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Salud abundante: Energía vital para vivir la vida

Enviado por Mayela RUIZ MURILLO


Partes: 1, 2

    1. El alimento
    2. La importancia de la Masticación y de los líquidos
    3. Desintoxicación y pérdida de peso
    4. El ejercicio

    La salud se ha definido como el estado de total bienestar corporal, anímico y social. Agregamos que la salud además, significa armonía interior que irradia hacia fuera en equilibrio integral: cuerpomentespíritu. Practicar la metodología que aquí proponemos, nos brindará una forma activa de tratamiento, porque ésta incrementa nuestra fuerza vital y nuestra inmunidad frente a las enfermedades. Esto es así pero, es necesario desarrollar confianza –creer que lo que hacemos aquí está bien-, determinación –simplemente hacerlo- y perseverancia –insistir hasta que se constituya en nuestro nuevo estilo de vida-.

    Las personas que deberían usar esta metodología: Este método está especialmente diseñado para las personas adultas mayores, para quienes padecen de fatiga crónica, para los enfermos con problemas respiratorios, cardíacos, digestivos, del sistema nervioso, de las articulaciones. También está perfectamente adecuado para las embarazadas y para quienes deseen reducir el sobrepeso. Por último, para las personas perfectamente sanas que deseen incrementar su sistema inmunológico, reducir el estrés y mantener su cuerpo y mente en forma.

    Somos un ente integral: En el ser humano deben considerarse inseparables tres contenidos. Primero: El cuerpo físico material, cuya función está en relación con el medio ambiente del cual obtiene información por medio de los sentidos. Segundo: Es la mente que se integra por pensamientos y recuerdos acumulados mediante una memoria capaz de establecer una relación afectiva permitiendo juzgar al medio ambiente como causante de beneficio o daño a nuestro cuerpo. Tercero: El espíritu o fuerza vital por la que establecemos una relación más profunda y elevada o sea, la esencia misma del ser.

    Por qué se produce la enfermedad: Se produce la enfermedad cuando se perturba la fuerza vital por la acción de los agentes mórbidos físicos o mentales. Para reestablecer la salud, todos estos sectores deben ser tratados de adentro hacia fuera y al revés a como aparecieron los síntomas en el cuerpo. Para cambiar a lo nuevo, tenemos que llevar a cabo un proceso retroactivo que involucra una remisión de nuestros males, se sigue el mismo camino en reverso, empezando desde donde se esté hoy.[1] Podemos hablar de curación definitiva cuando se logra el bienestar y el equilibrio físico, psíquico y vital, permanentemente.[2] Porque es lo cierto que muchas personas tienen la sensación de que la vida les acontece, incluso hacen depender su valía personal del exterior. Ellas, dedican muy poco o nada de atención a su propia personalidad, cayendo en una inseguridad interior que las hace aferrarse a cosas externas, acabando en dependencias, la causa de todos sus malestares, la base de las enfermedades. La salud es nuestro estado natural, pero por causa de todas nuestras desarmonías se pierde con facilidad. Para recuperarla, cuidarla y conservarla, necesitamos dar pequeños pasos diarios. Necesitamos del equilibrio, de la alegría y la armonía anímicas, de las decisiones correctas en cuanto a los alimentos que tomamos y sobre los movimientos –ejercicios- que realizamos.[3] Alcanzar y mantener la salud requiere de energía y fuerza interior. Para reunir esta fuerza se requiere una motivación sólida. Si nos falta esta motivación no desarrollamos la fuerza suficiente. Si nos falta la fuerza, la motivación a menudo tampoco aparece.

    Cómo recuperar la salud perdida: Son dos los aspectos que en mayor medida influyen para recuperar y mantener la salud: la alimentación equilibrada y el ejercicio. La primera, ajustada a lo de dentro y afuera, lo de arriba y abajo, más todo el líquido de las frutas y los vegetales que nos sea posible consumir. El segundo, la revitalización surgida de alguna práctica de técnicas como el taichi, el chikong, yoga, o la meditación, que ponen en contacto al cuerpo con el espíritu.[4] Ante todo, es preciso desarrollar una aceptación relajada de nuestra realidad mental y corporal, para que se integre en nuestra realidad trascendente, esta actitud debemos sincronizarla con la respiración y el movimiento corporal.[5] El ser humano no existe aislado, sino como parte de un campo de información viviente más grande que llamamos Tierra la que forma parte de un sistema de información mayor que comprende el Universo. La naturaleza es un todo y no es posible separar nuestro cuerpo humano del cuerpo cósmico.[6]

    El alimento

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