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Atención de enfermería a pacientes con síndrome coronario agudo en la unidad de coronarios


Partes: 1, 2

     

    1. Desarrollo
    2. Conclusiones
    3. Referencias bibliográficas

    Introducción

    El rol fundamental de la enfermera, según Virginia Henderson, consiste en ayudar al individuo sano o enfermo a conservar o recuperar su salud (o asistirlo en sus últimos momentos) para que pueda cumplir las tareas que realizaría el solo si tuviera la fuerza, la voluntad o poseyera los conocimientos deseados y cumplir con sus funciones, de forma que le ayudemos a reconquistar su independencia lo mas rápidamente.1

    El cuidado de enfermería constituye la piedra angular sobre la cual se construye la interacción entre el equipo de salud y el paciente, a través de este se operacionalizan los tratamientos desde el convencional hasta el intervencionista más avanzado. Pero esencialmente siendo el fundamento de enfermería el cuidado de la experiencia de la salud humana, su interacción se orientará hacia la protección de la vida y específicamente de la calidad de vida del paciente.2

    La enfermería a través del tiempo, ha demostrado ser la que imprime el detalle de garantía a la medicina, ella constituye el cuerpo humano perseverante durante las 24 horas para favorecer los cuidados de prevención, promoción recuperación de la salud y al mismo tiempo es, acompañante fiel en los momentos de duelo.3

    En primer lugar debemos resaltar el elevado nivel de preparación y capacidad de responsabilidad clínica que la enfermería de la UCIE y UCC debe tener, a fin de resolver con prontitud diversas situaciones agudas con las que se va a enfrentar en su actividad asistencial. La interpretación correcta de las arritmias más comunes y la toma rápida de decisiones frente a situaciones graves, como el inicio de las maniobras de resucitación cardiopulmonar y la aplicación de desfibrilación eléctrica, serán requisitos imprescindibles para su eficaz labor en la unidad.

    Desarrollo

    Las enfermeras de la UCIE y UCC deben tener un especial entrenamiento en el cuidado de enfermos agudos y críticos, reanimación cardiopulmonar, identificación de arritmias, control de marcapasos, monitorización hemodinámica, utilización de respiradores, manipulación de catéteres y manejo de aparatos de asistencia mecánica cardiocirculatoria. Además, deberán tener suficiente experiencia clínica para el adecuado reconocimiento de la sintomatología de la cardiopatía isquémica y de la insuficiencia cardiaca, así como una ágil administración de los tratamientos más habituales en los pacientes ingresados en la unidad. Su capacidad para prestar apoyo psicológico a los enfermos y sus familiares es otra cualidad muy necesaria en estos profesionales.4

    Contar con una completa preparación le facilita a la enfermera ocuparse al mismo tiempo del aspecto emocional del paciente, la atención debe ser integral, esto es, encargarse no solo del aspecto físico sino también del aspecto emocional con el fin de lograr rápidamente la estabilización del paciente.5

    Los cuidados de enfermería durante el tratamiento farmacológico de los síndromes coronarios agudos pueden ser divididos en cuatro secciones según la condición clínica del paciente y el momento de intervención del personal de enfermería.

    La primera sección se desarrolla a partir del ingreso del paciente al Servicio de Urgencias hasta que es definido el síndrome coronario agudo que afecta al individuo. De esta manera los cuidados de enfermería están ligados al tratamiento adjunto, derivándose los siguientes cuidados:

    . La enfermera debe administrar el suplemento de oxígeno al ingreso del paciente a una velocidad de 2 a 4 litros por minuto para mantener la saturación de oxígeno por arriba del 90% 34-35, implica la monitorización de la saturación de pulso y la garantía de mantener la vía aérea permeable, lo que deriva la necesidad de preparar medicamentos para la probable intubación endotraqueal del paciente.

    . La enfermera debe establecer un acceso venoso para la administración de morfina (2 a 4 mg cada 5 minutos) y nitroglicerina intravenosa siempre que la presión arterial sistólica no esté debajo de 90 mm Hg. Esto implica la utilización de técnicas estériles de inserción de dispositivos intravenosos, el monitoreo hemodinámico no invasivo de la presión arterial, frecuencia cardíaca y frecuencia respiratoria, la valoración neurológica constante con la finalidad de detectar depresión respiratoria, y monitoreo del dolor.6-7

    . Si está indicada la administración de ASA debe constatar que ésta sea masticada, por lo que debe establecer un vínculo de comunicación con el individuo para lograr su colaboración.

    . Detectar signos precoces de dolor torácico explicando al paciente la importancia de avisar la presencia de cualquier dolor.

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