Para trabajar la aceptación existen tres estrategias centrales:
La unión empática La separación unificada La tolerancia
El objetivo de las dos primeras estriba en unir a la pareja alrededor del problema; es decir, que el problema sirva para generar más intimidad. En la última la meta consiste en transformar en menos dolorosas las conductas negativas del compañero.
En la unión empática se pretende generar aceptación a través de poner en contacto la conducta de un miembro de la pareja con su historia personal. Es decir, lo que se hace es contextualizar el comportamiento que la otra persona considera problemático dentro de la formulación que se hizo del problema. Así, la conducta negativa es vista como parte de sus diferencias. Para ello Jacobson y Christensen (1996) hacen referencia a la fórmula de la aceptación: DOLOR + ACUSACIÓN = CONFLICTO DOLOR – ACUSACIÓN = ACEPTACIÓN
Se promueve la expresión de lo que los autores llaman expresiones “blandas”, en vez de expresiones “duras”, que llevan a la confrontación por la ira, culpa o el resentimiento y que indican una diferencia en el poder y el control. Las expresiones “blandas”, en cambio, muestran la parte más vulnerable de la persona al reflejar sentimientos de dolor, temor, etc. Este tipo de expresiones son más adecuadas para generar intimidad. Para que ésta surja es necesario que haya reforzamiento de conductas interpersonales de vulnerabilidad.
La expresión de conductas de vulnerabilidad y su reforzamiento por parte de otro es lo que define un evento íntimo (Cordova, 2003). El terapeuta anima a la pareja a manifestar sentimientos que no son expresados habitualmente y que se supone elicitan una respuesta más empática por parte del oyente (Christensen, Sevier, Simpson y Gattis, 2004). Así, al final, el principal objetivo de la TIP es transformar las situaciones de crisis de la pareja en “vehículos para la intimidad” (Jacobson y Christensen, 1996).
La separación unificada consiste en ayudar a la pareja a que enfrenten juntos el problema.
Es decir, se trataría de que cuando se produce un incidente negativo sean capaces de hablar de él como algo externo a la relación, como si fuera un “ello”.
Las estrategias de tolerancia se utilizan cuando no han funcionado las estrategias de aceptación, de forma que aunque el objetivo sea la aceptación, es mejor que se toleren a que no se acepten siquiera. El fin es hacer que la pareja se recupere más rápido del conflicto. Existen tres tipos de técnicas con las que se promueve la tolerancia:
Role playing de la conducta negativa en la sesión Imitación de la conducta negativa en casa, y Habilidades de auto-cuidado.
Aparte del trabajo en aceptación y tolerancia, la TIP sigue recurriendo a estrategias de intercambio conductual y entrenamiento en habilidades de comunicación y resolución de problemas. En la TIP se emplean después de que se ha trabajado en aceptación, en vez de hacerlo al principio de la terapia.
Eficacia de la TIP En un primer estudio de eficacia llevado a cabo por Cordova, Jacobson y Christensen (1998) se comparó cómo afecta a la comunicación de la pareja en sesión el uso de la TIP en vez de la TPCT. Se encontró que la TIP produce un aumento de la frecuencia de la comunicación de los problemas “irresolubles” sin culpabilizar u obligar al cambio, así como menos implicación en patrones destructivos. Además, al final de la terapia se observa un mayor número de expresiones “blandas” en parejas que habían recibido TIP.
En conclusión, se ha comprobado que la TIP es un tratamiento que incluye como componente central de la intervención la aceptación emocional con el fin de transformar los problemas en vehículos para crear más intimidad.
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