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La Iglesia en México (página 2)


Partes: 1, 2

No podemos dejar de considerar que en esa época estaba vigente la Santa Inquisición que de santa nada tuvo ni tampoco de inquisición, pues fue una serie de tribunales autoritarios con prejuicios claramente establecidos cuya existencia y actuación es uno de los capítulos más "negros" de la Iglesia Católica.

Realmente no había "inquisitoria" (investigación) sino que se iba directamente a obtener por medio de la tortura "confesiones" de brujería o de creencias contrarias al catolicismo (herejías).

Y no solamente en el Nuevo Continente la Santa Inquisición actuó, y actuó "mal", en Francia no puede olvidarse el caso de Juana de Arco que fue quemada viva, acusada de "brujería" y aunque después fue "elevada" a la categoría de Santa (Santa Juana de Arco), la historia "no perdona" ni su supuesto juicio ni su condena y ejecución.

El caso siendo que en México, los indígenas, temerosos de los castigos corporales comienzan a actuar con una doble "religión", o si se quiere decir, ante los ojos de los españoles, practicaban un cristianismo, ante los ojos de sus comunidades, seguían practicando creencias y ceremonias "paganas".

Jerónimo cree que puede admitirse que en esos tiempos en México no hubo una religión católica, "por convencimiento", sino por obligación.

Indudablemente hubo quienes fueron "convencidos" y abandonaron sus antiguas creencias y "abrazaron" la fe católica, de eso no hay duda, ni habrá discusión, pero si podemos decir que no fue generalizado ese "convencimiento, y prácticas actuales como la celebración del Día de los Muertos (2 de Noviembre) es una muestra patente, real e inmediata de ello.

Los Conquistadores españoles, encontraron un "apoyo" importante en la Iglesia Católica quien en una labor titánica, a través de los misioneros buscaban la propagación de la fe en forma que podríamos singularizar como fanática.

Y cuando hay fanatismo, hay abusos.

Debemos remitirnos unos kilómetros mas lejos, considerando la situación en Europa de la Iglesia Católica.

En primer lugar, alejándose de las enseñanzas de Cristo, la Iglesia Católica se convirtió en un emporio económico de primer orden, con una ingerencia por demás importante en la política y el gobierno de numerosas naciones.

Baste recordar a Enrique VIII en Inglaterra, o a los Cardenales Richelieu y Mazarino en Francia y en particular al Cardenal Cisneros en España.

Enrique VIII provocó uno de los conflictos religiosos más importantes de la historia resultando en el rompimiento total con la Iglesia Romana, el establecimiento de la Iglesia Inglesa y la muerte de miles de católicos ingleses y la división religiosa de un reino que hasta la fecha sigue generando conflictos (Irlanda, por ejemplo).

Armand Jean Du Plessis, Duque de Richelieu fue "el poder" detrás del trono de Louis XIII, y Francisco Jiménez de Cisneros lo fue tras el trono de Fernando "El Católico".

Estos ejemplos bastan para mostrar y demostrar el enorme poderío de la Iglesia Católica en Europa, poderío que se hizo extensivo a los países del Nuevo Mundo.

Como lo hacían en España, en la Nueva España lo siguieron haciendo, la Iglesia Católica tenía intervención en todos los aspectos de la Administración pública, acumulando enormes riquezas en el proceso.

En contra de lo que predicaban, en las comunidades "regidas" por la Iglesia Católica mexicana había "esclavos africanos" y se permitía la explotación de los indígenas.

Esta situación, a los ojos de Jerónimo, impropias de la labor sacerdotal, se prolongó durante muchos años hasta que el cura Hidalgo el 19 de Octubre de 1810 proclamó la abolición de la esclavitud en México. Algunos años después, en 1837 fue abolida la esclavitud "oficialmente" en España.

El punto importante aquí es resaltar la facilidad con la que la Iglesia hace a un lado lo que predica para hacer exactamente lo contrario y "entrometerse" en asuntos que no son

de su competencia, en asuntos "mundanos" y muy particularmente en los "asuntos del gobierno" utilizando "el púlpito" como plataforma para la difusión de ideas y conceptos que poco o nada tienen que ver con la vida espiritual a la que deberían dedicarse.

Un suceso trascendental ocurre el sábado 9 de diciembre de 1531, en las cercanías de la ermita que los sacerdotes franciscanos conservaron en el Cerro del Tepeyac, lugar en donde se ubicaba uno de los templos paganos más grandes e importantes de los aztecas, destrozado hasta sus cimientos por los conquistadores españoles, el templo a Tonantzin, Coatlicue, diosa de la tierra y la fertilidad.

En ese día y en ese lugar, tienen lugar la primera de las 5 apariciones de la que después sería llamada Virgen de Guadalupe ante el indígena Juan Diego Cuauhtatoatzin.

Estas apariciones que según los historiadores fueron cinco y culminan el martes 12 de Diciembre con el "descubrimiento" de la imagen "estampada" en el ayate de Juan Diego.

Cuentan los historiadores y enterados que durante la cuarta aparición (el martes 12 de Diciembre muy de madrugada) La "Virgen" solicita a Juan Diego que recoja en su ayate unas rosas que debía llevar ante el Arzobispo que en aquel entonces se dice era Fray Juan de Zumárraga.

Resulta importante mencionar que el Cerro del Tepeyacac o Tepeyac no es lugar en donde florezcan rosas silvestres, hecho que obviamente, el indio Juan Diego ignoraba.

Al desplegar el ayate (ese mismo día, un poco más tarde) para mostrar y entregar las flores al Arzobispo, una imagen, la imagen de la Virgen Morena aparece en el trozo de tela (lo que es considerada como la 5a aparición).

Es una imagen nueva, una Virgen con facciones indígenas, totalmente diferente a las acostumbradas reproducciones religiosas.

A pesar de las controversias y de algunas inconsistencias en cuanto a las fechas, y del hecho de que Fray Juan de Zumárraga es consagrado en 1533 y nombrado o confirmado como Arzobispo hasta 1547, la imagen del ayate recibe el nombre de Virgen de Guadalupe.

Fray Bernardino de Sahagún, gran defensor de los indígenas fue uno de los más celebres opositores de la "autenticidad" de las pariciones del Cerro del Tepeyac lo que se cita solo como una referencia pues sus escritos tiene origen en las tradiciones nahuatl y es probable que ellos no reconocieran a la Virgen como tal, sino la siguieran identificando con Tonantzin.

Hay quienes dicen que las apariciones fueron en el año 1555, otros las sitúan en el 1556, pero sea como sea, hoy por hoy, la Basílica de Guadalupe es la segunda "iglesia" más venerada y visitada del mundo católico, solo detrás de la Basílica de San Pedro en el Vaticano.

{La antigua y original Basílica de Guadalupe se comienza a construir en 1695, terminándose en1709 y abriendo sus puertas al culto guadalupano el 1° de Mayo de ese mismo año. La nueva Basílica de Guadalupe fue abierta al culto público en el 2001}.

Sin embargo, para los mexicanos, y en particular para los indígenas de origen nahuatl, la imagen sigue siendo denominada Tonantzin y primero en la Ermita, después en la primera Basílica y hoy en la actual, el mexicano sigue acudiendo "en romería" a venerar a la Virgen Morena.

La Iglesia Mexicana, y el Vaticano no desaprovecharon lo que esas apariciones y esa imagen significó para la difusión de la fe católica en México.

Los mexicanos tenían una Virgen propia, un Milagro Único en el mundo, lo que ha representado también una inagotable fuente de ingresos y de comercialización.

Jerónimo no está de acuerdo con la comercialización que acompaña al culto guadalupano, y considera que aquí está otra de las grandes fallas de la Iglesia católica, en permitir y alentar esa comercialización que ya tiene tintes de excesiva.

A Jerónimo este hecho le hace recordar dos episodios, uno de la historia de Cristo, la Expulsión del Templo de los Mercaderes y otro, la infame "Venta de Indulgencias" que produjo el surgimiento de Lutero y Calvino, dos de los más renombrados "herejes" históricos.

La influencia e intervención de la Iglesia en los asuntos políticos y económicos fue creciendo y creciendo, hasta que en 1857, el 5 de Febrero, bajo la Presidencia de Ignacio Comonfort se instituyó en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos la separación entre la Iglesia y el Estado estableciéndose "por Ley" un Estado "laico".

Como era de esperarse, junto con este precepto Constitucional se decretó la incautación de los bienes de la iglesia lo que, como podrá comprenderse no tenía "contentos" a más de algunos.

Comenzó entonces una serie de "ataques" en contra de la Iglesia, poco a poco la iban convirtiendo en "el enemigo" del Estado, y fuera cierto o no, muchos de los políticos de la época así lo consideraban y pensaban que los católicos no podían ser buenos mexicanos porque debían lealtad al Papa y no a la Patria.

{Pensamiento que permanece todavía y que fue utilizado en contra de John F. Kennedy en las elecciones estadounidenses de 1960}.

Vinieron entonces las "Guerras de Reforma", después las "Leyes de Reforma", y posteriormente la "Guerra Cristera" en las que con razón o sin ella, el Gobierno y la Iglesia sumieron al País en conflictos fratricidas, fundamentados en desavenencias religiosas.

Es difícil establecer culpabilidad o grado de culpabilidad, pero no es difícil establecer responsabilidad, tanto la Iglesia como el gobierno comparten la responsabilidad de este conflicto religioso.

Y por lo mismo y lo anteriormente comentado, podemos decir que la "actuación" de la Iglesia en México, "deja mucho que desear".

Jerónimo quiere hacer una pausa para recordarle al amable lector que el tema de este escrito es relacionado con la Iglesia y que de ninguna manera debe interpretarse como que el Gobierno no tiene responsabilidad o culpa en esta situación, pero quiere recordar que ese es otro tema que se tratará en otro escrito, ya que hay "mucha tela de donde cortar".

{Solamente como referencia, Jerónimo "recomienda" que se lea el escrito "La Política Mexicana" que trata un poco más a detalle algunos de los aspectos peculiares de la forma de "entender" y de "hacer" política en México, desde su particular punto de vista}.

Solo para terminar queremos hacer énfasis en otro aspecto que quizá tiene más tintes políticos que religiosos.

Se supone que la Iglesia es "defensora de los pobres".

Digo se supone porque los jerarcas de la Iglesia, viven como "potentados" en lujosas mansiones, con grandes automóviles y chóferes, guardias de seguridad y todo género de "comodidades", muy pero muy lejos de los pobres a quienes dicen "defender".

De igual manera, todos los políticos que se ostentan como "defensores de los pobres" tienen o comparten esas mismas características con los jerarcas eclesiásticos.

Quizá el más "notable" de ellos es López Hablador, el tabasqueño "defensor de los marginados", el "paladín de los pobres", "el hombre del Tsuru".

Este personaje, vive en uno de los fraccionamientos más caros y exclusivos del Estado de México, nadie cree que esa "mansión" le fue regalada, y se calcula que su costo mínimo es de 15 millones de pesos, ¿ya la pagó? ¿la está "pagando"?

Además, tiene y mantiene otras tres "residencias", un condominio horizontal de lujo en Villahermosa, un rancho en Macuspana, y otra casa en la Capital de la República en la que viven los hijos que tuvo con su primera esposa.

Lo del Tsuru, ya pasó a la historia, ahora se moviliza en un convoy de camionetas ultimo modelo "blindadas" y repletas de "guaruras".

¿De que vive este señor? ¿De donde obtiene ingresos?

¿Ahorros? ¿De que?, si no trabaja ni ha trabajado jamás, no escribe ni da conferencias, no ejerce su profesión {que obtuvo "de panzazo"}, no es ni ha sido legislador, ni diputado o senador. ¿Cómo le hace?

Lo mismo pasa con los Obispos, Arzobispos, Cardenales y demás miembros de la jerarquía eclesiástica mexicana, ¿Cómo le hacen? ¿De donde o quien paga sus gastos, sus automóviles, sus joyas, su ostentación, su seguridad?

Es un misterio o es un "milagro".

 

 

Autor:

Javier Torres Landa V.

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