El azúcar y sus efectos (no tan dulces) en la salud, tanto emocional como física
Enviado por Felix Larocca
Hay un enemigo de nuestra salud que nos aguarda en todo instante. Es un disacárido, de color blanco, que se desdobla por hidrólisis en dos monosacáridos y que además de ser dulce, es soluble en agua y escasamente soluble en alcohol: Lo conocemos como el azúcar — nuestro "amigo" y el "amigo" de todos los niños.
El azúcar, que constituye más de una sexta parte de nuestra dieta normal, se empezó a utilizar hace unos 300 años.
Su aceptación fue lenta y pausada, desde que la caña de azúcar se trasplantara a Europa desde el Oriente. A nuestro continente hizo su llegada en el siglo XVI, traída (entre otras plagas) por los conquistadores españoles.
Como todos sabemos, el cultivo de la caña de azúcar, estuvo por muchos siglos asociado a la esclavitud y la explotación del hombre blanco hacia el negro. Los conquistadores ingleses, franceses y españoles, por medio de la fuerza y la tortura, aceleraban la producción en los cañaverales, para consolidar sus fortunas.
La costumbre anticuada, de edulcorar los alimentos con miel fue substituida por el uso del azúcar, la cual, por su facilidad de obtener, está presente hoy en una exagerada selección de productos: golosinas, refrescos, salsas, bebidas alcohólicas, chocolates, sal de dieta, tabaco, medicinas y otros. Todos consumen hoy más azúcar de lo que les conviene — pero, no consumir azúcar ninguno, es la única solución saludable.
El azúcar carece en sí de todo valor nutritivo, aportando a la dieta nada de importancia, e interfiriendo con la asimilación de algunas sustancias que nos son indispensables.
Los dentistas (muchos de los cuales "premian" los niños con chupetas) son testigos del efecto deletéreo del consumo de dextrosa (componte de la sacarosa) en la formación de las caries dentales.
El azúcar contribuye a la indigestión y al desarrollo de las úlceras pépticas.
Los dermatólogos, también atestiguan (en sus pacientes) del efecto que ésta tiene en producir trastornos de la piel.
El azúcar, la obesidad y sus trastornos derivados son plagas de nuestra civilización — desenfrenada, cuando tiene que ver con el placer, libidinoso y erótico de comer.
Del azúcar proviene y (a veces) se origina la diabetes, mal que padecen millones de personas y cuyas consecuencias funestas incluyen: las gangrenas, la arteriosclerosis, algunas formas de la ceguera, las cataratas y algunos trastornos de la coagulación sanguínea.
El azúcar, por sus efectos metabólicos y glandulares se considera "enemigo del sexo". Tarde o temprano el diabético desarrolla la impotencia genital y la mujer diabética sufre infecciones recurrentes de la vagina y sus estructuras.
El azúcar (en forma de melazas) se añade al tabaco que se usa en la manufactura del cigarrillo, incrementando sus potenciales deletéreos y dañinos.
Aquí se presentan algunos factores adaptados del libro Sugar Blues acerca de los efectos del azúcar en el ser humano:
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