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Lipoproteínas sanguíneas: tipos e importancia

Enviado por juanairis_bruno


Partes: 1, 2

    1. Definición
    2. Características
    3. Composición
    4. Lípidos que se trasportan en el plasma
    5. Principales funciones
    6. Clasificación
    7. Metabolismo de las principales lipoproteínas
    8. Otras lipoproteínas
    9. El colesterol y los triglicéridos
    10. Enfermedades debido al desequilibrio de lipoproteínas
    11. Conclusiones
    12. Bibliografía

    1. Introducción

    En este trabajo explicaremos lo complejo que puede resultar el organismo humano con referencia a las lipoproteínas, que son conjugados de proteínas y lípidos, especializadas en el transporte de los últimos.

    También nombraremos su clasificación (de acuerdo a su densidad), la importancia de cada uno de los tipos de lipoproteínas, sus metabolismos y funciones.

    Como ya se sabe, en el complejo mundo de las lipoproteínas, cualquier variación del valor normal y deseado en ellas, causará un mal a la persona. Por lo que en este trabajo se explicarán las más importantes enfermedades, sus características, causas y síntomas

    2. Definición

    Son macromoléculas compuestas por lípidos y proteínas, encargadas del transporte. Cuya función es envolver los líquidos insolubles en el plasma provenientes de: los alimentos (exógenos) y los sintetizados por nuestro organismo (endógenos), que son transportados desde el intestino y el hígado a los tejidos periféricos y viceversa; devolviendo el colesterol al hígado para su eliminación del organismo en forma de ácidos biliares.

    Más del 95% de todos los lípidos del plasma está en forma de lipoproteínas, que son pequeñas partículas muchos más pequeñas que los quilomicrones pero de una composición similar desde el punto de vista cualitativo.

    Nuestro cuerpo tiene más cantidad de unos componentes que de otros, los cuales se clasifican de la siguiente manera:

    Los alimentos ricos en ácidos grasos saturados son:

    Leche entera -crema -helados

    Quesos de crema entera -yema de huevo 

    Tocino -mantequilla -sebo

    Manteca -jamón -carne de cerdo

    Chocolates- pasteles -galletas 

    Los alimentos ricos en ácidos grasos insaturados son:

    Aceites vegetales margarina liquida pescado

    Las lipoproteínas las podemos dividir en:

    • Lipoproteínas de muy baja densidad
    • Lipoproteinas de baja densidad
    • Lipoproteinas de densidad intermedia
    • Lipoproteinas de alta densidad

     

     Su importancia radica en el conocimiento de la homiostasis del colesterol que puede comprenderse revisando las consecuencias que tienen las concentraciones plasmáticas elevadas de colesterol cuando se mantiene de forma prolongada. Si las concentraciones de colesterol son demasiado altas para su posterior eliminación hacia el torrente sanguíneo, estas células quedan repletas de depósitos grasos, que luego se endurecen formando una placa, y finalmente obstruyen vasos sanguíneos causando infartos, o sea, ataques cardiacos.

    Tanto el colesterol como los triglicéridos son transportados en sangre formando parte de moléculas llamadas lipoproteínas. Estas lipoproteínas están constituidas además por fosfolípidos, colesterol, proteínas y apolipoproteínas.

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    3. Características

    En muchas de las proteínas que están asociadas covalentemente con lípidos, los ácidos grasos, fosfolípidos, o glucolípidos, están covalentemente unidos a la proteína cerca de cualquiera de sus términos (amino o carboxilo terminal). Por el contrario, las lipoproteínas consisten de lípidos no unidos covalentemente a proteínas. Las lipoproteínas funcionan como transportadores de lípidos (colesterol y triacilglicéridos) en la sangre.

     Las lipoproteínas del plasma, consisten de un núcleo no polar de triacilglicéridos y ésteres de colesterol rodeado de una mezcla anfifílica de proteínas, fosfolípidos, y colesterol. La lipoproteínas se clasifican de acuerdo a sus propiedades funcionales y físicas en cinco categorías:

     Lipoproteína lípidos principales Apoproteínas Densidad Diámetro

    (g·cm-3) (Å)

    Quilomicrones TAG de la dieta A-I,A-II,B-48,C-I, < 0.95 800-5000

    C-II,C-III,E

    VLDL TAG endógenos, B-100,C-I, 0.95-1.006 300-800

    ésteres de colesterol, C-II,C-III, E

    colesterol

    IDL ésteres de colesterol, B-100, C-III,E 1.006-1.019 250-350

    colesterol, TAG

    LDL ésteres de colesterol, B-100 1.019-1.063 180-280

    colesterol, TAG,

    HDL ésteres de colesterol, A-I, A-II, C-I, 1.063-1.210 50-120

    colesterol C-II, C-III,D,E 

    Tabla: principales lipoproteínas en suero humano

    TAG: triacilglicéridos

      Existen cuatro clases de lipoproteínas en el plasma humano. Estas son las HDL (lipoproteínas de alta densidad), LDL o LDL2 (lipoproteínas de baja densidad), IDL o LDL1 (lipoproteínas de densidad intermedia) y VLDL (lipoproteínas de muy baja densidad). Además, en el plasma aparecen después de la ingesta de grasas, los quilomicrones, que son partículas lipídicas con pequeñas cantidades de proteína, que presentan una densidad menor a las VLDL.

     La densidad de una partícula de lipoproteína es determinada a partir de la densidad de una sol en la cual la lipoproteína flota en un experimento de ultracentrifugación o a partir de su velocidad de flotación. La velocidad de flotación para una partícula de lipoproteína bajo condiciones estándar (la densidad de una solución de NaCl es de 1.063) esta en unidades de Svedvergs (Sf). El coeficiente de flotación no está determinado para las HDL, es de 0-12 Sf para LDL, de 12-20 Sf para IDL, de 20-400 Sf para VLDL y mayor a 400 Sf para los quilomicrones.

     En cuanto a las lipoproteínas, se pueden hacer las siguientes generalizaciones:

    1. el tamaño y el peso molecular de los complejos,
    2. el porcentaje de triacilglicéridos en el complejo, y
    3. la relación lípido-proteína en el complejo, decrecen al incrementarse la densidad de la lipoproteína.

     El contenido de colesterol es mayor en las LDL (45%).

     Considerando el decremento en la relación lípido-proteína con el incremento en la densidad de la lipoproteína, el porcentaje de proteína en el complejo varía de un valor bajo en los quilomicrones (2%) a uno alto en las HDL (50%).

     Si las proteínas componentes de las lipoproteínas, se separan de los componentes lipídicos por extracción de los lípidos con solventes orgánicos, las proteínas aisladas (apoproteínas o apolipoproteínas), identificadas inmunológica o químicamente resultan ser de varios tipos (ver Tabla).

    4. Composición

    Tanto el colesterol como los triglicéridos son transportados en sangre formando parte de moléculas llamadas lipoproteínas. Estas lipoproteínas están constituidas además por fosfolípidos, colesterol, proteínas y apolipoproteínas.

    En su conjunto, las lipoproteínas conservan una concentración de lípidos en sangre de unos 500 mg de lípidos totales en 100 ml de sangre. De estos 500, 120 mg son triacilgliceroles (TAG), 220 mg es colesterol y 160 mg es fosfolípido.

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    Las lipoproteínas consisten de un centro de lípidos hidrofóbicos rodeado por una cubierta de lípidos polares lo que, a su vez, está rodeado por una cubierta de proteína. Las proteínas que se utilizan en el transporte de los lípidos son sintetizadas en el hígado y son denominadas «apolipoproteínas» o «apo». Hasta 8 apolipoproteínas pueden estar involucradas en la formación de la estructura de una lipoproteína. Las proteínas son llamadas Apo A-1, Apo A-2, Apo B-48, Apo C-3, etc.

    5. Lípidos que se trasportan en el plasma y concentraciones de lipoproteínas en el plasma

    – Lípidos que se transportan en el plasma

    El transporte de lípidos a través del cuerpo humano

    Los lípidos no pueden movilizarse en los fluidos corporales debido a su naturaleza hidrofóbica. Por ello, para permitir su transporte en el organismo, son combinados con proteínas llamadas betaglobulinas para formar lipoproteínas. Una vez que los lípidos han sido absorbidos a través del intestino, se combinan en el plasma sanguíneo con cadenas de polipéptidos para producir una familia de lipoproteínas distinta, las que son clasificadas en función de su densidad, determinada mediante centrifugación. Como los lípidos son mucho menos densos que las proteínas, se observa una relación inversa entre el contenido de lípidos y su densidad; por ejemplo, un alto contenido de lípidos significa partículas de baja densidad.

    – Concentraciones de lipoproteínas en el plasma

    El nivel de los lípidos en el plasma es el indicador clínico más comúnmente usado para medir el riesgo potencial de alguna enfermedad cardiovascular prematura. Los niveles de triglicéridos, colesterol y colesterol-HDL post-ayuno también pueden ser usados para identificar posibles anormalidades. Es característico de las mujeres la menor concentración de triglicéridos (80 mg/Dl.) respecto de la de los hombres (120 mg/Dl.); las mujeres también tienen más alto nivel de colesterol-HDL (55mg/Dl. versus 43 mg/Dl. para los hombres). El bebé recién nacido tiene niveles de triglicéridos y de colesterol total entre un medio y un tercio de los de un adulto. Los niveles de colesterol-HDL son relativamente altos en el recién nacido (35 mg/Dl.) en el que la proporción entre colesterol total y colesterol-HDL es igual a 2; en los adultos esa proporción es de 3,5 para las mujeres y de 4,6 para los hombres. Los niveles de lípidos en los infantes son, quizá, los «ideales»; al nacimiento, el colesterol total en plasma es bajo mientras que el colesterol-HDL es relativamente alto. Excepto en el caso de anormalidades genéticas, las paredes vasculares de los recién nacidos están libres de rastros de grasa. La acumulación de grasa aparece durante los primeros años de vida, indicando que la ingesta alimentaría y los factores ambientales probablemente influyen sobre la iniciación y la progresión de la aterosclerosis. Al nacimiento, no se observan diferencias entre bebés varones o mujeres ya que las hormonas sexuales tienen, aparentemente, una reducida influencia en esta etapa del desarrollo.

    Las apolipoproteínas (Apo) son componentes estructurales de las lipoproteínas plasmáticas que, que juegan un papel importante en la regulación del metabolismo. De las nueve apolipoproteínas que se conocen, todas difieren en su contenido de aminoácidos y su peso molecular; su concentración plasmática en individuos sanos se encuentra en el rango de 0.03 a 0.15 g/l. Las apolipoproteínas poseen una conformación molecular típica conocida como "alfa hélice anfipática", en la que su porción hidrofóbica integra un alto contenido de aminoácidos no polares y su porción hidrofílica integra los residuos polares de los aminoácidos que son abundantes. Cada estructura es esencial para la integridad de la lipoproteína, para que sea capaz de interaccionar con los lípidos de la porción hidrofóbica de la molécula de lipoproteínas e interaccionar simultáneamente con el ambiente acuoso. Basados en un criterio alfabético, las apolipoproteínas pueden agruparse en cuatro familias que incluyen miembros de diferente estructura, función y carácter metabólico.

    Apolipoproteínas A

    Las apolipoproteínas A son un grupo de proteínas distribuidas en forma variable sobre diferentes lipoproteínas; por ejemplo, la Apo A-I y Ia Apo A-II se encuentra principalmente en HDL, pero también en los quilomicrones. La Apo A-IV se encuentra en forma libre en el plasma o unida a lipoproteínas.

    Apolipoproteinas

    Peso molecular Kda

    Concentración en plasma g/l

    Función

    Apo AI

    28,000

    1.0 – 1.5

    Activar enzima LCAT

    Apo AII

    17,000

    0.3 – 0.5

    ?

    Apo AIV

    46,000

    0.15 – 0.20

    Secreción de quilomicrones y transporte reverso de colesterol.

    Apo B48

    250,000

    0.5

    Secreción de quilomicrones

    Apo B100

    513,000

    0.8 – 1.0

    Interacción con receptor LDL

    Apo CI

    6,500

    0.04 – 0.07

    Activación de LACT

    Apo CII

    8,500

    0.03 – 0.08

    Cofactor de LPL

    Apo AIII

    8,750

    0.8 – 0.15

    Inhibición de LPL y su receptor

    Apo E

    39,000

    0.03 – 0.06

    Interacción con receptor LDL y receptor Apo E

    La Apo A-I es la apolipoproteína más abundante en el plasma; está presente casi en forma total en HDL y constituye cerca del 90% y 60-70% de la fracción proteica en las subfracciones HDL2 y HDL3 respectivamente. Los niveles plasmáticos de Apo A-I son generalmente mayores en mujeres y correlacionan positivamente con la concentración de HDL-Colesterol. Esta correlación no es válida en sujetos con hipertrigliceridemia, en donde la fracción HDL está enriquecida con triglicéridos y casi ausente el colesterol. La Apo A-I es sintetizada inicialmente en el hígado e intestino como un precursor proteico, el cual es degradado hasta su forma madura en plasma, que es una simple cadena polipéptida que contiene 243 aminoácidos. Como el componente proteico de mayor concentración de HDL, participa activamente en el "transporte reverso de colesterol", actúa como activador de la enzima lecitin-colesterol-acetiltransferasa (LCAT), y como liga para el complejo receptor-HDL, localizado en el hepatocito y sobre diversas células periféricas. La apolipoproteína Apo A-II es el segundo componente proteico de mayor concentración de HDL, aunque está ausente en la subfracción HDL2, este mismo constituye la tercera parte como componente proteico de HDL3. La Apo A-II se encuentra en menor concentración en plasma respecto de Apo A-I, y los niveles plasmáticos no correlacionan con los niveles HDL-colesterol. Desde un punto de vista estructural, la Apo A-II es diferente al resto de las proteínas transportadoras de lípidos porque es la única apolipoproteínas plasmática presente en forma de dimero. La Apo A-II está formada de dos cadenas polipeptidicas de 77 aminoácidos, unidos por un enlace disulfuro de los residuos de cistina de la posición 6. La función especifica de la Apo-II no está claramente especificada, pero recientes estudios indican que interviene en la regulación de la actividad de la lipasa hepática. Sin embargo, una absoluta ausencia de Apo-A-II fue observada en una familia japonesa, no encontrándose asociación con algún trastorno metabólico o condición clínica significativa. Lo anterior confirma que la Apo A-Il tiene una reducida participación en el metabolismo de lípidos. La apolipoproteína A-IV se encuentra en concentraciones mínimas en el plasma y es aquí donde circula en forma libre, así como también se encuentra unida a los quilomicrones y HDLA (cerca del 50%). La Apo A-IV está constituida por una cadena polipeptidica compuesta de 376 aminoácidos, fuertemente conformada como una alfa-hélice de naturaleza anfipática, condición que es necesaria para unir los quilomicrones en las células del intestino y participar en el transporte reverso o contraflujo de colesterol, favoreciendo la interacción entre el HDL y las células.

    Apolipoproteína B

    La apolipoproteína B es una proteína con gran peso molecular, presente en los quilomicrones, lipoproteínas VLDL y LDL. Las concentraciones plasmáticas de Apo B se encuentran en el rango de 0.8 – 1.0 g/l en individuos normolipémicos. Su concentración es directamente correlacional con los valores de colesterol total y colesterol HDL. Dos formas moleculares llamadas Apo B100 y Apo B48, existen en plasma. La primera es una simple cadena polipeptidica de 4,536 aminoácidos; es una de las proteínas más grandes que existen en el plasma, sintetizada en el hígado y secretada dentro de VLDL. Esta es cuantitativamente mantenida durante la conversión de VLDL a IDL hasta LDL, de la cual es el único componente proteico. La Apo B 100 es indispensable para el acoplamiento de las partículas de lipoproteínas (VLDL). Esta juega un papel importante como molécula, ligando para LDL y su receptor. También participa en la regulación de los niveles de colesterol a nivel sanguíneo. La Apo B48 está constituida por una cadena polipeptidica de 2,152 aminoácidos (estos aminoácidos son similares a los de Apo B 100, por lo tanto, Apo B48 es el 48% similar con respecto de Apo B 100). Los niveles plasmáticos de Apo B48 en un sujeto normal en un periodo de ayuno, es de 50 veces menor respecto de la concentración de Apo B 100. Esta concentración tiene un remarcado incremento durante el periodo postprandial. La Apo B48 es sintetizada en el intestino y es una molécula esencial para la formación de quilomicrones.

    Apolipoproteína C

    Es una familia de proteínas de bajo peso molecular incluyendo la Apo C-I, C-Il y C-III. Las tres apolipoproteínas difieren en su peso molecular, composición de aminoácidos y su función. Las apolipoproteínas C son sintetizadas en mayor proporción en el hígado y en menor proporción en intestino; están presentes en lipoproteínas que integran en su mayor parte triglicéridos, tal es el caso de quilomicrones, VLDL, HDL. La Apo C en plasma tiene un importante papel, manteniendo el equilibrio dinámico entre HDL, quiomicrones y VLDL. La concentración plasmática en sujetos normales es muy bajo, 0.03 g/l para Apo C-II y 0.15 g/l para Apo C-III. Sólo se puede observar un incremento en periodos postprandiales y en pacientes con hipertrigliceridemia. Apo C-I es la apolipoproteína más pequeña; está compuesta de 57 aminoácidos. En procesos in vitro es capaz de activar la enzima lecitin-colesterol-acetiltransferasa (LCAT). Esta situación no indica que realice la misma función in vivo; sin embargo, la concentración y afinidad por la enzima es más elevada que la Apo A-I. Apo C-Il es un polipéptido de 79 aminoácidos, que está distribuido en forma variable de acuerdo a las diferentes clases de lipoproteínas. Esta juega un papel muy importante en la regulación del metabolismo de los triglicéridos; es en realidad, un cofactor esencial para la actividad de la lipasa lipoprotéica, enzima responsable de la hidrólisis de los triglicéridos presentes en las lipoproteínas, y es determinante en el catabolismo de lo quilomicrones y VLDL. Apo C-III está formado por 79 aminoácidos y está presente en plasma en su forma glicosilada. En relación a un análisis isoeléctrico, existen tres isoformas identificables C-III0, C-III1 y C-III2, dependiendo de las moléculas de ácido siálico a las que esté unido (la cual le sirve para favorecer su unión con su receptor o a otras moléculas). Apo C-II y C-III participan en la regulación de la lipasa lipoprotéica, generando un efecto de inhibición sobre ella.

    Apolipoproteína E

    La Apo E es un polipéptido de 299 aminoácidos, encontrándose en VLDL e LDL y como una subfracción de HDL llamada HDL1. La concentración plasmática en sujetos normales es de 0.03 – 0.07 g/l y se llega a incrementar 2 a 3 veces por hiperlipoproteinemia y en un padecimiento conocido como enfermedad beta-ancha, caracterizada por la presencia de una banda gruesa de lipoproteínas que emigra a la región pre-beta en un corrimiento electroforético. La Apo E se encuentra los humanos en tres isoformas reconocidas por análisis isoeléctrico, llamadas E2, E3 y E4. Las tres isoformas difieren una de otra por la sustitución de un simple aminoácido (arginina por cistina) en dos posiciones específicas de la secuencia de Apo E. La presencia de tres isoformas, cada una de ellas codificadas por un simple alelo, generan seis diferentes fenotipos, tres homocigotos (E2/E2, E3/E3 y E4/E4), y tres heterocigotos (E2/E3, E2/E4 y E3/E4), distribuidos en forma variable en la población. El fenotipo E3/E3 es el más común (60% de la población) y el E2/E2 es el más raro y sirve como criterio absoluto de hiperlipoproteinemia tipo III. La Apo E es reconocida por su receptor específico (presente en el hígado y responsable del catabolismo de los residuos de quilomicrones) y por el receptor LDL (que también une a Apo B 100) la isoforma E2 no es reconocida por ningún tipo de receptor.

    6. Principales funciones

    1) Los quilomicrones y las lipoproteínas de muy baja densidad (VLDL) transportan por el cuerpo

    -triacilgliceroles, provenientes de la comida

    -triacilgliceroles endógenos, producidos por el organismo

    2) LDL y HDL, transportan el colesterol proveniente de la comida y el endógeno.

    3) Las HDL y VHDL, transportan los fosfolípidos ingeridos y los endógenos.

    4) Contienen:

    – LDL: 50-70 por ciento del colesterol total sérico y ambos están directamente relacionados con los riesgos de enfermedades cardíacas o coronarias.

    – HDL: 20-30 por ciento del colesterol total; los niveles de HDL están inversamente relacionados con los riesgos de enfermedades cardíacas o coronarias.

    – VLDL: 10-15 por ciento del colesterol sérico total y la mayor parte de los triglicéridos en el suero post-ayuno; las VLDL son precursoras de las LDL; se presume que algunas formas de VLDL, en especial las VLDL residuales, son aterogénicas.

    5) Quilomicrones (densidad <1,006 kg/L)

    – aparecen en la sangre transitoriamente, luego de una comida de contenido graso y normalmente desaparecen por completo antes de 12 horas.

    – Son ricos en triglicéridos y responsables por el aumento postprandial (luego de comer) de los triglicéridos en el plasma aunque normalmente no tienen efecto importante sobre la concentración de colesterol total.

    6) Las lipoproteínas consisten de un centro de lípidos hidrofóbicos rodeado por una cubierta de lípidos polares lo que, a su vez, está rodeado por una cubierta de proteína. Las proteínas que se utilizan en el transporte de los lípidos son sintetizadas en el hígado y son denominadas «apolipoproteínas» o «apo». Hasta 8 apolipoproteínas pueden estar involucradas en la formación de la estructura de una lipoproteína. Las proteínas son llamadas Apo A-1, Apo A-2, Apo B-48, Apo C-3, etc.

    7) En su conjunto, las lipoproteínas conservan una concentración de lípidos en sangre de unos 500 mg de lípidos totales en 100 ml de sangre. De estos 500, 120 mg son triacilgliceroles (TAG), 220 mg es colesterol y 160 mg es fosfolípido.

    7. Clasificación

    Las lipoproteínas son conjugados de proteínas con lípidos, especializadas en el transporte de estos últimos y se dividen en varios grupos

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     Según su densidad:

    • HDL «High Density Lipoproteins»: Lipoproteínas de alta densidad ya que es mayor o igual a 1.063. Los aspectos notables de estas partículas son su alto contenido de proteína (50 %) y su relativamente alto contenido de fosfolípidos (30 %). Generalmente, las HDL son divididas en dos subclases: HDL2 y HDL3. Las HDL2 son grandes y menos densas; las HDL3 son menores y más densas. Estas se conocen como las protectoras. Ya que no permiten que las otras lipoproteínas que son las agresoras se peguen a las células y nos provoque daños en nuestro cuerpo.

    La HDL sirve para remover el colesterol de las paredes de las arterias y devolverlo al hígado. Niveles altos de HDL (superiores a 45 mg/dl) se considera que protegen las arterias del peligroso estrechamiento y, así, contribuyen a prevenir los ataques cardíacos. En un estudio, los niveles de HDL por debajo de 35 mg/dl fueron estrechamente predictivos de muerte por enfermedad arterial coronaria.

    Esta partícula contiene apolipoproteína A y participa en el proceso de transporte "inverso" de colesterol, como se ilustrará en la figura. El HDL se forma a partir de HDL naciente que coalesce para formar partículas discoidales ricas en apolipoproteínas que corresponde a la subfracción HDL3 (densidad 1.125 a 1.210). Esta partícula se transforma en la subfracción HDL2 esférica y menos densa (densidad 1.063 a 1.125) que se llena con ésteres de colesterol.

    El proceso de maduración de HDL (adquisión de colesterol HDL a partir de tejidos periféricos) comprende la activación de la lecitina colesterol aciltransferasa (LCAT) por la apolipoproteína-1. La LCAT esterifica el colesterol libre que HDL3 eliminó de los tejidos periféricos, permitiendo el transporte de la molécula esterificada en HDL2, que a su vez deposita el colesterol directamente en el hígado donde puede eliminarse a través del sistema biliar. Además de esta vía clásica de transporte inverso, el C-HDL también transfiere el colesterol a C-VLDL y C-LDL a cambio de triglicéridos. Este es un proceso de transporte inverso que se identificó recientemente, que permite en forma indirecta que el colesterol HDL trasferido regrese a los receptores hepáticos para LDL vía el C-LDL plasmático. Se piensa que la participación en este proceso de transporte inverso es el mecanismo por el cual C-HDL se relaciona inversamente con menor riesgo de CC, aunque evidencias recientes indican que HDL tiene una función antioxidante que ayuda a prevenir la oxidación aterógena de LDL. La subpartícula HDL2, por lo general, se considera como componente antiaterógeno específico de HDL, aunque esto no está bien establecido; los datos prospectivos recientes sugieren que la subpartícula HDL3 es igualmente protectora. De manera alternativa, puede clasificarse a HDL según contenga sólo apo A-I (Lp A-I) o tanto apo A-I como apo-II (Lp A-I: A-II). Según la evidencia actual Lp A-I representa la subpartícula benéfica de HDL.

    Además, el metabolismo de triglicéridos está asociado de manera inversa con el HDL. La hipertrigliceridemia causa disminución en la concentración plasmática de C-HDL2; esto puede ser responsable del efecto de la trigliceridemia como factor de riesgo de CC.

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    Vía endógena del metabolismo lipídico. En ella es fundamental la participación de la proteína de transferencia de ésteres de colesterol (CETP), para que las partículas de colesterol sean captadas por las lipoproteínas de alta densidad y transportadas al hígado.

    • IDL también se conocen como VLDL-beta o remanentes VLDL «Intermediate Density Lipoproteins»: Lipoproteínas intermedias. Cuya Densidad está entre 1.006 y 1.019 Estas partículas, que se forman de manera temporal durante el metabolismo de VLDL, Contienen apo-E y son eliminados por el hígado a través de los receptores LDL (o B/E).

    Las disbetalipoproteinemia (hiperlipoproteinemia Tipo III) es un trastorno lipídico caracterizado por la presencia anormal de IDL plasmática; esto se debe a un defecto de la apolipoproteína E (isoforma apo-E2) además de un sobreproducción de VLDL, lo que da lugar a acumulación de IDL remanente no catabolizada característica de este padecimiento.

    En este caso, hay un impedimento en las vías metabólicas normales del IDL, incluyendo el consumo hepático directo de ILD o su conversión en LDL. Al parecer las partículas remanentes son aterógenas.

    • LDL «Low Density Lipoproteins»: Cuya densidad está entre 1.109 y 1.063. Lipoproteínas de baja densidad. es altamente insoluble. Ya que constituyen la principal fuente de suministro de colesterol y de lipoproteína acarreadora de colesterol; además se cataboliza tanto por vías mediadas por receptores.no resulta sorprendente que el LDL tenga un rol significativo en el desarrollo de la enfermedad aterosclerótica.  

    Estas son las agresoras y son las que más daño nos pueden producir porque contienen mayor cantidad de colesterol, estas cantidades de colesterol y ésteres asociadas a la LDL son habitualmente de unas dos terceras partes del colesterol plasmático total.

    Su importancia radica en el conocimiento de la homeostasis del colesterol que puede comprenderse revisando las consecuencias que tienen las concentraciones plasmáticas elevadas de colesterol cuando se mantiene de forma prolongada.

    Se ha identificado la presencia de receptores de LDL en orificios recubiertos en la superficie celular que tiene el propósito de captar el LDL. Este proceso esta mediada vía apolipoproteína B-100, apo-E y receptores B/E, lo que permite la adquisión subsecuente de colesterol y su utilización por la célula.

    Es importante reconocer que el 70% de los receptores para C-LDL se encuentran en los hepatocitos, lo que permite que el hígado reutilice el colesterol. El colesterol introducido a las células por este proceso mediado por receptores limita la síntesis de colesterol al inhibir la actividad de la enzima que regula la tasa de este proceso, la reductasa de la 3-hidroxi-3-metil glutaril coenzima A (HMG-CoA). Esto brinda a las células un medio para regular su contenido de colesterol; por ejemplo, se piensa que el colesterol dietario de los quilomicrones remanentes disminuye los receptores hepáticos del LDL.

    La vía de utilización de C-LDL no mediada por receptores es una ruta de salida que involucra a los macrófagos del sistema del retículo endotelial. Esta vía, al parecer responsable, sobre todo, de acumulación de C-LDL modificado, esta implica en el proceso de aterógeno.

    El C-LDL modificado comprende partículas oxidadas por radicales libres o glucosiladas. Estas alteraciones químicas importantes elevan la aterogenicidad de C-LDL. El probucol disminuye el progreso de las lesiones ateroescleróticas en el estudio de conejos de Watanabe, actuando probablemente como un antioxidante.

    Se identificó hipercolesterolemia familiar como un trastorno autonómico Mendeliano dominante, como resultado de la presencia de defectos en los receptores LDL. En este caso se elevan los niveles plasmáticos de C-LDL plasmáticos. La hipercolesterolemia familiar se caracteriza por concentraciones aterógenas de colesterol plasmático total (LDL e IDL) muy elevadas.

    Al parecer, las LDL de pequeño tamaño tienen un menor contenido de sustancias antioxidantes, lo que las hace más propensas a la oxidación y favorece su acumulación en las células espumosas. Así, los dos fenómenos descritos se conjugan de manera que estos sujetos no sólo presentan aterosclerosis temprana, sino que son más propensos al desarrollo de fenómenos trombólicos (figura).

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    Figura. Cierta clase de lipoproteínas de baja densidad, más pequeñas y densas, favorecen el desarrollo y progresión de las placas de ateroma, pues se oxidan con mayor facilidad y son más afines por los receptores de membrana. Por otra parte, la hiperproducción de estromelisina facilita la inestabilidad y posterior ruptura de la placa aterosclerótica.

    • VLDL: LIPOPROTEÍNAS DE MUY BAJA DENSIDAD «Very Low Density Lipropotein» (Densidad de 0.95 a 1.006)

    Esta partícula, compuesta sobre todo de triglicéridos es secretada por los hepatocitos y contiene apolipoproteínas B-100. Concentraciones elevadas de VLDL dan como resultado hipertrigliceridemia.

    Los triglicéridos de la partícula C-VLDL plasmática circulante son eliminadas por lipasas titulares (deslipidación) para almacenarse (lipasa lipoproteica adiposa) o utilizarse (lipasa lipoproteica esquelética). La apolipoproteína C tiene una función muy importante en la modulación de la actividad de las lipasas lipoproteicas.

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    • Quilomicrón: Lipoproteínas de muy baja densidad menor a 0.95 y son precursoras de las lipoproteínas de baja densidad. Son relativamente bajas en proteínas, fosfolípidos y colesterol, pero altas en triglicéridos (55 a 95 %). En términos más amplios, estas partículas son denominadas «lipoproteínas ricas en triglicéridos». Derivaban de las grasas dietarias (exógenas) absorbidas en el intestino, y se forman en el epitelio intestinal. Estas partículas consisten sobre todo en triglicéridos (98% de su peso) con colesterol y una sola apolipoproteína, la B-48.

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    • Triglicéridos: Los triglicéridos son moléculas grasas empaquetadas junto con el colesterol en las esferas de transporte de las lipoproteínas. Los triglicéridos proporcionan energía para los músculos esqueléticos y para almacenamiento en los adipositos. Altos niveles de trglicéridos desplazan al colesterol-HDL. Se han obtenido evidencias recientes que indicarían que los triglicéridos pueden ser grandes generadores de problemas para el corazón. Las investigaciones también sugieren que el organismo convierte los transportadores de triglicéridos en partículas LDL de muy reducida densidad, más peligrosas que la propia LDL. Los triglicéridos pueden ser responsables, también, del desarrollo de coágulos sanguíneos que bloquean las arterias y concluyen en un ataque cardíaco. Con frecuencia, los triglicéridos elevados están asociados a la resistencia a la insulina, la obesidad (en particular alrededor del abdomen) y la diabetes.

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    Los quilomicrones se hidrolizan en la superficie capilar, los triglicéridos son extraídos de la parte lipídica de la partícula; esto se hace mediante lipasas titulares, que requieren apolipoproteína C-II como cofactor.

    La partícula restante (o remanente) (relativamente rica en ésteres de colesterol) es responsable del transporte de las grasas dietarias (100 gr. de triglicéridos y 500 mg. de colesterol diario) al hígado donde son utilizados

    Los receptores hepáticos que contiene la apo-E reconocen y eliminan del plasma a los quilomicrones remanentes. La tasa de depuración de estas partículas depende de la subfracción de apo-E presente; las partículas que contienen apo-E2 se elimina con más lentitud que las que tienen apo-E3 y apo-E4.

    Propiedades físico-químicas de algunas de las lipoproteínas del plasma humano

     

    VLDL

    LDL

    HDL

    densidad (g/ml)

    0.950-1.006

    1.006-1.063

    1.063-1.210

    tamaño (nm)

    30-80

    18-50

    8.5-12

    migración electroforética

    pre-beta

    beta

    alfa

    composición (en peso):

     

    proteínas

    8 %

    22 %

    50 %

    triacilglicéridos

    55 %

    6 %

    8 %

    fosfolípidos

    18 %

    22 %

    22 %

    colesterol libre

    7 %

    8 %

    3 %

    ésteres de colesterol

    12 %

    42 %

    14 %

    ácidos grasos libres

    trazas

    trazas

    3 %

    8. Metabolismo de las principales lipoproteínas

    El metabolismo de las lipoproteínas tiene dos vías: una exógena y una endógena.

    La exógena es principalmente responsable de la absorción de las grasas dietarias en el estado postprandial y su distribución a los tejidos. Esta vía tiene los siguientes pasos:

    1. Inicia con la absorción de acidos grasos libres y colesterol en el intestino. Allí se convierten en esteres de colesterol y triglicéridos que se empacan en quilomicrones. Estos se secretan a la circulación periférica

    2. En los capilares del tejido adiposo y muscular, los quilomicrones se rompen por la lipoprotein lipasa produciendo mono y diglicéridos que entran a la célula. 3. El resto del quilomicron se une a las HDL (lipoproteinas de alta densidad) y el remanente tiene portencial de formar ateromas. Los quilomicrones son captados rapidamente por el hígado.

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    La vía endógena transporta colesterol y triglicéridos a los rejidos en estado de ayuno. Esta vía tiene los siguientes pasos:

    1.. Empieza con la síntesis y secreción de lipoproteínas de muy baja densidad (VLDL), ricas en trigliceridos que son clivadas también por la lipoprotein lipasa en el tejido adiposo y el músculo: El remanente se transfiera a fracciones de HDL.

    2. El remanente de VLDL (también llamado IDL), tiene un potencial aterogénico y un 50% es captado por el hígado a través de receptores LDL (lipoproteínas de baja densidad)

    3. El LDL altamente aterogénico contiene principalmente colesterol, y la función de transportarlo a los tejidos que lo requieren (gónadas, glándulas adrenales y células con alta tasa de división)

    1. El hígado también tiene la función de remover estas LDL a través del receptor LDL. Dos tercios de las LDL se remueven de esta forma y el resto en las células de Kupffer, las células musculares lisas y los macrófagos, sin mediar ningún receptor. Esta última vía se cree que participa en el proceso aterogénico.

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    LPL= lipoproteína lipasa IDL= lipoproteínas de densidad intermedia, LDL= lipoproteínas de baja densidad, VLDL= lipoproteínas de muy baja densidad. Las letras aisladas denotan las principales apoproteínas (E, B48, B100, C, A)

    Figura 1. Los triglicéridos circulantes tienen un origen exógeno (de la dieta) o endógeno (de la síntesis hepática). La depuración de los mismos depende de la actividad de lipoproteína lipasa y de la captación hepática de moléculas remanentes. Esa depuración, a la vez, determina la eficiencia en la formación de HDL. En líneas entrecortadas son resaltadas las fracciones aterogénicas.

    Metabolismo de cada Lipoproteína

    • Quilomicrones: Chylomicrons se encuentra en la mucosa intestinal como los medios de transportar el colesterol y los triacylglycerols dietéticos al resto del cuerpo. Chylomicrons es, por lo tanto, las moléculas formadas para movilizar los lípidos (exógenos) dietéticos. Los lípidos predominantes de chylomicrons son triacylglycerols. Las apolipoproteinas que predominan antes de que los chylomicrons incorporen la circulación incluyen apo-B-48 y el apo-A-I-Uno-Y o, – A-II e intravenoso. Apo-B-48 combina solamente con los chylomicrons.

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    Los quilomicrones del intestino van vía el sistema linfático e incorpora la circulación en la vena subclavia izquierda. En la circulación sanguínea, los chylomicrons adquieren el apo-C-II-C-Ii y el apo-E-E del plasma HDLs. En los tubos capilares del tejido fino adiposo y del músculo, los ácidos grasos de chylomicrons son quitados de los triacylglycerols por la acción de la lipasa de la lipoproteína (LPL), que se encuentra en la superficie de las células endothelial de los tubos capilares. El apo-C-II-C-Ii en los chylomicrons activa LPL en la presencia del phospholipidos. Los ácidos grasos libres entonces son absorbidos por los tejidos finos y la espina dorsal del glicerol de los triacylglycerols se vuelve, vía la sangre, al hígado y a los riñones. El glicerol se convierte al fosfato intermedio glicolítico del dihydroxyacetone (DHAP). Durante el retiro de ácidos grasos, una porción substancial del phospholipid, el apo-A-Uno y el apo-C-C se transfiere a HDLs. La pérdida de apo-C-II-C-Ii evita que LPL degrade más lejos los remanente del chylomicron. Los remanente de Chylomicron — conteniendo sobre todo el colesterol, el apo-E-E y apo-B-48 — entonces se entregan a, y se toman cerca, el hígado con la interacción con el receptor el remanente del chylomicron. El reconocimiento de los remanente del chylomicron por el receptor hepático el remanente requiere el apo-E-E. Función de Chylomicrons para entregar los triacylglycerols dietéticos al tejido fino adiposo y músculo y colesterol dietético al hígado

    • VLDL: La ingestión dietética de la grasa y del carbohidrato, en el exceso de las necesidades del cuerpo, conduce a su conversión en los triacylglycerols en el hígado.

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    Estos triacylglycerols se empaquetan en VLDLs y se lanzan en la circulación para la entrega a los varios tejidos finos (sobre todo músculo y tejido fino adiposo) para el almacenaje o la producción de la energía con la oxidación. VLDLs es, por lo tanto, las moléculas formadas para transportar los triacylglycerols endógeno derivados a los tejidos finos adicional-hepa'ticos. Además de los triacylglycerols, VLDLs contiene algunos ésteres y los apoproteins, apo-B-100, apo-C-I-C-Yo, apo-C-II-C-Ii, apo-C-III-C-III y apo-E-E del colesterol y del cholesteryl. Como chylomicrons nacientes, VLDLs nuevamente lanzado adquiere el apo-apo-Cs y el apo-E-E de circular HDLs. La porción del ácido graso de VLDLs se lanza al tejido fino adiposo y al músculo de la misma manera que para los chylomicrons, con la acción de la lipasa de la lipoproteína. La acción de la lipasa de la lipoproteína juntada a una pérdida de ciertos apoproteins (el apo-apo-Cs) convierte VLDLs a las lipoproteínas intermedias de la densidad (IDLS), también llamadas los remanente de VLDL. El apo-apo-Cs se transfiere a HDLs. Las proteínas restantes predominantes son apo-B-100 y apo-E-E. La pérdida adicional de triacylglycerols convierte el IDLS a LDLs.

    • IDL: Se forma el IDLS mientras que los triacylglycerols se quitan de VLDLs. El sino del IDLS es cualquier conversión a LDLs o al uptake directo al lado del hígado. La conversión del IDLS a LDLs ocurre mientras que se quitan más triacylglycerols. El hígado toma el IDLS después de que hayan obrado recíprocamente con el receptor de LDL para formar un complejo, que es endocytosed por la célula. Para los receptores de LDL en el hígado reconocer el IDLS requiere la presencia de apo-B-100 y de apo-E-E (el receptor de LDL también se llama el receptor de apo-B-100/apo-E). La importancia del apo-E-E en uptake del colesterol por los receptores de LDL se ha demostrado en los ratones transgenic que carecían los genes funcionales apo-E-E. Estos ratones desarrollan lesiones atherosclerotic severas en 10 semanas de la edad.
    • Metabolismo de las VLDL y de las LDL

    Las VLDL se elaboran en las células del parénquima hepático mediante un mecanismo análogo al que se da en los enterocitos. En este caso, la apolipoproteína constituyente es la apo B-100 y los triglicéridos han sido sintetizados en el propio hepatocito a partir de ácidos grasos endógenos. La tasa de síntesis de VLDL es muy variable y depende fundamentalmente de la cantidad de ácidos grasos de que dispone el hígado: los de síntesis propia (lipogénesis) y los procedentes del tejido adiposo (lipólisis). Las VLDL son segregadas al plasma y sufren una serie de cambios semejantes a los que ocurrían con los quilomicrones. Así, adquieren apolipoproteínas C y E de las HDL y actúa sobre ellas la LPL, que hidroliza sus triglicéridos dejando los ácidos grasos liberados en disposición de ser captados por las células de los tejidos subyacentes. A su vez, las VLDL son objeto de la acción de la CETP, que permite el intercambio de triglicéridos por ésteres de colesterol con las HDL. Este intercambio de lípidos ocurre también entre las propias partículas VLDL, de manera que las VLDL de tamaño pequeño ceden ésteres de colesterol a las VLDL de mayor tamaño, mientras que toman triglicéridos; seguidamente, la LPL hidroliza estos triglicéridos. Esta acción coordinada entre CEPT y LPL permite que una determinada partícula de VLDL pierda progresiva y cíclicamente lípidos neutros, primero triglicéridos, luego ésteres de colesterol y así sucesivamente. Este proceso se completa con la pérdida de fosfolípidos y parte de las apolipoproteínas, que son recogidas por las HDL. Así pues, las lipoproteínas resultantes son de menor tamaño y mayor densidad que las VLDL y se denominan IDL. El tiempo medio de recambio de los triglicéridos de las VLDL es de unos 20 min. y el de residencia de una partícula de VLDL en el plasma hasta su conversión en IDL, de unas horas.

    Las IDL conservan la molécula de apo B-100, que identifica su procedencia, y parte de las apolipoproteínas C y E. La presencia de esta última permite que sean eliminadas del plasma por acción del receptor hepático LRP y quizás también por la participación del proteoglicano de heparán sulfato (HSPG), que interacciona con las lipoproteínas reteniéndolas en la membrana. No obstante, el principal protagonista del aclaramiento de las IDL por el hígado parece ser el receptor LDL, reconociendo no tanto la apo B-100 sino la apo E de las mismas.

    Una parte de las IDL, aproximadamente la mitad en condiciones fisiológicas normales, no son eliminadas por el hígado sino que permanecen en el plasma y sufren la acción de la lipasa hepática y la pérdida de las apolipoproteínas C y E. Las lipoproteínas resultantes siguen conservando la apo B-100, son ligeramente más densas que las IDL y ricas en ésteres de colesterol: son las LDL.

    Las LDL constituyen una reserva circulante de colesterol, con un tiempo de residencia en el plasma de 2-3 días. Cuando las células requieren colesterol, expresan el receptor LDL en su membrana, el cual les permite captar las LDL mediante endocitosis. A excepción del hígado, que puede excretar el colesterol a la bilis o utilizarlo para la síntesis de ácidos biliares, y de las glándulas esteroidogénicas, que lo destinan a la síntesis de hormonas, los requerimientos de colesterol del resto de las células son muy bajos puesto que únicamente lo utilizan para la formación de membranas y, el caso, es que también pueden sintetizarlo a partir de acetil-CoA. En coherencia con ello, aproximadamente el 75 por ciento de las LDL del plasma acaban siendo catabolizadas por el hígado. En cuanto a los receptores que protagonizan el aclaramiento de las LDL, más de dos tercios corresponden al receptor LDL.

    La concentración de cLDL en el plasma viene determinada por la tasa de producción de VLDL, por un lado, y la tasa de eliminación de IDL y de LDL, por otro. Cuando el hígado recibe un exceso de colesterol procedente de la dieta (a través de los quilomicrones remanentes y del receptor LRP, no regulado), se reprime la actividad del receptor LDL hepático, por los mecanismos antes comentados, lo cual se agrava si recibe ácidos grasos saturados, que no favorecen la acción de la ACAT. Al tiempo, la síntesis de triglicéridos puede estar incrementada por efecto de una aumentada lipogénesis (por exceso de glúcidos, etanol, etc.) o por estímulos hormonales, estimulándose la secreción de VLDL. En estas circunstancias se produce claramente un desbalance entre la tasa de entrada de colesterol al plasma en forma de VLDL, aumentada, y la tasa de eliminación de LDL a través del receptor, disminuida, lo que provoca el aumento de la concentración de estas últimas, causa principal de la hipercolesterolemia. Se entiende entonces cómo debe modificarse la dieta con fines profilácticos y terapéuticos: reducción del contenido de colesterol, de la proporción de ácidos grasos saturados y del contenido calórico. El aclaramiento de las LDL puede aumentarse fármaco lógicamente con inhibidores de la HMG-CoA reductasa que, secundariamente estimulan la actividad del receptor LDL. Estos inhidores de la síntesis de colesterol pueden incluso llegar a inhibir la producción de VLDL, por lo que su beneficio en el tratamiento de la hipercolesterolemia es doble.

    • Metabolismo de las HDL

    Las HDL participan en el transporte de colesterol en el sentido centrípeto, desde los tejidos periféricos al hígado, en lo que se denomina "transporte reverso de colesterol", pero su papel es mucho más amplio, como ya hemos visto, por ejemplo, al comentar el metabolismo de las otras lipoproteínas.

    El origen metabólico de las HDL es complejo ya que sus diversos componentes tienen una procedencia múltiple. La apo A-I, componente principal de estas lipoproteínas, se sintetiza en hígado e intestino, mientras que las otras apolipoproteínas se sintetizan preferentemente en el primero. Las HDL que segregan estos dos tejidos son partículas discoidales o bien esféricas de tamaño muy pequeño, relativamente ricas en proteínas y fosfolípidos y escasos ésteres de colesterol. Estas HDL recogen colesterol libre de las células a través de varios mecanismos: bien por simple contacto con las membranas o por interacción con receptores específicos que reconocerían la apo A-I. En este segundo caso, la interacción con el receptor (todavía sin identificar) parece desencadenar una respuesta celular que facilita el trasiego del colesterol intracelular hacia la membrana, donde sería recogido por la lipoproteína gracias a un gradiente químico de concentración favorable. En cualquier caso, para que las HDL puedan recoger el colesterol celular, éste debe localizarse en la cara externa de la membrana plasmática, proceso que, como hemos visto anteriormente, corre a cargo de la proteína ABC-1. En cuanto a la captura de colesterol, las partículas conocidas como preß1-HDL, pequeñas y ricas en apo A-I, parecen ser las más eficaces pero, en general, todas las HDL son capaces en mayor o menor medida de recoger colesterol libre. Ahora la LCAT se adhiere físicamente a estas partículas y se esterifica el colesterol. Los ésteres de colesterol que se forman ocupan el núcleo de la lipoproteína y en sucesivos ciclos, la partícula va agrandándose y adopta forma esférica, transformándose en una HDL3. Las HDL3 constituyen una población heterogénea, que en promedio contiene 3 ó 4 moléculas de apo A-I por partícula, pero coexisten partículas que contienen también apo A-II. Aunque se ha propuesto que estas últimas interaccionan peor con el hipotético receptor para apo A-I, realmente el significado fisiológico de la existencia de ambos tipos de HDL y los factores que determinan el trasiego de apo A-II entre las lipoproteínas no se conocen. Las HDL3 pueden seguir aceptando colesterol y también fosfolípidos y apolipoproteínas de las otras lipoproteínas, todo lo cual hace que aumenten de tamaño, transformándose en HDL2. Todas las HDL, si bien las HDL2 con mayor eficacia, son sustratos para la CETP, con lo que ceden ésteres de colesterol a las lipoproteínas que contienen apo B al tiempo que adquieren triglicéridos de ellas. Así pues, el colesterol celular recogido por las HDL acaba en las VLDL/LDL, desde donde puede ser cedido a los tejidos, fundamentalmente al hígado. Ésta es la rama indirecta del transporte reverso de colesterol, que en la especie humana es la mayoritaria por la alta actividad relativa de CETP. La rama directa estaría delimitada por la cesión de colesterol de las HDL a los tejidos directamente. Por ejemplo, la pequeña fracción de las HDL2 que han adquirido apo E, bien de las lipoproteínas bien de los macrófagos, les permite ser reconocidas por el receptor LRP o por el receptor LDL y ser captadas por endocitosis. Otras pueden interaccionar con el receptor SR-B1 (o CLA-1) y ceder selectivamente los ésteres de colesterol sin ser internalizadas. Para completar el metabolismo de las HDL hay que considerar el destino de los triglicéridos y de los fosfolípidos. La HL hidroliza preferentemente los fosfolípidos y transforma las HDL2 en HDL3, permitiendo el reciclado de estas lipoproteínas. La hidrólisis de los triglicéridos, por su parte, por acción de la HL o de la LPL, al parecer determina la pérdida de apo A-I de la partícula. Esta proteína se constituye en aceptor de colesterol libre, reiniciando un nuevo ciclo o bien es eliminada por el riñón. El tiempo medio de residencia de una HDL en el plasma humano (en realidad, de la apo A-I), es de unos 5 días pero hay que reconocer que el metabolismo integral de las HDL es muy complejo y no se conocen con exactitud todas las transformaciones que sufren estas partículas ni los factores que las controlan.

    Las alteraciones primarias que afectan al metabolismo de las HDL son muy raras. La deficiencia de apo A-I se asocia con niveles de cHDL muy bajos, pero no implica la ausencia total de HDL porque persisten lipoproteínas con apo A-II y apo E. En la deficiencia de LCAT las HDL son anormales: discoidales, carentes de ésteres de colesterol y relativamente ricas en fosfolípidos y proteína, lipoproteínas que recuerdan a la LpX, lipoproteína que aparece en las colestasis, donde aparte de una regurgitación de bilis hacia el plasma se presenta también una cierta deficiencia de LCAT. En la enfermedad del ojo de pescado, la ausencia de actividad a-LCAT determina también un descenso del número de partículas de HDL, aunque menos acusado que en el caso anterior. Otra alteración es la enfermedad de Tangier, donde la concentración de HDL plasma es muy baja al parecer por una aumentada degradación de las mismas, que tiene como causa última la deficiencia de ABC-1, que impide el abastecimiento de colesterol a las HDL. Aunque el defecto no afecta primariamente a las HDL, en este apartado de hipoalfalipoproteinemias también debe mencionarse la deficiencia de LPL, que en su condición homocigótica cursa con niveles extremadamente bajos de HDL, probablemente debido al enriquecimiento de triglicéridos de las HDL, lo cual acelera su catabolismo. Más frecuentes son los descensos moderados de las HDL que, resumidamente, pueden tener origen en una disminuida actividad de LPL o una hipertrigliceridemia por otras causas, donde también se estimula la transferencia de triglicéridos a las HDL por acción de la CETP y aumenta su degradación. En el otro extremo tenemos la deficiencia de CETP, donde se produce hiperalfalipoproteinemia. En este caso es fácil entender el aumento de la concentración de cHDL, ya que los ésteres de colesterol quedan confinados a las HDL, donde se forman. Menos evidente es la causa del aumento de la concentración de apo A-I, en definitiva, del número de partículas de HDL; en el terreno de la especulación podría decirse que la falta de transferencia de triglicéridos desde las VLDL/IDL a las HDL, evita la acción de las lipasas sobre estas últimas y, con ello, aumenta el tiempo de residencia de la apo A-I en el plasma. Estas alteraciones dan luz sobre algunos de los pasos metabólicos que sufren estas lipoproteínas pero son muchos aún los aspectos que están por descifrar, como el significado de las diferentes subpoblaciones de HDL o los factores que controlan el trasiego de apolipoproteínas entre ellas.

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