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La prudencia en la justicia

Enviado por tronos


Partes: 1, 2

    1. La Prudencia y la Justicia en el pensamiento antiguo
    2. La Justicia
    3. La Prudencia y la Justicia interactuando en la sociedad
    4. Conclusión
    5. Bibliografía

    Introducción

    Según Aristóteles, todo ser tiene su causa, nada existe que no sea causado. El "ser" proviene de cuatro causas: causas intrínsecas (materia y forma), y causas extrínsecas (eficiente y final). La causa final es llamada "la causa de las causas", porque el fin determina la existencia de todo ser, nada existe sin finalidad y la causa final es la que mueve a la eficiente a poner en acto al ser; es lo que otorga sentido a su vida.

    El hombre, como todo ser tiene su finalidad inscripta en su naturaleza.

    Sólo mediante la rectificación de sus facultades en vistas a los fines humanos, el hombre alcanzará su plenitud, alcanzando especialmente su "fin último". Éste "fin último" representa al bien total o felicidad, identificado por la vida contemplativa según Aristóteles, por la vida transmundana, también contemplativa, de Platón, y por la plenitud y la bondad infinita de Dios según el Cristianismo.

    Por eso cabe recalcar que "todo acción se dirige a un fin, que es primeramente el suyo propio; a continuación tiende, más allá de los fines inmediatos, a un fin último, explícita o implícitamente querido, éste último polarizando la multiplicidad de mis actos y la diversidad de mis intenciones particulares, confiere a mi existencia su unidad propia; el fin último está pues, presente en todas mis opciones como aquello que en último análisis las justifica, por el valor supremo y las hace posible por el dinamismo que les da". (René Simón, Moral, páginas 174 y 175)

    Por eso, la importancia del acierto en la elección de los fines, y de los medios con respecto al mismo, y en especial del "fin último", son de gran trascendencia. En este sentido, René Simón sostiene: "cuando se trata de precisar cuál es el verdadero fin último del hombre, la razón puede equivocarse, la voluntad puede desviarse y escoger como fin último la apariencia del bien supremo. Desde éste momento queda rota la unidad de la vocación humana. En realidad, al optar por un falso fin último, encuentro ya ésta rotura en mí mismo, y al nivel de mi vocación singular, pues desconociendo la verdadera finalidad de mi naturaleza, edifico contra ella una finalidad artificial".

    Capítulo 1: La Prudencia y la Justicia en el pensamiento antiguo

    Platón

    • Justicia:

    Esta tiene por objeto poner orden y armonía en el conjunto, asignando a cada parte la función que le corresponde dentro de la totalidad. El orden establecido por la Justicia viene a ser un reflejo del orden general que reina en el Universo y en el mundo superior de las Ideas. "Por la Justicia nos asemejamos a lo que es invisible, divino, inmortal y sabio".

    Para Platón la justicia en la ciudad y en el individuo consisten esencialmente en los mismo. En el individuo consiste en una virtud del alma, cuyo objeto es conseguir que reinen el orden y la armonía entre los diversos elementos que lo constituyen (elemento racional o inteligible, fogoso o irascible y apetitivo) para que cada uno realice la función que le corresponde dentro del compuesto humano. En la comunidad consiste en establecer el orden del conjunto y la armonía entre las distintas partes constitutivas de la sociedad, manteniendo a cada clase dentro de sus límites y de las funciones que a cada uno le corresponde, regulando las relaciones entre el Estado y los ciudadanos y de éstos entre sí, conforme a la clase y méritos de cada uno.

    • Prudencia o Sabiduría:

    Esta tiene por misión regular el conjunto de las acciones humanas, ejerciendo una función directiva superior sobre toda la vida práctica. Le corresponde también poner orden en los pensamientos, disponiendo el alma para huir del mundo engañoso de las apariencias y prepararlas para la contemplación de las realidades superiores. En Platón, la Prudencia equivale a la vida pura del espíritu, representada por la Filosofía. La Prudencia, es una de las virtudes del "elemento racional" de la comunidad, el gobernante.

    Aristóteles

    • Justicia:

    Según Aristóteles, la justicia como virtud moral, consiste esencialmente en dos cosas: en la obediencia a las leyes, ajustando a ellas la conducta del ciudadano, y en la relación a los demás individuos considerados como ciudadanos iguales y libres. En este segundo caso ka justicia tiene por medio la igualdad.

    Las leyes ordenan acciones justas y buenas, conformes a todas las virtudes. Prescriben actos de valor, de prudencia, de templanza, etc., y prohíben los vicios contrarios.

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