Quiero dar comienzo a esta crónica con una frase de Augusto Hortal que resume la intención de este trabajo: "No hay nada que contribuya más a la formación de personas morales que el que éstas crezcan, se formen y vivan entre personas morales". De aquí planteo la problemática educativa del profesor en el proceso de enseñanza, abordando la índole antropológica y ética del proceso, en especial, del profesor como formador moral.
Hoy en día en nuestro país podemos afirmar que existe la disparidad entre los sistemas educativos y su medio ambiente; entre escuela y contexto social donde se ubica. No se niegan los grandes esfuerzos por alcanzar la cobertura (en este caso se resalta Bogotá); pero se evidencian ciertos vacíos que reinciden constantemente sin permitir que se supere la crisis educativa que tanto se menciona.
El primer problema y la primera solución de la educación hoy son los profesores. Problema, porque la educación ha sido sustraída a los agentes personales y a las instituciones educativas, para quedar en manos de poderes anónimos, de una sociedad en la que la economía y la política rigen como factores soberanos frente a aquellos otros órdenes que son igualmente esenciales para orientar y conformar la vida humana: la cultura, la ética y la religión. Pero los profesores son también la primera solución: la lucidez intelectual y el coraje moral, la razón teórica y el empeño profesional, la ejercitación crítica y la propuesta de cada uno en su diario puesto de trabajo y de todos como conciencia social y moral, son la condición necesaria para superar una invasión ideológica y sustraernos a una decadencia de lo personal que está amenazando la vida humana.
Por eso hay que devolver la confianza profesional y alentar la responsabilidad pública a los profesores, como maestros, educadores, alma de la ciudadanía, y no sólo como técnicos de saberes especializados y profesionales de campos que funcionan al margen de las personas que los reciben.
"Si la educación es un impulsar el alma ajena
para que se encuentre a sí misma, es preciso
que quien impulsa lleve completamente firme
su propia seguridad. O con otras palabras:
debe llegar a ser uno mismo la vida grande
y sagrada, si uno quiere despertarla en otro.
Eduard Spranger
El profesor es, hoy en día, el elemento más débil del sistema educativo. Se encuentra en una posición de subordinación ante los alumnos, los padres, el colegio, la burocracia administrativa, la injerencia política y de otros factores.
Es evidente que la situación de debilidad del profesorado tiene que ver con su ejercicio profesional. Es el estatus profesional del profesor el que se ha deteriorado, repercutiendo en la debilidad. Sin embargo, el malestar del profesorado no afecta solo a cuestiones académicas u organizativas del sistema educativo, sino a la dificultad y el desasosiego que está viviendo él mismo, el profesor, en el desarrollo de su trabajo.
En el contexto de la investigación pedagógica y educativa, el fenómeno de la crisis del profesorado no ha pasado desapercibida. Al contrario. Son numerosos los estudios que actualmente tratan esta problemática.
La mayoría parten de una hipótesis: la crisis que sufre el profesorado (desmotivación) y la ineficacia del sistema educativo (fracaso escolar) tiene su causa en el desajuste entre profesor y sociedad; la ineficacia del sistema educativo para responder a los nuevos retos sociales, así como la desmotivación profesional, se debe a la inadaptación del educador ante los cambios sociales. De una parte, según estos estudios, no ha logrado adaptarse al nuevo modelo de aprendizaje, y en su lugar, sigue reduciendo el aprendizaje al libro de texto. De otro lado, se afirma, el profesorado arrastra el rol tradicional, ejerciendo su actividad individual y autoritariamente.
No obstante, como afirma P. Ortega: Hoy empieza a verse que el problema en educación no es tanto saber "cómo enseñar" cuando poner nombre a "qué enseñar y para qué". El problema al que se debe dar respuesta no es sólo didáctico, es ante todo antropológico y ético. (.) En conclusión, lo esencial que se busca es qué hombre y qué sociedad queremos construir, aquí y ahora.
Página siguiente |