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Concepciones filosoficas y naturaleza del enigmatico universo del tiempo


Partes: 1, 2
Monografía destacada
  1. Introducción
  2. Definiciones del tiempo
  3. Conclusión

Introducción

En nuestra cotidianidad, guiados por nuestro sentido común, tenemos una noción tradicional y convencional de la concepción tridimensional del tiempo, en apariencia sencilla: pasado, presente y futuro. Lo medimos con relojes; hablamos de un tiempo verbal (pasado o pretérito, presente o futuro, pretérito imperfecto, pretérito perfecto, pretérito perfecto compuesto, pretérito pluscuamperfecto, pretérito interior y futuro imperfecto y perfecto, etc.), de un tiempo lingüístico (adverbios de tiempo: anteayer, ayer, hoy, mañana, antes, ahora, después, luego, mientras, cuando, pronto, ya, entonces, recién, siempre, etc.) y de otros conceptos de tiempo y formas de abordar y vivenciar éste. Pero, ¡cuidado! Las cosas no son lo que parecen ni parecen lo que son. Su naturaleza es demasiado compleja y evidentemente contradictoria, y al intentar estudiar sus concepciones y su naturaleza es posible que debamos esforzarnos para tratar de entender sus paradojas y perplejidades.

Este apasionante tema, que encierra toda una filosofía, me instó a realizar una pequeña investigación (reflexión, lectura y consulta de diversos textos) con el ánimo de tratar de indagar sobre las concepciones filosóficas y la naturaleza del fascinante tema del tiempo y su compleja problemática. Para este mínimo intento recibí un valioso aporte de dos documentos encontrados en las páginas web www.pensament.com sobre el concepto y problema del tiempo tratado por Jordi Cortés Morato y Antoni Martínez Rui, en el Diccionario de filosofía en CD-ROM de editorial Herder, y www.monografías.com (Evolución histórica de los conceptos sobre el tiempo, de Ramón Sanchís); así mismo consulté en otros libros, textos, enciclopedias y diccionarios para allegar más claridad y precisión a la cuestión que tanto me inquieta.

Definiciones del tiempo

El Pequeño Diccionario Larousse dice que es "el devenir como sucesión continuada de momentos". El diccionario de la Real Academia Española (Microsoft Encarta) afirma que es la "duración de las cosas sujetas a mudanza" y la "magnitud física que permite ordenar la secuencia de los sucesos, estableciendo un pasado, un presente y un futuro. Su unidad en el Sistema Internacional es el segundo". La Enciclopedia Ilustrada, de Círculo de Lectores (que contiene diversos conceptos sobre tiempo atómico, internacional, civil, dinámico, fundamental, gravitacional, newtoniano, oficial, rotacional, sidéreo, solar, universal, absoluto, etcétera) lo define, en lo atinente a la astronomía cronológica, como la "coordenada de referencia del universo físico que permite ordenar, para un lugar determinado de éste, la secuencia de sucesos de acuerdo con un pasado, presente y futuro". El Diccionario de filosofía, de Dagoberto D. Runes, dice que es "el medio general en el cual ocurren todos los acontecimientos en sucesión, o parecen ocurrir así", y aclara que "todos los períodos específicos y finitos del tiempo, pasados, presentes o futuros, constituyen meras partes del tiempo entero y singular". La Enciclopedia Microsoft Encarta dice que el tiempo es el "periodo durante el que tiene lugar una acción o acontecimiento, o dimensión que representa una sucesión de dichas acciones o acontecimientos".

Concepción filosófica, científica y naturaleza del tiempo

Desde la antigua Grecia se reflexiona sobre la naturaleza del tiempo. "En general, los griegos asumieron el tiempo con respecto al ser, de manera que el tiempo es para muchos de ellos perteneciente a la realidad fenoménica como una presencia transitoria, a punto de estar ausente…" (Diccionario de filosofía, de Leonor y Hugo Martínez Echeverri. Editorial Panamericana. Bogotá, 1995). Anaximandro, uno de los primeros pensadores de que nos cuenta la tradición filosófica, fue quien por primera vez razonó sobre el problema del tiempo. Al considerar la existencia del tiempo, "lo concibió como la forma en que se ha de ejecutarse la necesidad de las cosas" (Ibídem) El tiempo impone el orden, permite que exista el cosmos y hace "que las cosas vuelvan a la unidad, a la quietud e indeterminación de la naturaleza de donde ha salido injustamente" (Ibídem).

El concepto del "eterno retorno" del tiempo, planteado desde la antigüedad (inclusive en el siglo XIX con Nietzsche y otros), tiene su origen en las ideas de eternidad e inmortalidad de los egipcios (el escarabajo era considerado símbolo de la renovación eterna de la vida). "El modelo de un universo cíclico es también muy importante dentro de las doctrinas orientales hinduista y budista, a través de su noción de la rueda de la vida o samsara, que representa un ciclo sin fin de nacimiento, vida y muerte, del cual es necesario liberarse. Estas ideas fueron retomadas en Occidente por los filósofos pitagóricos y estoicos, entre otros" (www.wikipedia.com).

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