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El capital de trabajo y su relación con el riesgo y el rendimiento empresarial


Partes: 1, 2

    1. Resumen
    2. Desarrollo
    3. Bibliografía

    Ejemplo demostrativo

    Resumen

    La categoría cero riesgos no existe. Todas las decisiones financieras tomadas por los administradores de la empresa afectan positiva o negativamente el grado de liquidez y de rendimiento. A partir de lo anterior, dos cuestiones del menejo del capital de trabajo son: maximizar la rentabilidad y minimizar el riesgo. Sin embargo, ambos son directamente proporcionales. Con el desarrollo de este artículo se pretende definir los componentes del binomio riesgo – rendimiento y el impacto que sobre el mismo causan los diferentes niveles de capital de trabajo. Para ilustrar lo anterior, se incluye un ejemplo demostrativo.

    Desarrollo

    El término capital de trabajo ha sido denominado por algunos autores como: fondo de maniobra, capital circulante, capital de trabajo neto, recurso o fondo neto de rotación y tesorería neta. De manera general este se puede definir como la inversión en los niveles de activo circulante y el financiamiento que se necesita para sostener al mismo.

    Los administradores de la empresa diariamente deben tomar decisiones de todo tipo que tienen una implicación directa en las finanzas, de manera que las mismas afectan positiva o negativamente el grado de liquidez y de rendimiento (F. Weston y E. Brigham, 1994). Es por esta razón que los administradores financieros definen dos objetivos fundamentales del menejo del capital de trabajo:

    1. maximizar la rentabilidad,
    2. minimizar el riesgo.

    Sin embargo, ambos objetivos son directamente proporcionales, lo que significa que cuando una de las variables aumenta, también lo hace la otra y viceversa.

    Una vez introducidos los elementos anteriores, se hace necesario definir los componentes del binomio riesgo – rendimiento.

    En este contexto, Van Horne y Wachowicz (1997) definen el rendimiento como el ingreso recibido sobre una inversión, la cual generalmente se expresa en porciento, en tanto F. Weston y E. Brigham (1994) la generaliza indistintamente como la corriente de flujo de efectivo y la tasa de rendimiento sobre los activos. Por su parte L. Gitman (1986) y G. E. Gómez (2004) consideran la rentabilidad como las utilidades después de gastos. Estos investigadores concuerdan en que por fundamentación teórica ésta se obtiene y aumenta por dos vías esenciales: la primera, aumentando los ingresos por medio de las ventas y la segunda, disminuyendo los costos pagando menos por las materias primas, salarios, o servicios que se presten. La autora se inclina más al análisis de la rentabilidad en forma de tasa, indicando la capacidad de los recursos para generar utilidades, como una vía más eficaz para los análisis relacionados con los niveles de capital de trabajo y su influencia en la rentabilidad empresarial.

    Por su parte, la categoría riesgo en su definición, se asimila con mayor dificultad (Van Horne y Wachowicz, 1997). En términos muy simples, existe riesgo en cualquier situación en que no se conozca con exactitud lo que ocurrirá en el futuro. El riesgo es sinónimo de incertidumbre, que es la dificultad de poder predecir lo que ocurrirá en el futuro.

    En la gestión financiera, el riesgo se asocia con la variabilidad de los resultados que se esperan (Van Horne y Wachowicz, 1997), derivándose de esto que es más arriesgado aquello que ofrece resultados más variables, sean positivos o negativos. Con respecto al análisis de los riesgos en un negocio, se pueden identificar tres fundamentales a evaluar: el riesgo comercial, el riesgo financiero y el riesgo operativo.

    El riesgo comercial es el inherente al propio mercado en que se desempeña la empresa, donde es vital el análisis de la línea de negocios, la rama en la cual se opera y el entorno económico – financiero. El riesgo operativo se encuentra vinculado a las dimensiones óptimas de plantas y equipos, la utilización de los recursos y la relación con los niveles de venta; es decir, las condiciones de tecnología. El riesgo financiero es el relacionado con el nivel de endeudamiento y la relación entre financiamiento ajeno y propio; es decir, el análisis relacionado con la estructura financiera.

    Vinculado al capital de trabajo, el riesgo significa peligro para la empresa por no mantener suficiente activo circulante para:

    • Hacer frente a sus obligaciones de efectivo a medida que éstas ocurran. En este sentido, L. Gitman (1986) define el riesgo como la insolvencia que posiblemente tenga la empresa para pagar sus obligaciones y expresa además que el riesgo es la probabilidad de ser técnicamente insolvente.
    • Sostener el nivel apropiado de ventas (Van Horne y Wachowicz, 1997).
    • Cubrir los gastos asociados al nivel de operaciones (criterio de la autora del artículo basado en la literatura revisada).

    En este contexto y como una de las vías para medir el riesgo resultante de los cambios que provocan las decisiones tomadas por los administradores financieros, se propone la razón de solvencia o liquidez general:

    Esta razón refiere la habilidad que adquiere una empresa para tener disponibilidad de activos de fácil conversión en efectivo, reafirmando su capacidad para cubrir en forma oportuna y sin retrasos sus obligaciones financieras a corto plazo (E. Gómez, 2004).

    Es importante señalar que en este marco se propone esta razón para la evaluación del riesgo, pero existen otras vías propuestas por la autora y que se explican detalladamente en su Tesis presentada en opción al grado científico de Master en Ciencias Económicas (Universidad de Matanzas, 2005). Estas alternativas se muestran a continuación:

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