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Sea la luz

Enviado por Jesús Castro


  1. Acción progresiva
  2. Comparación de traducciones
  3. Corrección de equivocaciones

Este artículo pretende contestar lo más satisfactoriamente posible la siguiente pregunta, basada en el versículo 3 del capítulo 1 del Génesis: ¿En qué sentido dijo Dios: "Llegue a haber luz"?

El capítulo 1 del Génesis, versículo 3, dice, según la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras (conteniendo notas marginales y referencias), edición de 1987: «Y Dios procedió a decir: "Llegue a haber luz". Entonces llegó a haber luz».

Lo que queremos elucidar aquí es si la expresión "Llegue a haber luz", o también: "Sea la luz", que aparentemente está en modo imperativo, se refiere a una orden con la expectativa de resultados inmediatos o no; es decir, si se trata de un deseo divino que exige un cumplimiento o desenlace instantáneo, o, por el contrario, contempla un desarrollo progresivo en la forma de proceso gradual.

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Acción progresiva.

La Traducción del Nuevo Mundo con Referencias y Notas Marginales, en sus páginas 1571 y 1572, apéndice 3C (titulado: Verbos hebreos que indican acción continua o progresiva), explica lo siguiente: «El verbo hebreo tiene dos estados, el estado perfecto y el estado imperfecto. El estado perfecto indica acción terminada. El estado imperfecto indica acción incompleta o continua, o acción en progreso. En Génesis 1:1 "creó" es, en hebreo, un verbo en el estado perfecto, y muestra que la acción de crear los cielos y la tierra se completó. En Génesis 2:2 "procedió a descansar" es, en hebreo, un verbo en el estado imperfecto, que indica una acción incompleta o continua, o acción en progreso [Nota: el texto de Génesis 2:2 se refiere al séptimo día creativo de Dios, del que se dice que Dios procedió a descansar, esto es, que todavía continúa cumpliéndose dicha acción de descansar. Por lo tanto, la conclusión obvia es que el Creador seguía descansando de su obra creativa terrestre por lo menos para el tiempo en que se escribieron las primeras palabras del Génesis]… El estado imperfecto del verbo hebreo podría verterse al español empleando palabras auxiliares como "procedió a", "pasó a", "continuó", etc. y mediante el pretérito imperfecto [Por ejemplo: Había, hubiera o hubiese].

En cuanto a la característica fundamental del estado imperfecto en hebreo, James Washington Watts escribió en su obra A Distinctive Translation of Genesis, Grand Rapids, Michigan (1963), páginas 129 y 130: "La característica fundamental de todos los imperfectos es lo inacabado o incompleto de lo implicado. A continuación presentamos Génesis 1:3 según tres versiones diferentes: la traducción de Benjamin Wills Newton, la Traducción del Nuevo Mundo y la traducción de James Washington Watts.

Traducción de Benjamin Wills Newton (1888) (Los corchetes son de él): "Y Dios procedió a decir [futuro]: Que la Luz llegue a ser, y la Luz procedió a llegar a ser [futuro]". Traducción de James Washington Watts (1963) (Los corchetes son de él): "Después Dios procedió a decir: `Haya luz´; y gradualmente llegó a existir la luz". Traducción del Nuevo Mundo en español (1967): "Y procedió Dios a decir: `Llegue a haber luz´. Entonces llegó a haber luz"».

La expresión «Y Dios procedió a decir: "Llegue a haber luz"», de Génesis 1:3, que incluye el verbo hebreo en estado imperfecto "wai·yó·mer" (procedió a decir), presenta el primero de más de 40 casos, dados en el capítulo 1 del Génesis, en donde la acción es progresiva y ésta viene indicada mediante un estado verbal imperfecto. En consecuencia, todo esto significa algo así como: Y Dios procedió a estar diciendo (por centenares o miles de años, como si la frase imperativa divina durara toda esa cantidad de tiempo): "Haya progresivamente luz"; y gradualmente llegó a existir la luz.

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Comparación de traducciones.

Seguidamente, por orden de fechas (de más reciente a menos reciente), presentamos diversas maneras en las que cada traducción de las Santas Escrituras vierte el texto de Génesis 1:3:

Año 2009. Santa Biblia de Reina-Valera: "Dijo Dios: Haya luz, y hubo luz".

Año 2005. La Biblia en la versión La palabra de Dios para todos (PDT). Centro Mundial de Traducción de la Biblia. El editor de esta versión es el lingüista Rafael Serrano: "Dios dijo: «Que haya luz», y hubo luz".

Año 1999. Miami, EEUU. Nueva Versión Internacional (NVI). Equipo compuesto de biblistas de más de 10 países hispanohablantes. Editor: Luciano Jaramillo, biblista colombiano: "Y dijo Dios: «¡Que exista la luz!» Y la luz llegó a existir".

Año 1986. La Biblia de las Américas (LBLA). Publicada por la Fundación Lockman: "Y dijo Dios: Sea la luz. Y hubo luz".

Año 1980. Argentina. El libro del pueblo de Dios. Publicado bajo la dirección de Armando Levoratti y A.B. Trusso: "Entonces Dios dijo: «Que exista la luz». Y la luz existió".

Año 1979 (hay una revisión del año 1994). Dios Habla Hoy (DHH) o Versión Popular. Traducción realizada por las Sociedades Bíblicas Unidas con la colaboración de eruditos católicos: "Entonces Dios dijo: "¡Que haya luz!" Y hubo luz".

Año 1979. Sagrada Biblia. Elaborada por los eruditos católicos más destacados de su tiempo a cargo de F. Cantera y M. Iglesias: "Dijo Dios: Haya luz, y hubo luz".

Año 1972. Biblia Latinoamericana, edición pastoral para Latinoamérica. Traducida por un equipo dirigido por monseñor Ramón Ricciardi y Bernardo Hurault: "Dijo Dios: «Haya luz», y hubo luz".

Año 1966. Biblia de Jerusalén. Equipo de estudiosos de la Escuela Bíblica de Jerusalén. Traducida al castellano en 1967. París-Bilbao-Madrid: "Dijo Dios: «Haya luz», y hubo luz".

Corrección de equivocaciones.

La revista Despertad de Septiembre-2006, publicada por la Sociedad Watchtower Bible and Tract, páginas 18 a 20, comenta: «Muchas personas afirman que la ciencia refuta el relato bíblico de la creación. Pero lo que la ciencia de verdad contradice no es la Biblia, sino las opiniones de varios grupos de los llamados fundamentalistas cristianos. Algunos de éstos aseguran equivocadamente que, según las Sagradas Escrituras, el universo material fue creado en seis días de veinticuatro horas hace unos diez mil años. La Biblia no respalda tal afirmación. Si lo hiciera, muchos descubrimientos científicos de los últimos cien años la desacreditarían. Al analizar cuidadosamente el relato bíblico se ve que no hay conflicto entre éste y los hechos científicos demostrados…

El relato de Génesis se inicia con una declaración sencilla y contundente: "En el principio Dios creó los cielos y la tierra" (Génesis 1:1). Los eruditos bíblicos coinciden en que la acción aquí descrita es distinta a lo que ocurrió en los días creativos mencionados a partir del versículo 3. Este hecho tiene una gran trascendencia. Implica que, de acuerdo con la primera frase de la Biblia, el universo, incluido el planeta Tierra, ya existía desde tiempos indefinidos antes del comienzo de los días creativos.

Los geólogos cifran la antigüedad de la Tierra en unos cuatro mil millones de años, y los astrónomos calculan que la del universo puede alcanzar los quince mil millones. ¿Contradicen dichas cifras —o las que quizás se ofrezcan en el futuro— lo que afirma Génesis 1:1? No, pues la Biblia no especifica la antigüedad de "los cielos y la tierra". De modo que la ciencia no refuta el relato bíblico…

¿Qué puede decirse de los días creativos? ¿Duraron sólo veinticuatro horas? Algunos aseguran que como Moisés —el escritor de Génesis— indicó posteriormente que el día que siguió a los seis días creativos sirvió de modelo para el sábado semanal, cada uno de esos días tiene que haber durado veinticuatro horas (Éxodo 20:11). ¿Respaldan las palabras utilizadas en el relato de Génesis esta conclusión?

En realidad, no. Lo cierto es que la palabra hebrea que se traduce "día" puede aludir a períodos de tiempo de duración diversa, no sólo de veinticuatro horas. Por ejemplo, cuando Moisés resume la historia de la creación, se refiere a los seis días creativos como si fueran uno solo (Génesis 2:4). Por otra parte, en el primero de esos días, "Dios empezó a llamar a la luz Día, pero a la oscuridad llamó Noche" (Génesis 1:5). En este caso, el término "día" sólo alude a parte de un período de veinticuatro horas. Queda claro que la afirmación de que cada día creativo duró veinticuatro horas es arbitraria, carece de base bíblica.

¿Cuál fue entonces la duración de esos días? La forma en que se redactaron los capítulos 1 y 2 de Génesis indica que se trata de períodos de tiempo muy extensos…

Moisés escribió su relato en hebreo y desde la perspectiva de alguien que está en la Tierra. Estos dos factores, sumados al hecho de que el universo ya existía antes del comienzo de los períodos o "días" creativos, ayudan a resolver gran parte de la polémica que rodea al relato de la creación. ¿De qué manera?

Un análisis cuidadoso de la narración de Génesis revela que algunos acontecimientos, aunque se iniciaron en un "día" concreto, se prolongaron durante uno o más de los días siguientes. Por ejemplo, antes de que comenzara el primer "día" creativo, ya existía el Sol, pero algo —posiblemente nubes densas— impedía que su luz alcanzara la superficie de la Tierra. En el transcurso del primer "día", dicha barrera comenzó a disiparse, permitiendo el paso de luz difusa a través de la atmósfera.

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Durante el segundo "día", la atmósfera siguió despejándose, y se formó una expansión entre las densas nubes y el océano. Al cuarto "día" se había despejado tanto que el Sol y la Luna aparecieron "en la expansión de los cielos" (Génesis 1:14-16). Dicho de otro modo, el Sol y la Luna ya se podían divisar desde la Tierra. Estos acontecimientos ocurrieron de forma progresiva. El relato de Génesis también explica que en el quinto "día" continuó aclarándose la atmósfera y empezaron a aparecer criaturas voladoras, entre ellas animales con alas membranosas e insectos…

Como hemos visto, la Biblia se expresa de tal forma que deja abierta la posibilidad de que en cada "día", o período creativo, se produjeran varios acontecimientos importantes de manera gradual, no instantánea, y de que algunos se prolongaran incluso hasta los siguientes "días" creativos…

Contrario a lo que afirman algunos fundamentalistas, Génesis no enseña que el universo, incluidos la Tierra y todos los seres que la habitan, haya sido creado en un corto período de tiempo en un pasado relativamente reciente. En realidad, la descripción que ofrece Génesis de la creación del universo y de la aparición de la vida en nuestro planeta concuerda con muchos de los últimos descubrimientos científicos…

Cuando se explica lo que ocurrió el primer "día", la palabra hebrea utilizada para "luz" es "ohr", que significa luz en sentido general, mientras que al hablar del cuarto "día" se emplea [el vocablo] "ma·óhr", que se refiere a la fuente de la luz».

 

 

Autor:

Jesús Castro