Acerca de los valores humanos: una comprensión de los valores compartidos en las sedes universitarias municipales cubanas
Enviado por Luis Ángel León López
Introducción
En un mundo tan competitivo, cambiante y complejo como el de hoy, las organizaciones educacionales deben ser dirigidas de forma eficaz para que puedan cumplir con efectividad su encargo social. Por tanto, los educadores para tener éxito tendrán que hacer frente con empuje y dinamismo a los cambios que operan en el entorno educacional y estar aptos para poder enfrentar los retos que impone el surgimiento de las nuevas tecnologías educativas.
Todas estas exigencias son adecuadas y válidas, pero solo alcanzarán resultados sostenibles si en el orden interno de las organizaciones educativas se fomenta un sistema de valores que esté acorde a los momentos y retos sociales del entorno en que tiene lugar el proceso formativo.
En la actualidad, las condiciones se han trasformado, han cambiado. De ahí que el pensamiento filosófico capte las actuales condiciones, confirme así el carácter histórico concreto del valor, y ofrezca nuevas tesis.
Es importante considerar la idea de A. Hart cuando expresó "hablar de valores en Cuba es pensar en el siglo XXI".
Esta afirmación demuestra la continuidad del proceso de formación de valores y es expresión del carácter histórico que adquiere.
Según González Rey, "los valores son todos los motivos que se constituyen, se configuran, en el proceso de socialización del hombre (…) Un valor se instaura a nivel psicológico de dos formas: los valores formales, que regulan el comportamiento del hombre ante situaciones de presión o control externos, y creo que no son los que debemos formar, y los valores personalizados , expresión legítima y auténtica del sujeto que los asume, y que son, en mi opinión, los valores que debemos fomentar…[1]
Esta importante tesis de González Rey, explica cómo debe ser conducido en las universidades cubanas el proceso de formación de valores. Sin dudas demuestra que hay que trabajar con el estudiantado, no desde acciones impuestas, sino trabajar desde la conciencia, buscar la implicación y el compromiso, la legitimidad y entrega.
No hay duda de que estamos en tiempos en que estos fenómenos de orden negativo asaltan y se hacen sentir por doquier. Sin embargo, esta situación no quiere decir que se dejen de formar valores, pues un factor esencial sigue y tendrá que seguir siendo el hombre y su formación en sus múltiples elementos.
La sede universitaria municipal de Najasa tiene entre sus propósitos, el perfeccionamiento de la dirección del proceso pedagógico, y el enriquecimiento espiritual de educandos y educadores, el mejoramiento de las condiciones de vida y de trabajo de todos sus miembros, por tanto, debe crearse un ambiente tal que impulse y promueva, no que cree barreras y esto solo es posible con un adecuado ambiente a través de la educación en valores.
El proceso educativo, siempre que funciones con la necesaria eficacia, tiene como objeto la perfección intelectual, física, moral y axiológica de los educandos. Estos momentos, vinculados con otros no menos importantes, tienen como principal objetivo propiciar el mejoramiento, el crecimiento humano y en definitiva incidir en la formación integral de ellos.
A partir de la complejización que enfrentan las sociedades, el surgimiento e implementación de nuevos modelos pedagógicos, como la semipresencialidad, la educación a distancia, el reto de los educadores aumenta significativamente. Ante esta oportunidad para los educadores, que además exige una fuerte dosis de preparación y actualización, se impone la necesidad de educarlos también en valores que impulsen el desarrollo de las instituciones educacionales a las cuales pertenecen.
No se puede educar valores si quienes lo deben formar no los vivencian, puesto que hay que tener en cuenta la coherencia entre los juicios y la acción, algo vital para la formación de valores.
No por gusto algunos autores hablan de la educación de los educadores, rescatando y dando sentido y fuerza a la idea de que el profesor necesita también ser educado. No en vano trabajar desde lo educativo para que el educador alcance una profunda formación cultural y moral, es también educar en el ámbito de los valores más relevantes para la sociedad.
Una necesidad para poder concebir el proceso de formación de valores en la educación, ha sido el estudiar y profundizar en la teoría o las teorías que se han generado a lo largo de la historia de la educación del hombre. En este empeño, surgieron diversas interpretaciones y posiciones desde las más reaccionarias hasta las posiciones humanista. Con ello también múltiples definiciones, principios, procedimientos, etc, que han ido caracterizando y conformando el polémico tema. Cada investigador en aras de resolver un problema científico, siguiendo una idea y guiado por un objetivo ha encontrado la manera de expresarse científicamente.
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