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La cuarta clave musical. Teoria de la clave de transposición musical y tonalidad libre


Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Función
  3. Clave de transposición musical
  4. Función del punto de referencia
  5. Ubicación del punto de referencia
  6. La clave de transporte en tonalidades mayores
  7. La clave de transporte en tonalidades menores
  8. La clave de transporte en la modulación
  9. Esquemas modulatorios con bemoles de estructura
  10. La modulación en tonalidades menores
  11. Las claves tradicionales tomadas como clave de transporte
  12. Algunas anotaciones

INTRODUCCION

La clave de transposición musical y tonalidad libre surge a raíz de la necesidad de impulsar nuevas formas de composición e interpretación musical donde se pueda aprovechar al máximo las posibilidades sonoras y tonales, de tal manera que una obra pueda interpretarse abandonando la posibilidad única y la especificación con que las claves tradicionales han marcado el derrotero interpretativo de las composiciones musicales.

Permítanme tomar un gran párrafo del tratado de armonía III de Joaquín Zamacois.

"Es cierto que a través del tiempo, la música ha sufrido innumerables cambios, pero hay unos que han predominado por siglos y otros que han sucumbido en el implacable paso de la transformación musical, se han creado cantidad de tendencias, escuelas, estilos, épocas y es indudable que la música ha evolucionado.

Claro está que los cambios se han dado más por las genialidades de los grandes compositores que por las genialidades de los grandes pedagogos. Los métodos y técnicas en la enseñanza musical son insuficientes frente a la gran necesidad de crear nuevas formas".

Veamos a saltos agigantados la evolución de la música y desde luego de las técnicas de escritura musical.

"La homofonía de los pueblos primitivos, el organum, la diafonía, el discantus, el fabordón empiezan un largo camino evolutivo de la música hasta su pleno apogeo en el siglo XVI donde se dieron aspectos fundamentales como Tonalidad (antiguas escalas Griegas), acordes (Los de tres sonidos). En el siglo XVII las escalas Griegas y Gregorianas ceden el puesto a la que nosotros llamamos tonalidad clásica de acuerdo con el proceso evolutivo. Los instrumentos musicales fueron apareciendo tímidamente durante el reinado de la polifonía y conquistaron lugares muy importantes dando origen a estilos propios de escritura y géneros de composición enriqueciendo las formas armónicas y contrapuntísticas. La calidad sonora instrumental abre paso a las tonalidades Mayores y menores, aparecen las modulaciones tonales y se ejecutan básicamente acordes mayores, menores y los de séptima de dominante. Luego el cromatismo empieza a florecer dentro de la tonalidad clásica paulatinamente, la contextura melódica se basa en tres funciones tonales firmemente establecidas la de subdominante, la de dominante y la de tónica. En el romanticismo se deja sentir con impresiones deliberadas que aspiran a dar sensaciones de lejanía, de poesía, de interrogaciones mostrando la armonía en función del efecto. La intervención de las notas extrañas enriquece la armonía en sus encuentros disonantes con los acordes dentro de los cuales se desenvuelven. La orquesta amplía sus medios de acción y con ello su lenguaje expresivo. La influencia Wagneriana hizo que el lenguaje armónico y orquestal subiera extraordinariamente de tono. La gran mayoría de los que cultivaban este género en su estilo especialmente melódico, enriquecieron cada vez más sus armonizaciones. Las escuelas nacionalistas buscan en el folclor y en sus antiguos cantos religiosos la expresión meloarmónica de su música. Luego ni las disonancias ni los acordes están obligados a movimientos resolutivos determinados; es la sonoridad del conjunto que forma el acorde en bloque lo que interesa. Hay una marcadísima tendencia a emplear acordes nuevos. Su estilo de escritura es de amplio sentido vertical, desprovisto de contrapuntismos y confiando en la expresividad derivada del efecto del acorde. Se emplean abundantes sucesiones prohibidas por la armonía tradicional. A partir de allí se declara la libertad absoluta en el manejo de la composición sin más reglas que las que su inspiración creadora le dicte. La música moderna considera agotado el sistema tonal clásico y se adopta una serie de doce sonidos distintos (escala cromática) distribuidos como base de la melodía, la polifonía y la armonía de una composición. Esto es producto del afán desmedido de evolucionar pero sin causas concretas, se confunde la atonalidad con una forma de escritura musical libre, pero poco a poco la modernidad vuelve a encausarse por las formas tonales si entendemos que donde hay secuencias armónicas y melodía siempre estará enmarcada en un hilo tonal predominante donde juegan un papel importante las modulaciones, los cromatismos, las disonancias, el efecto y en fin todo lo que la inspiración del compositor muestra, dejando ver el sentido tonal con todos estos aspectos" (Tomado de Tratado de armonía III de Joaquín Zamacois).

Seguramente la capacidad técnica de la estructura gramatical se ha colmado, y es que es una verdadera proeza que las claves tradicionales hayan aguantado tantos siglos, moviéndose dentro de una estructura fija, desperdiciando la exploración de diferentes posibilidades sonoras y tonales. A toda esta época quiero llamarla "LA ÉPOCA DEL FIJISMO MUSICAL".

Con la aparición de "LA CLAVE DE TRANSPOSICIÓN MUSICAL Y TONALIDAD

LIBRE" (o clave móvil) que, a mi parecer, reúne todas las características técnicas necesarias para emprender el vuelo en la creatividad musical, podemos darle la bienvenida a la "ÉPOCA DE LA MÚSICA MOVIL". y abrir nuevos caminos, estilos, técnicas y géneros de composición e interpretación musical.

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