponible en distintos tipos de documentos).
Si bien en una fase de la investigación nos focalizamos en la construcción del marco teórico, es una actividad que se mantiene durante toda la investigación: se cierra con el establecimiento de las conclusiones del estudio.
Diseño de la estrategia metodológica: una vez hemos definido qué investigar y contamos con un estado del arte sobre el tema, nos adentramos en la estrategia metodológica. Esta incluye la definición del diseño de investigación y la definición operacional de las variables del estudio y su medición.
La definición operacional responde a la pregunta: cómo vamos a medir eso que hemos definido conceptualmente. De ahí que la estrategia metodológica se centre en la definición operacional de las variables del estudio, especificando los indicadores de medición para cada una de ellas.
A partir de aquí, seleccionamos o bien elaboramos los métodos, técnicas e instrumentos que nos permitirán conocer esa realidad que estamos investigando, así como definimos la muestra o grupo de sujetos con los cuales trabajaremos, en caso de investigaciones del campo de las ciencias sociales, o bien unidades muestrales afines a los objetos de estudio en otras disciplinas.
Como parte de la estrategia metodológica, tenemos también que definir los procedimientos para el análisis de la información recopilada. Este es otro de los interrogantes que hemos de formular y responder en esta fase de diseño metodológico: ¿cómo vamos a procesar la información recogida?, ¿qué procedimientos emplearemos?
Recogida de los datos o trabajo de campo: se realiza mediante procedimientos metodológicos que hemos definido en el momento anterior, de acuerdo con la naturaleza del problema. Es primordial tener en cuenta la validez y fiabilidad de los mismos.
Análisis e interpretación de los datos: a partir de los procedimientos de análisis definidos en la estrategia metodológica, procesamos toda la información producida en los marcos de nuestro trabajo. Para el análisis de los datos podemos ayudarnos de tablas, figuras, diagramas o cualquier tipo de representación que favorezca una fácil interpretación de lo que se ha conseguido a lo largo del estudio y una vez terminado el mismo.
Elaboración del informe o memoria de investigación: conviene tener pensado qué tipo de informe se va a presentar, a quién va dirigido y la formación de los lectores. En función de este dato, se ajustará el discurso. Sin olvidar dar respuesta, como es obvio, a los planteamientos generales realizados. Aunque en esta descripción de las etapas de un proceso de investigación hemos colocado la elaboración del informe al final, generalmente, los autores comienzan la escritura en etapas previas. Por ejemplo, cuando se construye el marco teórico, se redacta un primer borrador de este apartado, si bien aun no se ha realizado el trabajo de campo, ni el análisis de los resultados.
Algo que define el proceso investigador es su planificación. Si bien hemos de aceptar la incertidumbre, especialmente en aquellos estudios diseñados desde un paradigma inductivo. Asimismo, hemos de ser capaces de captar lo emergente, aquello que inicialmente no hemos previsto, e incorporarlo al proceso de trabajo.
La investigación debe ser siempre atractiva, estimulante, reflexiva y un reto para el investigador que, al mismo tiempo que se introduce y conoce la realidad investigada, irá desarrollando competencias para llevar a cabo todo el proceso de investigación.
A continuación representamos estas etapas en un esquema gráfico con fines didácticos. Queremos enfatizar en la complejidad del proceso, pues para nada consideramos la investigación como un proceso lineal o secuencial, de inicio a fin. Su naturaleza está más relacionada con la interrelación y recursividad existente entre sus distintos momentos, avances y vueltas a etapas anteriores, emergencias que condicionan redefiniciones, vueltas al campo de estudio, nuevas miradas a los datos producidos.
La investigación no es un proceso lineal: la lectura de un texto en una fase avanzada del estudio puede llevarnos a cuestionar maneras en que hemos conceptualizado y operacionalizado una variable y ello a su vez, puede suponer volver al campo de estudio, a buscar nuevos datos, que analizaremos e interpretaremos con el resto de la información producida. El punto final en el informe de investigación constituye solo el cierre parcial de un proceso que, en la medida en que se difunda, presente, discuta, seguramente saldrá enriquecido. |
A continuación presentamos un esquema que integra las diferentes etapas que hemos descrito anteriormente.
Figura 2.2: Proceso investigador.Fuente: Pantoja, 2009.
Bibliografía recomendada
Hernández Sampieri, R., Fernández Collado, C. y Baptista, P. (2003). Metodología de la investigación. México: McGraw-Hill.
– Kerlinger, F. N. (1975). Investigación del comportamiento: técnicas y metodología. México: Nueva Editorial Interamericana.
– León, O.G. y Montero, I. (2002). Métodos de Investigación en Psicología y Educación. Madrid: McGraw-Hill.
– McMillan, J. H. y Schumacher, S. (2005). Investigación educativa. Madrid: Pearson.
– Sierra Bravo, R. (2003). Tesis doctorales y trabajos de investigación científica. Madrid: Thomson.
Autor:
Rafael Gonzalez Freites Pepelo
Azua, Rep Dominicana