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Tema principal
La alienación y el sinsentido de los Buendía y el progreso y la decadencia de Macondo.
ARGUMENTO
La historia de la familia Buendía-Iguarán, desde el momento en que el pirata inglés Francis Drake asaltó a Riohacha hasta que nació un niño con cola de cerdo y, su padre, Aureliano Babilonia Buendía descifró los pergaminos del Melquíades que predecían el destino y la desaparición de Macondo.
Resumen
En el siglo XVI, luego de que el pirata Francis Drake incursionara en La Guajira, los antepasados de Úrsula Iguarán se trasladaron a una ranchería indígena en las estribaciones de la sierra nevada de Santa Marta, la cual convirtieron en el pueblo más próspero de la región. Allí crecieron Úrsula Iguarán y José Arcadio Buendía, primos entre sí, los cuales se casaron sin la completa aprobación de sus familias por temor a que engendraron iguanas.
Por los temores de Úrsula, infundidos por su madre, no se consumó el matrimonio en los primeros meses, lo cual generó comentarios sobre la virginidad de Úrsula y la presunta impotencia de José Arcadio Buendía; quien se ofendió y asesinó con una lanza al gallero Prudencio Aguilar, luego de que éste, al término de una pelea de gallos que perdió, le dijera que de pronto el gallo ganador sí le haría el favor a su mujer. Esa noche consumaron el matrimonio, así los dos parieran iguanas.
Úrsula y José Arcadio Buendía, acosados por el remordimiento de conciencia y las apariciones nocturnas del espectro de Prudencio Aguilar, decidieron marcharse del pueblo, en compañía de otras familias. Antes de partir José Arcadio Buendía mató todos sus gallos de pelea con la misma lanza y prohibió que en adelante se hablara de gallos de riña.
Fue así como, después de atravesar la sierra, lo cual les llevó cerca de tres años, llegaron a una región cenagosa, a la orilla de un río pedregoso, y allí fundaron a Macondo. Durante el recorrido nació José Arcadio. A partir de entonces comienza a crecer la dinastía de los Buendía Iguarán, lo mismo que las otras familias y a desarrollarse Macondo, que había sido estratégica e inteligentemente diseñado por José Arcadio Buendía que, al principio, era un hombre muy ingenioso, industrioso, emprendedor y trabajador.
A medida que Macondo se iba poblando, extendiendo y progresando, luego de haber sido una aldea de veinte casas de bravo y cañabrava, llegaron los gitanos, los comerciantes, los árabes, el corregidor Apolinar Moscote, la iglesia católica, la guerra, el telégrafo, las tejas de cinc, los juguetes, los instrumentos musicales, el teatro, la escuela, los carnavales, el tren, la energía eléctrica, el cine, el automóvil y otros adelantos de la ciencia moderna, y una compañía bananera gringa. Al principio no había cementerio porque nadie había muerto allí. El primer ser humano que nació en Macondo fue Aureliano Buendía, más tarde el coronel Aureliano Buendía.
Los gitanos, encabezados por Melquíades (que visitaban Macondo todos los años, por el mes de marzo, llevando los nuevos inventos), llevaron bolas de vidrio para el dolor de cabeza, el imán, el catalejo, la lupa, el hielo, las esteras voladoras y otros artilugios que en esa época no eran conocidos en el pueblo, y sus habitantes quedaron profundamente impresionados por la novedad de éstos. Fue, precisamente, Melquíades quien redactó en escritura cifrada los pergaminos donde se profetizaba el destino de Macondo, y le regaló a José Arcadio Buendía un laboratorio de alquimia, en el cual trabajó con entusiasmo. Mientras Úrsula fabricaba animalitos de caramelo, José Arcadio Buendía se entregó de llenó al laboratorio y se volvió haragán y hacía y decía cosas de loco. Después llegaron los comerciantes y los árabes cambiando chucherías por guacamayos; en su honor llamaron un lugar como la Calle de los Turcos.
José Arcadio Buendía (hijo), antes de marcharse con los gitanos, ya que se enamoró de una gitana (a la que consideró como la mujer más bella del universo), cohabitó temporalmente con Pilar Ternera, una mujer que adivinaba la suerte con las cartas, y tuvieron un hijo que ésta entregó a Úrsula, quien lo llamó José Arcadio (pero que sólo se conoció con el nombre de Arcadio), y del cual Úrsula prohibió que se revelara su identidad y parentesco. Los gitanos con los que se fue José Arcadio fueron considerados "como mensajeros de la concupiscencia y la perdición" y cuando regresaron no se les permitió instalarse en el pueblo ni pisarlo en el futuro. Tiempo después Aureliano también tendría un hijo (Aureliano José) con Pilar Ternera, que también fue criado por Úrsula, Rebeca y Amaranta.
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