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Naturaleza de las cosas y semillas de las religiones


Partes: 1, 2

  1. De la naturaleza de las cosas
  2. Introducción
  3. Libro 1
  4. Libro 2
  5. Libro 3
  6. Libro 5
  7. Las semillas de las religiones

Del libro DIOS NO EXISTE por Christopher Hitchens.

De la naturaleza de las cosas

Titus Lucretius Carus. (98-57 a J.C). Poeta y filosofo romano. Su obra se resume en un largo poema inconcluso en el que expone la doctrina científica y filosófica de Demócrito y Epicuro. Del libro DIOS NO EXISTE por Christopher Hitchens

Introducción

A principios de la era cristiana se persiguió encarnizadamente el atomismo, pero afortunadamente un manuscrito impreso De rerum natura sobrevivió a las llamas. Primeros filósofos materialistas, Leocipo, Demócrito y Epicuro. El mundo se compone de átomos en perfecto movimiento. Si existe los dioses no participan en los asuntos humanos. Fenómenos como las tormentas no son sobrenaturales sino naturales. Las ceremonias del culto y la propiciación son pérdida de tiempo. No hay nada que temer de la muerte. La religión además de falsa es inmoral.

Libro 1

Disertaré sobre el más alto fundamento del cielo y los dioses. Develare lo primordial de los seres. La naturaleza produce todos los seres, lo desarrolla, lo sustenta y los desintegra. Llamamos algunas cosas semillas de seres o cuerpos primarios porque de ellas se derivan todas las demás. Desde las altas religiones del cielo la religión amenaza a los mortales con una visión espantosa y la vida humana permanece aplastada y postrada con deshonor bajo su peso. Por primera vez un griego se atrevió a enfrentarla. A él no lo agobiaron lo que dicen los dioses, ni el cielo con sus rayos y truenos amenazadores. Esto por el contrario estimulo la capacidad penetrante de su mente y pudo ser el primero en develar los ocultos secretos de la naturaleza. La vívida fuerza de su mente avanzo lejos y triunfó. Nos enseñó que según sus fundamentos algunos seres y cosas pueden nacer y otras no. Que cada ser tiene una capacidad restringida y unos límites bien demarcados. La victoria de su inteligencia emparejó la ciencia con la religión.

Libro 2

Algunos dicen que sin la gracia de los dioses no se puede explicar que la naturaleza cambie sus estaciones para producir granos y otras cosas de acuerdo a los intereses humanos y para satisfacer los placeres que propagan las generaciones, de modo que no perezca la raza humana. Los que imaginan que los dioses crearon todo para satisfacer solo a los humanos, se desvían mucho de la razón bien fundamentada. Seres aquejados de tantas flaquezas no pueden ser una obra divina. A partir de la realidad, de los fenómenos del cielo y otras muchas cosas se puede demostrar que, en modo alguno, el mundo fue creado en beneficio nuestro.

Libro 3

Las almas o espíritus, ambas palabras son la misma cosa, nacen y mueren. Están formadas por cuerpos minúsculos y principios muchos más básicos que el agua, la niebla o el humo. Son más livianas y las mueve causas más ligeras. Son como las imágenes de humo o niebla que vemos en sueños cuando dormimos. Así como el agua se escapa del recipiente que se rompe, y como la niebla o el humo se dispersan en el aire arrastrados por el viento, las almas se escapan y se descomponen rápida y velozmente cuando el cuerpo muere, es como si se quebrara el recipiente que la retiene. El aire tampoco puede retener las almas porque es un medio más ralo que ellas.

Libro 5

Cuando las personas dispusieron de cabañas, pieles y juego y cada mujer se limito a un solo varón, que la frecuentaba bien, la prole de ellos nació y creció y el género humano por primera vez se mitigo. El fuego permitió que los cuerpos, a cielo raso, pudieran soportar el frio. El amor hizo menguar la fiereza y las lisonjas de los niños quebrantaron el talante agresivo de los padres. Las personas ansiosas de no recibir daño y atropello de sus vecinos, empezaron a cultivar la amistad. Comprendieron que es justo que todos se compadezcan de los débiles y pusieron en la mano de los fuertes a sus niños y mujeres cuando se sentían inseguros. No han podido ponerse de acuerdo en todas las cosas pero el respeto honrado de las alianzas ha evitado que el género humano perezca y que su descendencia haya podido mantener las generaciones hasta el presente

Las semillas de las religiones

Thomas Hobbes. (1588-1679). Filósofo y político inglés.

La primera semilla, ignorancia de las causas.

Partes: 1, 2
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