El discurso a partir de la tríada
En un trabajo anterior (Aguilar, 1998), lanzamos las redes para comprender la noción de discurso desde un punto de vista ternario como desde la concepción de la semántica estructural, sin embargo, dejamos pendiente la relación existente entre los dos pensamientos, más que todo en lo que a los elementos centrales se refiere, es decir, las estructuras fundamentales de significación: el cuadrado y la tríada.
En este trabajo, intentamos trazar un puente lógico conceptual entre aquello que es más representativo de las dos concepciones (el cuadrado y la tríada). Con fines didácticos hemos dividido nuestro trabajo en dos momentos, el primero tiene que ver con la comprensión del discurso en el marco de la semiosis, mientras que el segundo se refiere a la noción lógico-matemática.
De hecho el discurso, no se limita a la concepción identificada con el plano de la expresión y el plano del contenido, sino más bien una teoría de los discursos se sitúa en un plano que no se encuentra en la lengua. Una teoría que trate del mismo discurso puede convertirse en objeto, a la vez, de otra teoría-discurso, tal como sucede con la lingüística que es comprendida como una práctica discursiva científica.
En esta vía, la misma lingüística no posee los instrumentos necesarios para comprender su origen y su propio funcionamiento como discurso en el lenguaje. Sin embargo, -en el marco del pensamiento ternario de Peirce- comprendemos la limitación de la lingüística en relación con el discurso a partir de la misma lingüística, ya que el conocimiento teórico que expresa la lingüística es indispensable para una teoría de los discursos, con el fin de que el discurso, en su comprensión sea de carácter dinámico.
Para ingresar a este proceso semiósico que implica también lo semiótico, es preciso tomar en cuenta los "fragmentos extraídos", las "huellas o marcas" que en forma de "cristalizaciones" se nos presentan a la vista. Estamos hablando del Texto en cuestión. Es lo que podríamos llamar también como la "materialidad" del sentido, que se refiere a los fenómenos reales y no-reales. Empero, veamos con mayor detalle el proceso semiósico y el espacio en que se presenta la "materialidad del sentido" que articula el discurso (Veron, 1993: 132).
Figura 1: Concepción triádica del discurso
Interpretando el esquema:
a) P(Di) designa las condiciones discursivas de producción del (Di).
b) R(Di) representa las condiciones discursivas de reconocimiento de (Di)
c) Y (Oi) es el objeto del discurso, o sea, de (Di).
Es evidente que se trata de dos relaciones triádicas, conteniendo dos veces el gráfico triádico de Peirce, con dos puntos comunes caracterizados: (Di) y (Oi).
De esta manera (Di) en relación con sus condiciones discursivas de producción es el interpretante de dichas condiciones, y tan sólo así constituye a (Oi) como su objeto. Mientras si (Di) es considerado en relación con sus condiciones discursivas de reconocimiento es signo de su objeto y R(Di) se constituirá en interpretante. De hecho el objeto (Oi) sólo existe en tanto objeto en y por ese proceso interdiscursivo.
El cuadrado semiótico a partir de la tríada
El cuadrado es considerado como la estructura elemental de la significación sustentado en el postulado epistemológico según el cual la comprensión binaria de los fenómenos es una de las características de operación de la mente humana , por otro lado la tríada, es una estructura formal abstracta de los fenómenos de significación, es decir, cuando una cosa presente produce la presencia en la mente de una cosa ausente.
En una primera instancia, las relaciones entre los dos conceptos parecen ser imposibles. Sin embargo, la similtitud consiste en que el reticulado de las clases de signos funciona como una gramática inmanente (véase Figura 2), mientras que el cuadrado funciona como una matriz también inmanente a las combinaciones de los semas del nivel profundo (Figura 3). Ambas teorías presuponen estructuras de combinación de elementos. El reticulado nos permite la descripción de las significaciones como una suma algebraica de signos elementales, mientras que el cuadrado nos permite describir combinando semas y operaciones lógico-semánticas, todo bajo dependencia del cuadrado formal.
Ambas teorías no son irreductibles la una a la otra, es así que una tríada no puede describirse por medio de díadas, en cambio, una díada puede describirse de varias maneras por medio de combinaciones de tríadas (Marty, 1992). En ese sentido, es posible crear los nexos pertinentes para comprender las relaciones mencionadas.
Figura 3: Cuadrado semiótico
En una primara instancia examinemos la constitución de un cuadrado, tenemos: S1 y S2 que "cooperan" para constituir un tercer elemento llamado "categoría semántica", es decir que existe un tercero que une a los dos, lo cual quiere decir que existe una construcción auténtica de una tríada, obsérvese la figura 4 según la cual Cs representa la categoría semántica que une a S1 y S2.
Figura 4
De esta manera, la categoría semántica se consolida gracias a dos recorridos simétricos producidos por las operaciones de negación y de aserción en función de los elementos S1 y S2. Así, si tomamos: S1; la negación de S1 produce su contradictorio S1 y, inmediatamente surge S2 como contrario de S1. Las dos operaciones son correlativas, existe, como dice Marty (1992) "tricoexistencia" de S1, S1 y S2, lo que demuestra claramente la constitución de una tríada auténtica. En función al juego del cuadrado semiótico (de ida o de vuelta), tenemos dos tríadas representadas en la figura 5 en las cuales S2 une a S1 y a S1 de un lado, y S1 une a S2 y a S2 por otro lado.
Figura 5
En este sentido, la categoría semántica se constituye gracias a la combinación de dos tríadas auténticas. Y sólo así la degeneración de cada tríada en tres díadas produce una díada común (S1, S2), lo que es representado en la figura 6.
Figura 6
El elemento Cs por desdoblamiento de la tríada en dos tríadas que tienen en común una díada implícita, es decir, una díada que resulta de la degeneración de cada una de las dos tríadas. Robert Marty lo expresa lingüísticamente de la siguiente manera:
Si (S1 es contradictorio de S1 por un sujeto X)
produce: (S2 es presente a la mente del sujeto X)
y: (S2 es contradictorio de S1 por un sujeto X)
produce: (S1 es presente a la mente del sujeto X)
ENTONCES: (S1, S2) es una díada auténtica por el sujeto X
Debemos comprender que la constitución de una categoría semántica se produce en la mente humana o cuasi-mente (Peirce, 1988) o como dice Umberto Eco "un autómata capaz de comportamientos sígnicos" (1980). En ese sentido, los puntos A y B que representan las determinaciones de la mente del sujeto X. El punto A cuando S2 está presente en ella; el punto B cuando S1 está presente. Por otra parte, podemos observar que (S1, S2) es una díada que se constituye en la mente independientemente y de manera equivalente por la mediación de S1 o de S2.
Así, comprendemos que la concepciones epistemológico-discursivas se inscriben en la tríada peirceana, a lo que Eliseo Verón denominó como "semiosis social." En ese sentido es imposible asir la "realidad" en un ES definitivo puesto que se disuelve constantemente en un "siendo" gerundivo (Kusch, 1978: 51).
Por otra parte, la composición del cuadrado semiótico está conformado por dos díadas en una relación externa (S1, S2) y (S1, S2); las líneas diagonales y laterales (deixis) representan las conexiones interior/exterior entre los elementos de las díadas señaladas, dando lugar desde la fenomenología al juego de la primeridad, segundidad y terceridad.
AGUILAR, Ausberto:
1998 Aproximación semiótica a la obra poética de Jaime Sáenz, Tesis de grado, U.T.O., Oruro.
ECO, Umberto:
1988 Tratado de semiótica general. Barcelona: Lumen, 4ta. edic.
GREIMAS, A.J.:
1990 Semántica estructural. Madrid: Credos, 3era. Reimp.
KUSCH, Rodolfo:
1978 Esbozo de una antropología filosófica americana. Argentina: Castañeda.
MARTY, Robert y MARTY, Claude:
1991 La semiótica, 99 respuestas. Buenos Aires: Edicial.
PEIRCE, Charles Sanders:
VERON, Eliseo:
1992 Semiosis social. Barcelona: Gedisa, 1ra. reedic.
Autor:
Ausberto Aguilar Challapa