Enfermedad de Alzheimer y enfermedad de Parkinson: comparaciones clínicas entre las dos enfermedades neurodegenerativas más frecuentes en los ancianos
Enviado por alfredodelalamo
- Introducción
- Neuropatología
- Farmacología
- Sintomatología
- Trastornos neuropsicológicos
- Comparaciones EA-EP
- Bibliografía
RESUMEN
En este artículo consideramos conjunta y comparativamente la enfermedad de Alzheimer y la enfermedad de Parkinson, ya que son las dos más frecuentes enfermedades neurodegenerativas del mayor. Se señalan similitudes y diferencias entre ambos trastornos, tanto en sus aspectos neuropatológicos, como en su sintomatología, los tratamientos farmacológicos hoy disponibles y sus déficits neuropsicológicos más típicos.
PALABRAS CLAVES: Alzheimer. Parkinson. Comparaciones clínicas.
SUMMARY
In this paper we consider both Alzheimer"s disease and Parkinson"s disease, the most important neurodegenerative disorders in aged patients. We describe essential aspects: neuropathology, symptoms, current medical treatments, and neuropsychological impairments.
KEY WORDS: Alzheimer. Parkinson. Clinical links.
1- INTRODUCCIÓN
El objetivo de este artículo consiste en subrayar las similitudes y diferencias entre estas dos importantes enfermedades, ya que son las más frecuentes entre las patologías neurodegenerativas de la tercera edad. Consideramos de interés el estudio coordinado de ambos trastornos neurológicos remarcando los rasgos comunes y no comunes más importantes a diferentes niveles, ya que facilita su mejor comprensión comparativa y resultando de utilidad sobre todo para los médicos no especialistas y para el personal sanitario y paramédico.
Así mismo la consideración conjunta de estas y otras enfermedades de tan amplia repercusión social y alto gasto asistencial resulta imprescindible a la hora de diseñar e implementar programas a largo plazo tal como el "Plan estratégico nacional para el tratamiento integral de las enfermedades neurológicas" presentado en el año 2002 (1) y para el desarrollo práctico de los puntos planteados en la "Declaración de Madrid" del año 2000.
1.a Impacto de ambas enfermedades.
Las enfermedades asociadas al envejecimiento suponen actualmente uno de los mayores problemas para los sistemas sanitarios y asistenciales de los países desarrollados, ya que el aumento de la expectativa de vida media (se calcula que en breve más del 20 % de la población europea occidental superará los 60 años) ha provocado un incremento de las patologías crónicas ligadas a la ancianidad, destacando aquellas que afectan al sistema nervioso central. La enfermedad de Alzheimer (EA) es el trastorno neurodegenerativo con mayor incidencia en la edad madura con más de 600.000 enfermos afectando al 6-8 % de los mayores de 65 años. La enfermedad de Parkinson (EP) aparece en el segundo lugar con cerca de 100.000 enfermos afectando al 1-2 % de la misma población (2,3).
Ambas patologías consumen una creciente cantidad de recursos médicos, farmacéuticos y sociales. Deterioran en alto grado la calidad de vida del enfermo y de sus cuidadores primarios, generalmente mujeres de la propia familia del afectado que le cuidan en un 85 % de los casos en el propio domicilio. Se calcula que el 65 % de los cuidadores primarios necesitarán atención médica o psicológica especializada como efecto directo del estrés psicofísico del cuidar continuado, y que el 20-25 % de ellos terminarán desarrollando lo que se ha venido en denominar "síndrome burn-out" o del "cuidador quemado". Únicamente el 12 % de las familias reciben ayuda específica económica o asistencial por parte del Estado, dato relevante en unas enfermedades cuyo coste medio por afectado y año se estima de 16.000 a 20.000 euros (1).
1.b Algunas similitudes y diferencias.
Ambas son enfermedades del cerebro, de naturaleza degenerativa y curso crónico y progresivo. Hoy por hoy resultan incurables ya que los medicamentos y otras técnicas médicas disponibles solo alivian o controlan temporalmente los síntomas pero no eliminan la causa que crea la enfermedad. No se pueden prevenir (excepto si se consolidan los estudios de neuroprotección en curso por ejemplo con la selegilina o los factores tróficos gliales). Sus causas no están definitivamente establecidas y con probabilidad son múltiples, participando factores genéticos, excitotóxicos, estrés oxidativo, apoptosis, traumatismos encefálicos antiguos, exposición a tóxicos ambientales o a determinadas infecciones, etc. (4,5)
Tanto la EA como la EP afectan de forma prioritaria a la tercera edad, aunque no en exclusiva ya que las formas tempranas constituyen el 10 % del total en el caso de la EA y el 15-20 % en la EP. Muestran una mayor incidencia y prevalencia cuánto más anciana es la población de estudio, duplicándose en ambas enfermedades el número de pacientes cada cinco años que envejece la población de ancianos. Así pues la prevalencia de afectados por EA, por EP o por ambas en la franja de edad entre los 85 a 89 años puede llegar a ser de 1 de cada 4 ancianos.
Página siguiente |