Buscando ese clavo, Godino salió por Catamarca, regresó a la Quinta por Brasil, llegó hasta Caseros, encontró el clavo grande que buscaba y regreso al lugar donde estaba Gesualdo agonizante. A modo de martillo usó un adoquín que encontró en la Quinta y terminó con la vida de Gesualdo atravesándole la cabeza con el clavo. Luego tapó el cuerpo con dos chapas de cinc que encontró en el predio y se fue.
La piedra y el clavo utilizados por Godino
Volvió el padre a la Quinta Moreno, sabía que allí solían juntarse a jugar chicos del barrio y aunque tenía un mal presentimiento no perdía esperanza. Entró y revisó "un sitio donde el vecindario arroja latas inservibles y residuos", un lugar donde había latas, cascotes y desperdicios. Le pareció que su hijo estaba escondido, lo llamaba por su nombre hasta que lo encontró debajo de dos chapas de cinc. Pascual Giordano salió de la Quinta Moreno llorando y tambaleante con el cuerpo de su hijo en brazos en dirección a su casa…
Intervino la justicia. Conmoción en el barrio. Difusión de la noticia en la prensa gráfica.
Diario "La Argentina"
Minuciosas inspecciones en el lugar del hecho, interrogatorios a vecinos que conocían a Gesualdo.
A las cinco de la tarde se hizo una reconstrucción de la escena, llevaron el cuerpo de Gesualdo y su padre lo colocó tal cual lo había encontrado. Entre los curiosos presentes había uno llamado Cayetano Santos Godino.
La madre del niño durante el día sufrió crisis nerviosas, necesitó atención médica. Visiblemente alterada fue alojada en la comisaría junto a su esposo cuyo estado de abatimiento era preocupante
Gesualdo con su madre.
A las ocho de la noche tuvo lugar el velatorio del niño. Godino asistió al mismo, lo vieron tocar la cabeza del niño y examinarla detenidamente.
Pero el subcomisario Peyre tenía sus firmes sospechas. Con acierto relacionó el hecho con un ataque sufrido por el pequeño Roberto Carmelo Russo, ocurrido el mes anterior. Este niño había sido encontrado semiasfixiado y atado en la misma manera en que había sido Gesualdo. En su momento se detuvo a un tal Cayetano Santos Godino que había sido encontrado merodeando por la zona y puesto en libertad por falta de pruebas.
Roberto Carmelo Russo
Entre los interrogados un menor había declarado que había visto salir de la Quinta Moreno a un muchacho cuyas características coincidían con las del petiso orejudo.
Se ordenó su detención. Cuando lo arrestaron lo encontraron en el patio de su casa tomando mate. Tenía encima el recorte del diario "La Prensa" con la noticia del crimen.
Al principio negó todo pero luego confesó no sólo el crimen de Gesualdo sino todos los otros y los incendios que le gustaba provocar.
Fue fundamental el testimonio de la joven María Clara Barlavo, la hija del dueño del almacén de Progreso y Jujuy, al declarar que Godino había ido con Gesualdo a comprar caramelos. Ella lo reconoció.
Como reflexión final no deja de resultar extraño que en el mismo sitio donde se perpetró un hecho tan horrible se haya erigido una institución que existió y existe por y para la niñez. Como si Gesualdo hubiera regresado multiplicado por diez, por cien, por mil…
Vaya para Gesualdo Giordano el más cálido de los recuerdos.
Fuentes y bibliografía
Fray Mocho, 13 de diciembre de 1912
PBT, 14 de diciembre de 1912
Caras y Caretas, 14 de diciembre de 1912
La Argentina, (4, 5 y 6 de diciembre de 1912)
La Prensa, 4, 5 y g de diciembre de 1912
Todo es Historia, Nº 312 Julio de 1993
Valioso el aporte del Sr Manuel Vila sobre el funcionamiento del horno de ladrillos
http://www.petisorejudo.com.ar/telegrama.html
http://www.petisorejudo.com.ar/indagatoria.html
Autor:
Guada Aballe
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