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Evaluación de distintos métodos de prevención de daño causado por lagomorfos en plantaciones de tagasaste (Chamaecytisus proliferus ssp. palmensis) (página 2)

Enviado por Carlos Ovalle M.


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MATERIALES Y MÉTODOS

El estudio se realizó en el Fundo Ranquil Alto, ubicado en la Comuna de Lebu (37°39’ lat. Sur; 73°39’ long. Oeste, 50 m.s.n.m.) VIII Región. El clima corresponde a mediterráneo perhúmedo (Di Castri, 1968). La precipitación media anual es de 1.200 mm. La temperatura media máxima del mes más cálido (enero) es de 22°C, mientras que la temperatura media mínima del mes más frío (julio) es de 6,3°C. Geomorfológicamente el sector corresponde a terrazas marinas con topografía de lomaje. El suelo pertenece a la serie Curanipe, de textura superficial franco arcillosa y en profundidad arcillosa. Son suelos de alto contenido de materia orgánica en superficie (8%), sensibles a la erosión, con pH entre 5,2 a 5,5.

Los tratamientos correspondieron a seis métodos de protección contra el daño causado por lagomorfos. Métodos físicos: a) Malla plástica, de cribado hexagonal (2,54 cm); b) Malla tipo bizcocho plástica, de cribado romboideo de 2 por 4 mm; c) Cerco eléctrico. En los casos a y b se fabricaron cilindros de 10 cm de diámetro y 50 cm de altura, con el objeto de brindar protección individual a cada planta, los que fueron instaladas al momento de la plantación. En el caso del cerco eléctrico se instaló un cordel delgado o piolín plástico de 6 vías y alambre galvanizado Nº 14, colocados paralelos, con cargas alternadas, a partir de 5 cm del suelo con carga negativa, cada 7 cm hasta llegar a 40 cm de altura, luego un piolín a 50 y otro a 60 cm del suelo. Los pulsos eléctricos del equipo fueron de 4.000 a 5.000 volt.

Métodos químicos: a)Aplicación de tiuram (Pomarsol Forte 80 % WP ™ Lab. Bayer i.a.: Tetrametil tiuram disulfuro) en dilución de 1 kg de producto por 4 litros de agua, aplicado junto con un adherente (Unifilm ™); b) Repelente para conejos, benzoato (Mister Cartel ™, Productos Éxito S.A.; i.a. Denatonium benzoato y timol) mas un adherente comercial incluido con el producto; y c) Sangre de bovino: método tradicional rural, utilizado en algunas zonas por el campesinado para la protección de frutales. La sangre se trató con anticoagulante (etil diamino tetra acético, EDTA) más un adherente (Unifilm) y se aplicó directamente a la planta, y al suelo alrededor de las parcelas en cordones de 50 cm de ancho.

Descripción del área de ensayo

Se eligió como sitio de ensayo un lugar que presentó un severo daño provocado por lagomorfos sobre plantas de tagasaste en áreas vecinas en la temporada anterior; además se tomó en consideración la presencia de fecas y "camas" de liebres en el lugar. El área de ensayo tuvo una superficie de 2.975 m2. En los potreros colindantes existía al Este un bosque de pino insigne (Pinus radiata) de quince años de edad, al Oeste lomajes con pradera natural y matorral, al Norte una quebrada de aproximadamente 0,25 ha con vegetación arbórea nativa, y al Sur un bosque de pino insigne de 6 años de edad.

Con la finalidad de controlar el acceso de animales de mayor tamaño corporal, como bovinos y equinos, el perímetro del ensayo fue protegido con un cerco eléctrico de dos hebras, con una fase a los 0,90 m sobre el suelo, para no excluir a los lagomorfos.

El diseño correspondió a bloques al azar con seis tratamientos y cuatro repeticiones. Se utilizaron tres testigos (parcelas sin protección de plantas) por bloque, de manera de mejorar la precisión del experimento, mediante la eliminación de posibles distorsiones provocadas por el comportamiento territorial de los predadores. Cada parcela estuvo constituida de 18 plantas colocadas a 1 metro sobre la hilera y 2,5 metros entre hileras, tanto para los testigos como para los tratamientos. Las plantas provenían de un vivero realizado durante el mes de noviembre del año anterior, y presentaban una altura aproximada de 50 cm al momento de la plantación, que se realizó en julio de 1995.

El análisis estadístico de los resultados derivados del monitoreo de la variable daño, fue basado en un índice matemático obtenido a partir de los porcentajes promedios de la diferencia entre la parcela testigo y la prueba adyacente, según la siguiente fórmula:

Valor relativo de protección (%) =

Donde:

S = sumatoria de la diferencia de las cuatro repeticiones por tratamiento.

Tn = % de daño del testigo zonal correspondiente a cada tratamiento.

ta = % de daño del tratamiento adyacente a cada testigo.

El valor relativo de protección, en adelante "valor relativo", busca estandarizar los datos para evitar el error experimental, aislando efectos zonales debido a preferencias de las liebres a determinadas áreas dentro del sector de ensayo. Este valor relativo, que expresa el grado de protección adicional brindado a las parcelas, fue analizado mediante análisis de varianza y prueba de rango múltiple de Duncan.

Además, fueron analizadas estadísticamente las variables mortalidad de plantas a lo largo del ensayo, y el daño directo, entendiendo este último como el porcentaje de daño causado a las plantas protegidas por los tratamientos sin su estandarización con el testigo. Se realizó una transformación angular de los porcentajes ya que estos presentan una distribución binomial y no normal, para luego ser analizados mediante análisis de varianza y prueba de rango múltiple de Duncan.

Evaluaciones

Una vez establecidas las parcelas se procedió a la medición de la altura de plantas a las seis semanas de plantación con un bastón métrico, para posteriormente determinar la altura de daño.

Durante el primer mes de ensayo se hicieron visitas semanales para evaluar alguna posible falla en el cerco eléctrico y observar el daño causado por lagomorfos, tomando como referencia de daño el corte en bisel, clasificando éste en una escala de 0 a 5, como se indica en el Cuadro 1.

Cuadro 1. Niveles de daño causado por lagomorfos según tramos de altura de planta. Table 1. Damage levels caused by lagomorphs according to plant height.

Fuente: Mac Killop y Poole (1994)

Al segundo mes del inicio de las pruebas, las visitas de inspección se realizaron cada dos semanas, evaluando el voltaje del cerco eléctrico y el daño en todas las parcelas.

El estudio de campo tuvo una duración total de 299 días, comprendido entre julio de 1995 y abril de 1996, abarcando las cuatro estaciones del año, de manera de reflejar el comportamiento de las liebres en épocas de distinta disponibilidad de alimento.

RESULTADOS

Valor relativo de protección

Los resultados permiten determinar una tendencia hacia una mejor protección de los ataques de lagomorfos por parte de los métodos físicos, tanto en el período inmediatamente posterior a la plantación (invierno), como en el de verano (Cuadro 2), a excepción de la malla hexagonal, que presenta el mismo comportamiento que los métodos químicos en el verano.

Cuadro 2. Efectividad de seis métodos de protección de plantas de tagasaste al día 108 y 299 de ejecución del ensayo. Table 2. Effectiveness of six methods of protection of tagasaste plants on days 108 and 299 of the trial.

*Letras distintas en la misma columna indican diferencias significativas (p £ 0,05) según la prueba de Duncan.

No se observaron diferencias significativas en cuanto a efectividad, al comparar la sangre con el tiuram y con el benzoato en ambos períodos de evaluación, a pesar que la sangre sólo fue aplicada durante el primer período, debido a una prohibición de la autoridad de salud sobre uso de desechos sin tratamiento de plantas faenadoras.

Dentro de los métodos físicos, el cerco eléctrico demostró ser el más eficaz de los métodos, presentando a partir del día 108, diferencias significativas (P £ 0,05) con respecto a los métodos químicos, y al día 299 con las mallas utilizadas (Cuadro 2).

Análisis del daño directo

Si se compara directamente un promedio del porcentaje de daño de cada uno de los tratamientos, se aprecia desde el día 19 que los métodos químicos presentan una tendencia a un mayor daño que los métodos físicos (Cuadro 3), aunque éstos no sean significativos. Las mallas comienzan a mostrar niveles de daño a los 108 días de iniciado el ensayo, lo cual se debe a que en esta fecha algunas plantas sobrepasan la altura o el diámetro del cilindro de protección, quedando disponibles para el ataque de las liebres.

Cuadro 3. Porcentaje (%) de daño directo sobre plantas de tagasaste al día 19, 108 y 299 para los distintos tratamientos. Table 3. Direct percentage (%) damage on tagasaste plants on days 19, 108 and 299 of the different treatments.

*Letras distintas en la misma columna indican diferencias significativas (p £ 0,05) según la prueba de Duncan.

Al finalizar la investigación al día 299, se observa notoriamente una diferencia significativa a favor del cerco eléctrico, en comparación a todos los métodos utilizados (Cuadro 3). Este método de protección resultó ser el más eficiente para detener los ataques de las liebres, logrando un 100% de protección, cifra que se equipara a las observaciones realizadas por MacKillop y Poole (1994) en conejos. Un hecho importante de destacar es que no se observó daño en ninguna planta a pesar de sufrir un período de 5 días sin electricidad, debido al corte del cable principal de energía, así como también prolongados períodos de baja de voltaje (< 1000 volt) por la falla en la continuidad del cordel plástico y la falta de conducción a tierra por la baja humedad del suelo en época de verano. Esta situación denota una conducta de rechazo condicionado, según señalan los trabajos dados a conocer por MacKillop y Sibly (1988) en conejos, en relación al aprendizaje de alejamiento producto del "shock" ocasionado por el pulso eléctrico de la unidad de energía.

En relación a los repelentes se debe hacer notar que su periodo de acción efectiva resulta ser reducido, no mayor a un mes, lo que coincide con los estudios expuestos por Gajardo (1985) en relación al Tiuram (Tetrametil tiuram disulfuro). Además, no se observaron variaciones notables en la efectividad para ambos repelentes entre los períodos de invierno y verano, a pesar de haber sido el período invernal muy lluvioso. Cabe señalar que la efectividad de los repelentes siempre será relativa, ya que va a depender del grado de apetito de los animales, de la palatabilidad de la planta a proteger, y de las concentraciones del producto que efectivamente quede impregnada en la planta (Andelt et al., 1991).

La diferencia observada en cuanto a la efectividad entre la malla de tipo hexagonal y la de tipo bizcocho, especialmente al finalizar la temporada de evaluación, se explicaría en cierta medida a que esta última posee un menor tamaño de cribaje, lo cual impide en cierta forma un adecuado grado de luminosidad para la planta, haciendo tal vez, su crecimiento más lento, lo que la hace menos disponible para los predadores.

Registro de especie y comportamiento predatorio de la libre europea a lo largo del año.

Según se pudo establecer, en base a observaciones directas y a la presencia de fecas en el lugar de ensayo, visitaron las parcelas sólo liebres y no conejos. Al final de la temporada de estudio las plantas en su mayoría habían sido atacadas en más de una ocasión (Figura 1), lo que se puede interpretar como una acción depredatoria sobre éstas y no sólo como una marca de territorio.

Figura 1. Frecuencia de ataques sobre plantas testigos al final del estudio (día 299). Figure 1. Frequency of attacks on control plants at the end of study (day 299).

Si a lo anterior se agregan los datos contenidos en la Figura 2, que muestra una clara progresión de plantas consumidas por las liebres a partir de su tercio superior, queda en evidencia que las plantas testigo fueron atacadas durante todo el año, lo que hace imprescindible utilizar un sistema de protección efectivo para frenar el ataque de estos lepóridos a las plantas en su primera etapa de crecimiento en terreno.

Figura 2. Evolución temporal del tipo de daño (según Cuadro 1) en plantas testigo sin protección. Figure 2. Seasonal evolution of damage (according to Table 1) in control plants without protection.

Mortalidad de plantas

La mortalidad de plantas durante el período de ensayo fue mayor en los tratamientos que corresponden a los métodos químicos, los que inclusive al final del ensayo presentaron una mayor mortalidad que las parcelas testigo (Figura 3).

Figura 3. Porcentaje de mortalidad de plantas en un período de 299 días en los distintos tratamientos. Figure 3. Mortality percentage of plants in a 299 day period for the different treatments.

Desde el punto de vista estadístico, se analizaron dos fechas para evaluar la mortalidad en cada uno de los tratamientos. La primera evaluación se realizó el día 108, correspondiente a la temporada primaveral; la segunda al finalizar el ensayo al día 299 a comienzos de otoño (Cuadro 4).

Cuadro 4. Porcentaje de mortalidad en plantas de tagasaste al día 108 y 299. Table 4. Mortality percentage of tagasaste plants on days 108 and 299.

*Letras distintas en la misma columna indican diferencias significativas (p£ 0,05) según la prueba de Duncan.

El tratamiento que presenta mayor mortalidad al día 108, fue el uso de sangre, la que fue significativamente mayor (P £ 0,05), con respecto a las otras. Los otros tratamientos, incluyendo las parcelas testigo, mostraron una baja mortalidad no presentando diferencias significativas entre ellas (Cuadro 4).

En el segundo período de evaluación, al día 299, los métodos físicos evaluados; cerco eléctrico, malla bizcocho y malla hexagonal, presentaron menor mortalidad de plantas con respecto a los métodos químicos, no observandose diferencias significativas en los valores de mortalidad entre ellos (Cuadro 4).

La sangre, el tiuram y benzoato presentaron la mayor mortalidad y difieren significativamente de los métodos físicos.

CONCLUSIONES

El cerco eléctrico resultó ser el método más eficaz para controlar y/o prevenir los ataques de las liebres en las parcelas de tagasaste, presentando el mismo nivel de protección tanto en verano como en invierno, temporadas consideradas de mayor riesgo.

Las mallas cilíndricas, tanto la hexagonal como la tipo bizcocho, una vez que la planta superó la altura de ellas fueron ineficaces, permitiendo el consumo de los ápices de crecimiento, por lo cual su altura y diámetro deben ser determinados por la velocidad de crecimiento de la planta a proteger.

Los repelentes presentaron un bajo porcentaje de protección de plantas, sin embargo, dentro de los primeros 20 a 25 días cumplieron un buen rol.

La sangre de bovino aparentemente actúa como repelente para herbívoros, pero no es recomendada por motivos de sanidad.

LITERATURA CITADA

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Notas

1 Recepción de originales: 28 de marzo de 2001.

2 Instituto de Investigaciones Agropecuarias, Centro Regional de Investigación Quilamapu, Casilla 426, Chillán, Chile.

3 Universidad de Concepción, Facultad de Medicina Veterinaria, Casilla 537, Chillán, Chile.

Carlos Ovalle, Felipe Ojeda y Oscar Skewes

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