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Reformas del Estado en Argentina. Del peronismo al menemismo

Partes: 1, 2

    1. La responsabilidad del Estado
    2. Desregulación de mercados y privatización
    3. El Estado intervencionista
    4. Agenda sistémica y agenda gubernamental
    5. Hacia una "modernización del Estado"
    6. La regulación frente a la privatización
    7. Bibliografía

    La responsabilidad del Estado

    Se dice muchas veces que el Estado es responsable por acción u omisión, esto implica que siempre tendría una postura frente a una cuestión, como dijo Oszlak "El estado es lo que hace".

    Torre por su parte considera que el proceso de reformas es una batalla política por llevar a cabo ciertos objetivos lo que implica movilizar los apoyos sociales y capacidades institucionales para implementar dichas políticas y neutralizar a quienes se oponen a ellas. En todas las experiencias lo que se demostró es que no alcanza sólo con la mera voluntad política de llevar a cabo las reformas, sino que es necesario para los líderes de gobierno de controlar los recursos políticos e institucionales que les permiten iniciar las políticas de reforma y luego sostenerlas en el tiempo a pesar de las previsibles resistencias a sus costos distributivos del poder y del ingreso. Es más que evidente que en un primer momento el Estado logró la concentración de poder y la autoridad necesaria que le permitió abrir paso hacia el nuevo patrón de desarrollo centrado en el liderazgo de la inversión privada y un mercado abandonado por los mecanismos estatales de regulación económica.

    Por otra parte Oszlak, analizando la acción del Estado dice que durante la década del ´90 no estuvo ausente ya que no hubo una extinción del estado, sino más bien que transmutó en lo que respecta a sus funciones, dejó de cumplir su rol de interventor para lograr una mejor calidad democrática y una menor desigualdad social. La "supuesta" desaparición del estado, propone Oszlak, se debe entender como una renuncia o incapacidad para efectuar funciones bienestaristas, como la reencarnación institucional del estado nacional en otros niveles territoriales y políticos y como la redefinición de sus modalidades de actuación (por ejemplo su papel de cajero).

    El estado como cajero resultante del proceso de reformas y descentralización de las políticas estatales, dirá Oszlak, concentra y asigna gran parte de los recursos con un cierto grado de discrecionalidad. El estado cajero "tendió a debilitar las capacidades locales de generación de recursos propios y a someter excesivamente los presupuestos públicos a los avatares de la recaudación y el endeudamiento publico". Esto provocó seguidos déficits fiscales y fuertes condicionalidades de los organismos multilaterales de crédito con respecto al destino de los recursos de esa fuente. El FMI y el Banco Mundial, principalmente pasaron a tener una injerencia directa en la fijación de orientaciones políticas en las diferentes áreas de la gestión estatal, dirá Oszlak. Esta capacidad del estado de controlar la asignación de recursos le otorgó un mecanismo de negociación política.

    Por último dirá Oszlak que durante la década del ´90 el estado nacional se contrajo, al desembarazarse de su aparato productivo (vía privatización), de sus órganos de regulación económica (vía desregulación), de muchas de sus funciones de apoyo (vía tercerización), de la prestación directa de la mayoría de los servicios públicos (vía descentralización), de fuertes contingentes de personal (vía retiros voluntarios y jubilaciones anticipadas) y de una capacidad de decisión soberana (vía internacionalización). Estas modificaciones fueron hechas con el fin de achicar el aparato estatal para intentar generar un "mejor estado" algo que no necesariamente se logró.

    Desregulación de mercados y privatización

    El estado nacional, durante la década del 90, más que a ausentarse tendió drásticamente a su minimización en torno a sus funciones; esto se vio claramente en los procesos privatizadores de las empresas del estado (luz, agua, gas, telecomunicaciones, ferrocarriles, YPF, etc.).

    Para poder demostrar como Menem logró controlar los recursos políticos e institucionales que les permiten iniciar las políticas de reforma, para ello primero logró frenar la inflación mediante políticas estabilizadoras y mediante la ley de convertibilidad (por la cual se fijaba el precio de 1$=1U$S)lo que le otorgó un importante rédito político interno y externo para luego poder abandonar las banderas desarrollistas y distribucionistas, planteadas por Torre, y abrazarse a la bandera propuesta por el Consenso de Washington. Luego lanzó dos grandes reformas estructurales: la Ley de Emergencia económica y la ley de reforma del estado. Con esto buscaba producir grandes cambios económicos: la desregulación de los mercados y el fin de los subsidios públicos a la industria, la liberalización del comercio y la privatización de empresas estatales.

    El fin buscado era la reducción del aparato estatal para ello se aplicaron políticas para reducir el personal del estado. Mediante la descentralización, las provincias y municipios se constituyeron en fuertes empleadores forzados por las medidas del gobierno nacional. Mediante la tercerización el estado contrataba servicios de apoyo tales como mantenimiento, logística, transporte, imprenta, etc. tareas que antes de los ´90 las realizaban con personal propio. Otros de los servicios que se transfirieron a las provincias fueron los de salud y educación.

    Para dudar de la presunta minimización del estado se podría fundamentar desde el gasto con un aparato más pequeño el estado tiene más gastos, esto gracias a los empréstitos solicitados a los organismos internacionales, según Oszlak el estado paga más intereses de la deuda que salarios de los empleados públicos(por cada peso paga $1,60 de deuda).

    La AFIP y la aduana tuvieron un papel fundamental para este estado cajero, su función era recolectar ingresos públicos provenientes de los impuestos vigentes, durante esta época hubo un aumento de la alícuota del IVA, un impuesto regresivo que afecta a todos los consumidores por igual. Aunque los flacos ingresos tributarios que percibía el estado incrementaron el nivel de dependencia de los organismos internacionales.

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