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Catalogación de medallas en las bibliotecas


Partes: 1, 2

    1. Introducción
    2. Desarrollo
    3. Conclusiones
    4. Bibliografía Consultada
    5. Anexos

    Resumen

    En el artículo se trata a la medalla como un documento que puede ser reunido, procesado y conservado en las bibliotecas. Se ofrece una propuesta para la catalogación de estas, basada en las International Standard Bibliographic Description for Non- Book Materials -ISBD (NBM)-, y las Reglas de Catalogación Angloamericanas en su 2da. Edición.

    Palabras Clave: medallas –catalogación–bibliotecas.

    Introducción

    Históricamente la mayoría de las investigaciones se han apoyado para su desarrollo en los documentos manuscritos o impresos; sin embargo existen muchos objetos tanto naturales como creados por el hombre, que constituyen importantes materiales de investigación, convirtiéndose en ocasiones, en los únicos testigos de un acontecimiento o completando aquello que aparece recogido en los documentos tradicionales.

    En la actualidad en las bibliotecas ya no solo se coleccionan, organizan y conservan manuscritos, libros y revistas, sino que existen otros documentos que forman parte de sus colecciones como: mapas, documentos electrónicos, grabaciones sonoras y pinturas. Por lo tanto, no es extraño encontrar que muchas de ellas atesoren objetos que "pertenecen" a los museos. Poco a poco ha ido cambiando la concepción de que la biblioteca es solamente: "el edificio, local o sala donde se guardan, custodian o conservan libros".[1]

    El tema del procesamiento y el coleccionismo de medallas en las bibliotecas, es poco estudiado y difundido tanto en Cuba como en otros países. Por lo general, en las búsquedas realizadas en Internet los sitios se refieren fundamentalmente a ventas o subastas de medallas, pero salvo los precios que ayudan a una futura tasación, poca información brinda sobre las piezas en particular, sus grabadores o detalles de las imágenes plasmadas en ellas.

    En los museos, más que en las bibliotecas, se continúan haciendo esfuerzos en la elaboración de normas que permitan unificar criterios de descripción de estas piezas. Tal vez como consecuencia de que sean estos en los que se hace más común la presencia de estas piezas tridimensionales.

    En este trabajo se abordan aspectos relacionados a la catalogación de medallas en las bibliotecas, para el cual se visitaron diferentes instituciones de la capital, con el fin de recoger experiencias con relación a la catalogación de medallas (Anexo # 1).

    Desarrollo

    Las medallas tienen un valor conmemorativo, pero además, un valor histórico, educativo, artístico y cultural. Reflejan acontecimientos de la vida nacional o extranjera, del pasado o el presente, de personajes o héroes relevantes de la historia universal, los monumentos, las costumbres, los artistas de cualquier rama, monarcas, deidades, creencias políticas y religiosas, el pensamiento, la ciencia y la actividad del hombre [2]

    Desde la propia creación de las medallas, han sido muchos los conceptos conformados en torno a estas obras de arte, entre ellos encontramos los siguientes:

    "Pieza fundida o acuñada que no lleva indicación de valor, no forma parte de ninguna serie de monedas, ni es emitida por disposición gubernativa, salvo casos especiales. Es de forma y materia variable, su destino es eminentemente conmemorativo, recordatorio, artístico y de premio". [3]

    "Testimonio que se deja para el futuro, como el reconocimiento a un acontecimiento digno de recordarse, el premio a un esfuerzo personal o de alguna institución, por alguna labor realizada o como constancia de su iniciación en alguna actividad". [4]

    "No es solo un premio otorgado al mérito de uno o de algo en una exposición o en un homenaje; es, sobre todo esto, una obra de arte en metal que conserva el vivo recuerdo de un hecho, un mérito o una persona dentro del sector histórico o simplemente familiar". [5]

    Como cualquier documento impreso o manuscrito, u otro tipo de soporte, las colecciones de medallas requieren la aplicación de procesos documentales que controlen, agilicen y difundan su contenido. Tradicionalmente en los museos y bibliotecas que las reúnen, estas se encuentran agrupadas en sesiones, a partir de los siguientes criterios [6]

    Temática (vida social, económica, política, militar, religiosa y personalidades).

    Cronológica (Fecha de acuñación o del acontecimiento que representa).

    Personal (formadas a partir de colecciones particulares donadas por los coleccionistas, sus familiares o entidad responsable de ellas, o compradas, integrándose al fondo con el nombre del propietario).

    Partes: 1, 2
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