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Lolita

Enviado por Felix Larocca


Partes: 1, 2, 3

    1. Famosa por un vídeo
    2. La televisión
    3. Anuncio polémico
    4. La familia
    5. Su futuro imperio
    6. Lolita, el concepto comercial que del instinto naciera…
    7. Entonces, Lolita y el pleistoceno
    8. En resumen
    9. Bibliografía

    Un estudio de la mujer moderna que comienza en el pleistoceno…

    El 18 de agosto del año 1959 vio la luz del día, en los EEUU, la novela Lolita que trajera consigo, ambas distinciones: Prestigio y bochorno para, su autor, Vladimir Nabokov (1899-1977).

    La novela había aparecido en París tres años antes de que las prohibiciones contra su publicación, finalmente fueran removidas en América.

    La biografía del autor; nacido dentro de la nobleza rusa, considerado niño prodigio, profesor de la Universidad de Cornell y lepidopterista exitoso, es fascinante. (Aquí se recomienda: Vladimir Nabokov: A Pictorial Biography por E. Proffer).

    Ahora consideremos a otra mujer de nombre famoso, que entrara en el mundo real, y no en el de la ficción literaria…

    El 25 de octubre de 1980 nació en los Estados Unidos Paris Hilton, heredera de la cadena hotelera Hilton. El nombre de su familia y su fortuna la predisponían desde pequeña a convertirse en una persona de alguna reputación, lo que a ella no le importó. Paris decidió, siendo muy joven, que quería ganar su popularidad a su manera, actuando como actriz y modelo — logrando éxitos en ambos campos.

    Pasados los años, Paris es actualmente una mujer rubia de ojos marrones, muy narcisista y agresiva en su erotismo exhibicionista — pero que ciertamente se ha convertido en una celebridad — no sólo por lo que hace, sino por cómo lo hace.

    Además de sus películas, sus programas de televisión, la aparición de su primer disco, y los escándalos frecuentes que origina, también forman parte formidable de su currículo — porque Paris simboliza la posición fálica-narcisista con confusión psicosexual y arresto del desarrollo en la etapa pre-edipal — Que a todos nos despierta curiosidad, a menudo, mórbida.

    En otras palabras que la modelo, cuyas actividades sexuales, fueron vistas por todos quienes gozan del voyerismo en el Internet. Era la misma que sería descrita por Christopher Hutjens, escribiendo en Vanity Fair, de esta manera: "durante los momentos más apasionados del love-making, los ojos de la modelo permanecían clavadas en la cámara, ignorando su amante".

    So much for enjoyment…

    Famosa por un vídeo

    Paris ha protagonizado muchos escándalos y embrollos que la han hecho ser uno de los personajes más conocidos de la friolera que constituye la farándula mundial. No hay que olvidar que la ahora empresaria, actriz, modelo e incluso autora de un best-seller (Confesiones de una heredera) empezó a ser conocida en el año 2003 a raíz de la aparición vía Internet de la grabación a que antes aludiéramos.

    Paris Hilton

    Este vídeo, One night in (or, perhaps, with) Paris, se distribuyó, convenientemente, por la Red, justo antes del inicio de su propio programa en televisión. En éste aparecía Paris Hilton protagonizando tórridas escenas de sexo exhibicionista y explícito con uno de sus ex novios. Su repercusión fue tal que se multiplicaron los sitios Web, oficiales o no, dedicados principalmente a mostrar sus fotos y para hablar de ella.

    Una imagen que vende

    Paris Hilton, nacida sin talentos, no se considera a sí misma únicamente una modelo o una actriz, sino que propicia el uso y la venta de su sexualidad por un precio — la profesión más vetusta que todos conocemos. Como tal ha conseguido ser un icono para los lúbricos de medio mundo y su sola imagen es sinónimo de éxito comercial para todos aquellos productos con los que se la relaciona. Aprovechando esto, presta su nombre y exhibe su sexo, entre otras cosas a un perfume y a una línea de joyería y tiene prevista la apertura de diferentes Clubes Paris en todo el mundo. Su popularidad también le ha valido ser la candidata escogida para protagonizar numerosas campañas publicitarias, como la de Guess. (Léase mi artículo El Candor de Candi en la Revista del Saber Vivir).

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