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Informe sobre las cualidades nutricionales de la carne de conejo

Enviado por Mónica Rodríguez


Partes: 1, 2

    1. Consumo de conejo en personas con requerimientos especiales
    2. Consumo de conejo en dietas de deportistas
    3. Consumo de conejo en determinados grupos poblacionales
    4. Propiedades nutricionales de la carne de conejo
    5. Razones para consumir carne de conejo dentro de una dieta variada y equilibrada
    6. Composición nutricional de la carne de conejo
    7. Recetas elaboradas con carne de conejo

    Valor y calidad nutricional de la carne de conejo

    Cada vez más somos testigos de la importancia que los profesionales de la salud y expertos en nutrición otorgan a la Dieta Mediterránea. Una alimentación saludable es el pilar básico sobre el que se sustenta nuestro día a día. Hacer que esa alimentación se componga de todos los nutrientes que nuestro cuerpo necesita es tarea personal, por ello es fundamental ser consciente de las propiedades nutricionales que nos aporta cada alimento, en concreto una carne magra como la carne de conejo.

    La Dieta Mediterránea es aquella en la que abundan los alimentos de origen vegetal, aprovechando los de temporada, frutos secos, legumbres, carnes magras, pescado, huevos, leche y lácteos, y cantidades moderadas de vino y cerveza, utilizando como aceite de cocinado y uso en crudo, el aceite de oliva. Todo ello acompañado de un consumo bajo de grasas saturadas.

    No obstante, es fundamental la variedad y cantidad de cada alimento que se consume y su modo de preparado, englobado dentro de unos hábitos saludables entre los que destaca una actividad física regular. La conjugación de dichos alimentos son los que dan un valor saludable al total de la dieta.

    En la Dieta Mediterránea es imprescindible el uso del aceite de oliva como principal grasa de adición. Es esencial tomar alimentos vegetales a diario y en abundancia, como frutas frescas, verduras, hortalizas, legumbres y frutos secos, y sobre todo es fundamental tomar verduras crudas a diario, a través de ensaladas.

    La fruta fresca debe ser el postre de elección, sin embargo, en ocasiones especiales puede optarse por dulces caseros. El pan, la pasta, el arroz y sobre todo sus variedades integrales son parte de la dieta diaria. Hay que aprovechar los alimentos de temporada y locales, dado que son los más fáciles de encontrar con una gran calidad. El consumo de lácteos debe ser diario, integrando en el menú yogures y quesos.

    El agua es fundamental, debe tomarse en abundancia, en cantidades que ronden el 1´5 ó 2 litros. Además del agua, el vino y la cerveza son parte de la Dieta Mediterránea, y pueden consumirlo los adultos sanos durante las comidas con moderación, una copa en mujeres y dos hombres.

    La carne de elección debe ser preferiblemente magra, como las aves, el lomo de cerdo o el conejo, alternando su consumo con los huevos y el pescado.

    Estudios sobre la calidad nutricional de la carne de conejo han demostrado su idoneidad como componente de una dieta sana, variada y equilibrada. Entre las múltiples propiedades de la carne de conejo destaca por ser una de las carnes con menor contenido en grasa, lo que la convierte en un alimento especial adecuado para personas con obesidad, sobrepeso y dislipemias, al mismo tiempo que es muy recomendable para determinadas etapas clave del desarrollo, como la infancia y adolescencia.

    Consumo de conejo en personas con requerimientos especiales

    La carne de conejo además aporta una alta densidad en proteínas, un contenido moderado en grasa, y un porcentaje del 62,13% de ácidos grasos mono y polinsaturados. Estas propiedades la convierten en idónea para incluirla dentro de la dieta de toda la población.

    • a) Prevención de la obesidad y el sobrepeso: La obesidad es un factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades crónicas de gran prevalencia, lo que ha llevado a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a definirla como la epidemia del siglo XXI. Se trata de un trastorno metabólico crónico caracterizado por la presencia de un balance energético a lo largo del tiempo, que conduce a un depósito graso excesivo con respecto al considerado como normal. En España, según datos del informe de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad de 2007, el 39,2% de la población adulta tiene sobrepeso, y el 15,5% presentan obesidad. En edad infantil, según el estudio Perseo de 2009, el 19,8% de los niños y el 15% de las niñas presenta obesidad. Es decir, casi 2 de cada 10 niños analizados y 3 de cada 20 niñas son obesos. Otro estudio realizado en Junio de 2009 por el Programa Thao-Salud Infantil en alumnos entre los 3 y los 12 años demuestra que el 25% de los escolares que estudian en colegios públicos presentan problemas de sobrepeso y obesidad, mientras que la cifra en centros concertados desciende al 21% y en centros privados a un 15%.

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